R. Fischer
Mises define la tasa natural de interés como aquella que, en la ausencia de dinero, usarían los agentes económicos para intercambiar bienes presentes por bienes futuros. Esa tasa puede ser diferente de la tasa de interés en términos de moneda fiduciaria, que von Mises, siguiendo a Menger y a Böhm-Bawerk, denomina la tasa natural.

Ahora bien, los bancos al extender sus emisiones de moneda fiduciaria reducen la tasa de interés de los préstamos, lo que estimula la demanda por capital. La pregunta que se hace von Mises es si al reducir la tasa de interés fiduciaria por debajo de la tasa natural (de interés), ocurre algún fenómeno que elimina esta divergencia. El caso que le interesa es cuando la tasa fiduciaria está bajo la tasa natural, porque supone que en el caso contrario (tasa fiduciaria mayor que la tasa natural) , los bancos no tendrían interesados en sus créditos.
Según von Mises, que sigue en esto a Böhm-Bawerk, la tasa natural es la que corresponde al período de producción más largo que es justificable económicamente. El período es tal que es necesario y suficiente para mantener a todos los trabajadores con los medios de subsistencia durante la duración del período de producción. Un período más corto no emplearía a todos los trabajadores (generando cesantía). Uno más largo solo es posible si los medios de subsistencia han aumentado lo suficiente como para permitir mantener a trabajadores o empresarios durante un ciclo productivo más largo.
Ahora bien, si los bancos reducen la tasa de interés fiduciaria en sus préstamo por debajo de la tasa natural, desde el punto de vista de empresarios individuales, será más rentable un proceso de producción de mayor duración que el que corresponde a la tasa natural, generando un desequilibrio.
Lo que sucederá es que como el proceso de producción es continuo, el desequilibrio se reflejará en un aumento en los precios de los medios de subsistencia, al tiempo que cae el precio de los bienes futuros (porque los proceso más largos son más eficientes y producen relativamente más). Esto hace que la rentabilidad de las inversiones caiga –lo que es equivalente a un aumento en la tasa de interés–. Esto se ve reforzado porque el valor de la moneda fiduciaria cae en términos de medios de subsistencia, lo que tiende a elevar la tasa fiduciaria hacia la tasa natural. El resultado final es que la economía tiene una tendencia a volver al equilibrio, y el único efecto es que el valor de la moneda fiduciaria caerá (inflación en su moneda).
El problema es que las inversiones que se hicieron durante el período de una rebaja artificial del interés fiduciario no son económicamente rentables a lal tasa natural de la economía, por lo que hay una pérdida social debido a una señal errada. La señal errada proviene de la actuación de los emisores de moneda fiduciaria, es decir los bancos. Bienes económicos que se podrían haber dedicado a a responder a deseos más importantes han sido desperdiciados en el proceso manejado por los bancos.
Von Mises usa este mecanismo para explicar las crisis (de la época) y mostrar que la respuesta ante la caída del mercado que se produce durante la crisis no debe ser nunca la de facilitar el crédito –aumentando la emisión fiduciaria–para tratar de evitar la crisis. Esto solo empeoraría la inevitable crisis posterior:
«If our doctrine of crises is to be applied to more recent history, then it must be observed that the banks have never gone as far as they might in extending credit and expanding the issue of fiduciary media. They have always left off long before reaching this limit, whether because of growing uneasiness on their own part and on the part of all those who had not forgotten the earlier crises, or whether because they had to defer to legislative regulations concerning the maximum circulation of fiduciary media. And so the crises broke out before they need have broken out. It is only in this sense that we can interpret the statement that it is apparently true after all to say that restriction of loans is the cause of economic crises, or at least their immediate impulse; that if the banks would only go on reducing the rate of interest on loans they could continue to postpone the collapse of the market. If the stress is laid upon the word postpone, then this line of argument can be assented to without more ado. Certainly, the banks would be able to postpone the collapse; but nevertheless, as has been shown, the moment must eventually come when no further extension of the circulation of fiduciary media is possible. Then the catastrophe occurs, and its consequences are the worse and the reaction against the bull tendency of the market the stronger, the longer the period during which the rate of interest on loans has been below the natural rate of interest and the greater the extent to which roundabout processes of production that are not justified by the state of the capital market have been adopted.»
Conclusión
El modelo de crisis de von Mises, que se desprende lógicamente de la definición de la tasa natural de interés de Böhm-Bawerk explica la oposición de los austriacos a las políticas keynesianas de estímulo: dado que lo que hay durante la crisis es un desequilibrio fundamental en la economía, políticas que impiden el ajuste contractivo crean las condiciones para una crisis mayor en el futuro.
Estos argumentos también explican la oposición de quienes siguen los preceptos austriacos a la expansión monetaria del FED después de la crisis. Esto también muestra las diferencias entre el monetarismo de Friedman y los austriacos.
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