¿Un loophole o evitar la doble tributación de dividendos?

El respetable Felix Salmon parece equivocarse en esta crítica a los propietarios de oleoductos que, usando un loophole para cambiar su estructura tarifaria, consiguieron evitar pagar impuestos corporativos. Este blog prefiere evitar la doble tributación de dividendos, debido a las distorsiones que causa (entre otras, la tendencia a que las empresas adquieran mucha deuda debido al distinto tratamiento tributario, y que no entreguen dividendos).

En Chile no hay doble tributación, ya que los impuestos a las empresas se descuentan de los ingresos personales cuando se retiran como dividendos. Nuestro sistema tributario puede tener problemas, pero ese no es uno de ellos.

Por supuesto, si un sector de la economía evita el impuesto mediante una estratagema y el resto de la economía sigue pagando el impuesto, la distorsión en la economía puede ser mayor que la que provoca la doble tributación. El punto es que Felix Salmon no se da cuenta del problema, que se podría eliminar mediante una tributación unificada, la que incluso se puede graduar para recaudar la misma cantidad de impuestos que en la situación actual.

Juegos con los límites de la deuda

En este excelente artículo (gracias Marginal Revolution) Bruce Bartlett analiza el juego que se hace en los EE.UU. con los límites de la deuda. En ese país, existen límites a la deuda nacional que están preestablecidos y cuando se alcanzan el país no puede seguir endeudándose, desde el punto de vista legal. Pero la deuda nominal aumenta constantemente, tanto porque hay déficit, como porque hay inflación y comprar los mismos bienes y servicios requiere más dólares nominales. Es decir, aún en el caso en que la deuda se hace cada vez más pequeña en proporción al producto, el límite puede tornarse activo. Normalmente, por supuesto, el límite se alcanza porque los votantes quieren servicios, pero no pagar por ellos mediante impuestos.

Cuando se alcanza el límite se producen serios problemas, porque el Estado tiene dificultades para pagarle a sus empleados y puede entrar en una cesación de pagos (un default), que mina la confianza en sus instrumentos de deuda. Se trata de un default técnico, porque el país tiene capacidad de endeudarse mucho más, lo que hace que el costo sea gratis, como lo hace notar Bartlett.

El límite permite que muchos congresistas voten en contra de subirlo y así aparecen como fiscalmente serios, pese a que los mismos congresistas hayan votado a favor de la expansión de programas de gasto y en contra de alzas de impuestos para pagarlos. Otros congresistas más serios deben asumir el costo político de elevar el límite de deuda. Por este motivo, Bartlett está a favor de eliminar este límite hipócrita, que solo sirve para que algunos congresistas alardeen de estar contra el déficit, cuando no hacen nada políticamente costoso para reducirlo.

Nota: Bruce Bartlett es conservador y fue miembro importante tanto del gobierno de Reagan como de Bush padre.