R. Fischer
Una de las recomendaciones de la Comisión Engel es la de elegir los directores de obras en las comunas mediante la Alta Dirección Pública. Esto parece una buena recomendación, pues es bien conocida la ineficiencia y las normas desactualizadas que rodean las Direcciones de Obras municipales. En suficientes casos como para indicar que es un problema endémico, se ha sospechado o demostrado la existencia de corrupción en estas Direcciones.
El procedimiento para nombrar al director de obras es clásico en la burocracia más anticuada, y por lo tanto es cara a las agrupaciones funcionarias. Cuando el vigente jubila o fallece, lo reemplaza el funcionario más antiguo que cumpla los requisitos. No importa cuan bien se haya desempeñado, ni su capacidad, ni ningún otro atributo que no sea la antigüedad. A esa espera en cargos de la Dirección de Obras se le denomina «carrera funcionaria». Si todo lo que se requiere para ser Director de Obras es la antigüedad, independiente de su inteligencia, capacidad para decidir situaciones complejas, capacidad para realizar cambios positivos en la normativa, u otras actuaciones, tal vez deberíamos reemplazar toda la Dirección de Obras por un sistema experto.

En palabras del Presidente de la Asociación de Directores de Obras:
Esto cambia las reglas del juego. Tengo arquitectos que están haciendo carrera profesional para ser, algún día, director de obras (…) Todos los funcionarios están haciendo una carrera, y su meta es llegar a ser director, jefe de departamento.Cuando plantean que va a llegar alguien desde la Alta Dirección Pública, en que cualquier persona puede postular, eso nos parece que va en sentido contrario a esta carrera funcionaria.»
Y muy bien que así sea.
Ps. Me quedé pensando en la carrera funcionaria. En las fuerzas armadas la antigüedad también es importante, pero en cada rango hay más miembros que en el rango superior, así que para avanzar en la carrera militar es necesario ser seleccionado. El oficial que asciende es seleccionado por algún aspecto (aunque tal vez no siempre éste sea el mérito). En el caso de la carrera funcionaria en una dirección de obras, el número de arquitectos es pequeño, así que –salvo pocas excepciones– debería haber solo uno con cada antigüedad. Esto significa que todos llegan al cargo de Director de Obras; es solo cosa de esperar.
La imagen que tengo es la de un tren que retrocede empujando lentamente los carros hacia un acantilado, como en las películas. Cada vagón sabe que será cabecera del tren por unos momentos antes de desaparecer. No es necesario hacer méritos para llegar a la encabezar el tren.
