R. Fischer
Escribo esto en el aeropuerto de Johannesburgo, volviendo a Chile. Durante mi estadía en Mozambique (un país que se ubica en el lugar 182 en la lista de países de acuerdo al Índice de Desarrollo Humano o HDI), para un análisis de las PPP en ese país, estuve alojado en un hotel en la zona elegante de la ciudad. EStuve poco tiempo y no conocí los barrios pobres, pero se que el 70% de los habitantes de Maputo no poseen sanidad ni electricidad, que las tasas de infección con HIV son mucho más altas que las estadísticas oficiales y que se estima que más de un millón de niños (al menos) no asiste a las escuela básica. Dado que la población total es de 23 millones, ese número de niños es un porcentaje enorme.
Incluso el barrio elegante no lo parece. El pavimento de las veredas está quebrado, rotas, autos estacionados como se quiera, mucha gente vendiendo cosas para turistas: adaptadores de enchufes, cigarrillos, tarjetas de teléfono (interesante: es bastante más barato que el nuestro, unos 3 centavos de dolar el minuto prepago). No se ven las mujeres bellísimas de Ruanda. La comida es una mezcla de Portugal y Mozambique. Me gustó más la cocina de mozambique (el pescado vermelho grillado es muy bueno), porque la de Portugal, al menos en la versión de Mozambique, es demasiado frita.
Fue difícil concertar mis entrevistas con funcionarios, porque todo es secreto (contratos de PPP, contratos mineros, etc), los funcionarios no dan o no tienen opiniones y consideran que todo es secreto. Eso, pese a que las cosas no andan bien en el mundo de las PPP en Mozambique. En más de una ocasión –y no tienen tantas concesiones– han debido cancelarlas porque el concesionario no ha cumplido con las condiciones del contrato. Casi no hay cifras, o al menos pocas cifras útiles, y el último anuario estadístico es de 2009.
En Doing Business, Mozambique está mal, algo así como en el lugar 132, contra Ruanda en el lugar 45. Uso Ruanda para comparar, pues tienen ingresos similares, pero Ruanda tiene, a primera vista, mucho peores condiciones naturales. Pero la diferencia es que en Ruanda tienen las ideas claras, tal vez porque no tienen casi nada, a diferenciade Mozambique que tiene de todo: costa, recursos naturales, baja densidad, cercanía al país más importante del subcontinente.
Al irme en taxi, alguna escenas interesantes, niños pequeños descalzos que evidentemente no yendo al colegio, una joven caminado con un canasto en la cabeza y un celular rojo al oido. El aeropuerto es moderno, posiblemente más cómodo, aunque pequeño, que el nuestro. Los chinos construyen un edificio para ampliarlo al lado, usando sus propios trabajadores. Entiendo que eso moleste a los Mozambiqueños.
Así que todos los proyectos del gobierno incluyen clausulas de contratación del mozambiqueños, de traspaso de know how y de subcontratación de pymes del país. Creo que esas clausulas son erróneas, porque elevan los costos, sin que parezca que ayuden mucho a los mozambiqueños, salvo los que tienen conexiones políticas. Además son buenas para la corrupción.
Tengo un stopover de varias horas en Johannesburgo. Un aeropuerto enorme, moderno y muy bien mantenido. Sorprende la riqueza del país. Tenía la impresión de que su nivel de riqueza era similar al nuestro, pero el aeropuerto está en otra categoría, así como los accesos, con tren, y autopistas elevadas. Muy impresionante.
Mientras espero, veo que a lo lejos se acerca una tormenta, como una cortina en el terreno plano hacia el horizonte. Los árboles y edificios que quedan detras del la cortina de lluvia parece que estuvieran bajo una neblina. Se oyen truenos y comienzan a verse relámpagos gigantes, que llegan al suelo, sin ramales.El espacio entre el relámpago y los trueno se acorta y comienza a llover a cantaros mientras los aviones despegan y aterrizan entre lo relámpagos. A los diez minutos la lluvia cede y se ven espacios de cielo celeste. Todavía me quedan un par de horas.e