Como escribí en Modelos de desarrollo y su continuación aquí, muchos convencionales, abogados y (algunos) economistas (en adelante CAAE) tienen una obsesión con el extractivismo de la economía chilena y los males que supuestamente se derivan de este modelo de desarrollo.
Para unos, es un modelo que no conduce al desarrollo sino a la dependencia, además de regalar nuestras riquezas a empresas multinacionales. Lo que los CAAE desean es que el país desarrolle productos con valor agregado, y no que exporte materias primas o productos apenas procesados. Para otros, el problema es más básico: al extraer riquezas de la tierra se estaría cometiendo un pecado contra la madre naturaleza, la Pachamama. En esta nota mis argumentos se refieren al primer grupo, ya que el segundo corresponde a una visión cuasi-religiosa que asume un mundo incompatible con una sociedad moderna.

Al pensar que las exportaciones de productos naturales impiden el desarrollo, probablemente los CAAE tienen en mente países de América Latina, o los países petroleros del Medio Oriente. Determinar cuál es el motivo para ese fracaso es una pregunta interesante, pero no es mi tema aquí. Lo que me interesa es la pregunta de si es posible desarrollar una economía basada en la exportación de recursos naturales.
Composición de las exportaciones chilenas
La siguiente figura muestra la composición de los USD 71.1 MMM de exportaciones en 2019. La figura le da la razón a los CAAE: las exportaciones chilenas están basada en recursos naturales, directa o indirectamente.1

Casi todas nuestras exportaciones están relacionadas con recursos naturales en distintas etapas de proceso. Ejemplos de productos con procesamiento son las exportaciones de: vino, filete de pescado, madera aserrada, pulpa de madera y otros similares. Tal vez lo que más sorprende es la enorme variedad de productos que se exportan.
Dado que aparentemente muchos CAAE están pensando adoptar políticas equivalentes a la sustitución de importaciones (aunque no lo digan),2 es interesante revisar su efecto en Chile luego de décadas de esas políticas. En 1969, según Indicadores Económicos y Sociales de Chile 1960-2000, pag 856-57 del Banco Central, el 81.7% de las exportaciones eran minerales, y casi el 63% era cobre. Los sectores agrícolas, frutícolas, forestales, ganaderos y pesqueros representaban apenas un 3.3% de las exportaciones. Lo que se denominaba el sector industrial representaba el 15% del total, e incluía productos que ahora clasificaríamos como procesamiento simple de recursos naturales (celulosa, maderas, vino), más industria metálica básica, que supongo corresponde en su mayoría a la empresa Madeco (Manufacturas de Cobre). Había producción doméstica de manufacturas, pero solo para el mercado doméstico. Eran productos caros (por la falta de competencia y la protección), y en general de mala calidad, al menos en relación a su precio. Por eso desaparecieron con la apertura comercial.
Madeco y las materias primas con valor agregado
Madeco (Manufacturas de Cobre) fue creada en 1944 para agregar valor a los recursos naturales con un préstamo de CORFO. Esta empresa semiestatal fue luego intervenida en 1971 por el Estado y devuelta a sus dueños originales en 1975. Producía tubos, alambres y otros productos básicos en base a cobre, un metal que recibía a un precio subsidiado.3

No fue una empresa exitosa (si descontamos los subsidios que recibía). Sin subsidios sobrevivió en el mundo privado hasta 2013, cuando cambios tecnológicos en la construcción, además el alto costo de la electricidad la hicieron abandonar las manufacturas de cobre. Vendió su unidad de alambres de cobre y se concentró en la división de envases plásticos de la empresa. Cambió su nombre comercial por el de Tech Pack, una empresa de envases plásticos para el mercado doméstico y de exportación con operaciones en Chile, Argentina, Perú y Colombia. Esta empresa tuvo éxito, pero en 2016 vendió el negocio de envases. Aparentemente está en proceso de liquidación, porque no tienen ingresos de su actividad principal.

El caso de TechPack/Madeco es interesante y amerita un estudio de caso más detallado de lo que puedo hacer aquí. TechPack era una empresa de manufacturas que no estaba basada en un recurso natural doméstico, sino importado. Sus productos se usaban en la industria doméstica y se exportaban.
El desarrollo de una industria que suministra insumos a la industria exportadora (alimento de salmones, explosivos para la minería, bolas para chancadoras envases para la exportación de productos) es aparece en forma natural. Es lo que se denomina encadenamiento hacia atrás. Responde a una demanda real y no una demanda creada por una planificación central. El encadenamiento hacia atrás genera externalidades, porque se requiere una comunidad de productores interesados en resolver los problemas de la industria de exportación. La exportaciones compiten en el mercado global y requieren una industria eficiente, por lo que los suministradores deben ser creativos, eficientes y flexibles.
Los “encadenamientos hacia adelante”, que con otro nombre los CAAE quieren reproducir en el litio, pocas veces generan las externalidades que son el único argumento consistente para subsidiar una industria. ¿O es que creemos que si se instala una planta de baterías de litio, esto ayudará a crear la investigación de baterías en Chile (sin un subsidio adicional)? Será simplemente una planta que la empresa que explota litio considerará parte de su costo de invertir en Chile, reduciendo el pago que hará al Estado (y si es estatal, reducirá su rentabilidad para el Estado).4
En resumen, la sustitución de importaciones fue una política económica que empobreció relativamente a Chile, tal como sigue empobreciendo a la otrora rica Argentina.5 Enfatizar encadenamientos hacia adelante o agregar valor a los productos no son políticas públicas sanas. Además, hay países que les ha ido bien con una estrategia basada en la exportación de recursos naturales (tal como a Chile le ha ido bien).
Los casos de Nueva Zelanda y Australia
Consideremos los casos de Nueva Zelanda y Australia, países ricos en recursos naturales. Nueva Zelanda exportó USD 40.5 MMM en 2019, con la composición de exportaciones de la figura.

