R. Fischer (otra entrada olvidada)
Debido a un viaje a Rwanda, un país con internet algo lenta, este blog no ha estado muy activo. Sin embargo, la siguiente joya de Lex aparecida en el Financial Times sobre el juicio a Chevron en Ecuador merece comentarios.
El caso comienza cuando que Texaco se retira de Ecuador, hace casi veinte años, habiendo gastado US$40 millones en tratar de recuperar el medio ambiente afectado por sus extracciones. Texaco fue luego adquirida por Chevron, otra empresa sin activos en Ecuador. Algún tiempo despúes, grupos activistas medioambientales e indigenistas comenzaron un juicio en Ecuador contra Chevron por ser el continuador de Texaco, acusándo a esta última de haber destruido el ecosistema y causado daños irreparables a grupos indígenas de la zona.
El juicio tuvo pocos problemas para pasar todas las etapas judiciales, con Chevron haciendo lo posible por demostrar que la justicia ecuatoriana era sesgada. Objetivamente hablando, durante el proceso, la justicia ecuatoriana ha actuado de formas que dan vergüenza.
El juicio y las apelaciones fueron muy influenciadas por la película Crude, que pretendía mostrar la destrucción provocada por Texaco. Chevron pudo conseguir tramos descartados de las entrevistas usadas en la película. Estos tramos mostraban al abogado acusador señalando que la justicia ecuatoriana era corrupta, que la evidencia contra Chevron era smoke and mirrors (es decir lo que hacen los ilusionistas para engañar al público) y admitiendo que los testigos expertos habían sido pagado por leer declaraciones escritas por otros para ellos. Pese a esa evidencia, o tal vez ofendidas porque Chevron la había traído a la luz, la justicia ecuatoriana, incluyendo a la Corte Suprema (en apelación) condenó a Chevron a pagar US$17 mil millones.
Como escribe Lex, si la justicia de un país va a ser tan obsecuente y poco objetiva, es bueno verificar con antelación si la empresa acusada tiene activos en el país que se le puedan quitar. De otra forma no se consigue más que el ridículo, ya que ninguna corte extranjera va aceptar tal decisión. Efectivamente, Lex señala que el precio de la acción de Chevron no varió cuando salió el fallo. La mejor demostración de lo poco efectiva –salvo tal vez para consumo interno– de esta actuación de la justicia ecuatoriana.