Solo el rectángulo azul –tal vez un 6%– corresponde a lo que llamaríamos exportaciones no basadas en recursos naturales: turbinas, equipos médicos, etc. Todo el resto son recursos naturales, con muy poco procesamiento.
Hoy, Nueva Zelanda es un país rico, al que muchos desearían parecerse. Pero hubo una época en que siguió una política similar a la de sustitución de importaciones. Lo único que consiguió fue empobrecerse paulatinamente, hasta converitrrse, a fines de los 70, en el más pobre de los países desarrollados. En los 80’s el país reformó su política económica (bajo gobiernos laboristas). Se privatizó y desreguló la economía, se liberalizó el comercio y el país volvió a crecer.

Nueva Zelanda es un país que ha basado su desarrollo en la apertura y la exportación de sus recursos naturales. Es un país reconocido por sus buenas prácticas medioambientales y su relación ejemplar con los maoríes. Es un propulsor del TPP11, que los CAAE aborrecen, por profundizar la apertura de las economías.
Australia siguió un camino similar. En el pasado, Australia desarrolló todo tipo de industrias manufactureras usando subsidios, incluyendo una de automóviles para el mercado doméstico (y algo de exportaciones). La economía comenzó a crecer lentamente y finalmente se modificó la política económica por una liberalización orientada al exterior. Australia tuvo dos décadas de crecimiento con baja inflación y bajo desempleo (y eventualmente cerraron las plantas automotoras) . La composición de los USD 248 MMM en exportaciones de Australia tiene parecido con la chilena, con muchos productos de la minería (tal vez más que Chile):

Países que nos parecen dignos de imitar han basado su desarrollo en la apertura y el desarrollo de sus recursos naturales. Nuestros CAAE rechazan ese modelo de desarrollo. Aunque no son claros en sus definiciones, sus propuestas no son demasiado distintas de las que han empobrecido a nuestro país en el pasado. Por otra parte, esquemas de desarrollo como el de los países asiáticos o de países europeos requieren una mayor explotación de los trabajadores-consumidores de la que es políticamente viable. Seguir la políticas de los CAAE traera estagnación, crisis económicas y dependencia de los organismos multilaterales como el FMI.
Notas:
- Salvo tal vez pollos y cerdos, ya que importamos el alimento. Es como Finlandia, donde el 8% de las exportaciones son petróleo, pese a no producirlo.
- La alternativa son las políticas usadas por Corea del Sur y Taiwan antes de los 90. Estas políticas no son compatibles con la OMC. Si abandonamos la OMC es casi imposible exportar productos, y el empobrecimiento ahí sí que sería rápido. Respecto a Finlandia, que conozco menos, su proceso de desarrollo parece haber sido similar al europeo del siglos XIX (explotación intensiva del trabajo). Posterormente, siguió el proceso de acumulación de la postguerra común a Europa (incluyendo acuerdos comerciales con Europa). Además, recibió ayuda secreta de los EEUU y, por último, tenía la gran ventaja de ser el único país que tenía acuerdos comerciales con la URSS.
- Hallam (2018), en una revisión de la literatura sobre las tendencias en los precios de commodities, observa que los precios de manufacturas simples usando commodities (lo que hacía Madeco) siguen tendencias similares a las de los bienes originales. Por lo tanto, si creyésemos en el argumento de Prebisch-Singer, esas manufacturas no resuelven el problema de la supuesta caída en los precios de commodities.
- El ejemplo de la inversión de la planta de Intel en Costa Rica es aleccionador. Cuando Intel decidió invertir en una planta en América Latina, los dos candidatos eran Chile y Costa Rica. el proyecto era mucho más interesante desde el punto de vista de potenciales externalidades que una planta de baterías de litio. Costa Rica ofreció subdsidiar el proyecto y Chile se negó, por lo que Intel se instaló en Costa Rica. La política costarricense no tuvo impacto: Chile creció mucho más rápido que Costa Rica, y algunos años más tarde, Intel abandonó Costa Rica.
- En un estudio de la economía chilena desde 1810 a 1995, Luders (1998) muestra que el crecimiento económico durante el periodo de sustitución de importaciones 1946-1970 fue terriblemente malo (solo 1.4% al año), especialmente en comparación al resto del mundo, incluyendo a América Latina.