Los pollos fritos

R. Fischer

La principal noticia económica de los últimas semanas ha sido –desde mi punto de vista– la acusación de la Fiscalía Nacional Económica, en contra de los principales productores de pollos por haberse coludido para limitar la producción, elevando con ello los precios. La Fiscalía allanó las oficinas de la Asociación de Productores Avícolas (APA) y de Don Pollo, la menor de las empresas involucradas para conseguir información sobre el caso.

El allanamiento le permitió a la Fiscalía encontrar información sobre los procedimiento utilizados para controlar, semana a semana, la producción de las distintas empresas. Es decir, el APA era el instrumento que dirigía el cartel, imponiendo estándares, formatos de ventas y otras condiciones que impedían incluso el asomo de competencia entre las empresas. Los mecansimos eran de gran precisión y se revisaban constantemente de acurrdo con el costo de los insumos, y otras variables. Los acuerdos entre las empresas permitieron que las participaciones de mercado se mantuvieran constantes en el tiempo, como lo muestra el siguiente gráfico de la presentación de la FNE:

Esto explica la ahora famosa frase del gerente general de Don Pollo:

“Para qué pelear con Súper Pollo, mejor es convivir. Como se dice: si tiene un enemigo muy poderoso, mejor únase a él. Con Ariztía y Agrosuper tenemos una asociación gremial muy fuerte, a través de la cual hemos logrado acuerdos con respecto a lo que le corresponde a cada uno en el mercado. No nos vamos a quemar por un 1% más.”

que indica un desconocimiento total de la Ley, inexplicable en el gerente general de una empresa importante (porque de otra manera jamás habría realizado una declaración tan autoincriminatoria). La evidencia parece ser lo suficientemente fuerte como para que no hayan dudas de la existencia de un mecanismo colusivo (los cambios a la Ley que permiten allanamiento, escuchas y delación compensada comienzan a rendir frutos), y la defensa de los acusados pretende demostrar que las restricciones no habrían tenido ningún efecto. Para ello, aducen que no tenía sentido limitar la producción para elevar los precios, si en tal caso las importaciones se habrían quedado con el mercado. Como evidencia muestran una penetración de las importaciones del 16% (12% según la Fiscalía).

Ahora bien, en 2005 las empresas avícolas lograron cambiar la política arancelaria nacional, de manera que nuestros aranceles de importación, que son uniformes en 6% para casi todos los productos importados, ahora tienen una excepción en el caso de las presas de pollo: ellas solas, entre miles de productos, enfrentan aranceles de 18.7%. Es decir, las importaciones avícolas no son tan libres. Además, en 2007 la APA solicitó una medida antisubsidio contra los pollos importados desde Argentina, que los habría sacado del mercado, lo que fue rechazado por la Comisión de Distrosiones del Banco Central. En 2009, la APA estudió la posibilidad de solicitar una salvaguardia, la que nuevamente excluiría a las importaciones. Es decir, las empresas y la APA sabía que las importaciones perforaban su acuerdo colusivo, por lo que hicieron lo posible para evitar esta competencia. Esta historia tiende a debilitar los argumentos de las empresas.

Ahora bien, el escrito de la Fiscalía no está completo. Falta demostrar que el mercado de los pollos es un mercado separado del de otros productos similares (como la carne de cerdo, pavo y bovina), para lo cual es necesario estimar las elasticidades cruzadas de la demanda con sus sustitutos. Asimismo, debe demostrar que las importaciones no eliminan el poder de mercado de las empresas. También debe demostrar la magnitud del alza de precios producto de la falta de competencia. También puede ser útil comparar los precios de importación con los de exportación (pues las empresas exportaban presas de pollo en cantidades importante). También puede ser útil estimar la elasticidadde la demanda y luego usar las variaciones en los precio de los insumos alimenticios para ver la transmisión de costos a precios, como lo muestra el trabajo de Eric Weyl.

Aunque estas formalidades son importantes para medir la importancia de los efectos, parece extraño que las empresas construyeran todos ese aparataje de control de producción y de participaciones de mercado con el simple objetivo de ¿qué? si no es para acercarse a los precios de monopolio.

El problema de los bienes y servicios complejos

R. Fischer

John Kay nuevamente escribe un artículo en el Financial Times que ayuda a reflexionar sobre algunas de las deficiencias actuales de los mercados, y que además resulta particularmente relevante en el contexto nacional. En «The $10 minibar beer is no basis for capitalism«, Kay señala que una de las causas del descontento con el sistema capitalista actual es el hecho que la publicidad de productos y servicios esconde su verdadero costo.

En sus ejemplos, Kay explica lo que quiere decir:

«If you plan to fly with a low-cost airline this summer, you will have discovered that the final bill was not so low cost after all. Additional charges, not just for baggage but for payment and even for checking in, have prompted a super complaint from the UK consumer organisation Which? and spurred the Office of Fair Trading into action.

And have you struggled to understand your mobile phone bill? Bought a cartridge of ink that costs almost as much as the printer? Do you fill in your personal details on an insurance comparison website every year, or just accept uncompetitive renewal terms? Have you used the internet or the minibar in a hotel, or watched the teaser offer on a mortgage revert to a standard variable rate?

Products are complex, and time is scarce. Consumers focus on a few headline prices and features when they make their choices and so competition is focused on those headline prices and features. Economics 101 teaches that markets work best when competition leads to prices in line with costs, but in markets like these, competition has the opposite effect. Producers do not necessarily make excessive profits overall because the prices of key features are forced down to uneconomic levels. No one can really give you a free mobile handset, or fly you to Bratislava for 99p.»

Kay critica a quienes defienden la idea de que las personas pueden, con la información disponible, calcular el costo efectivo de los bienes, y sugiere que los que defienden estos esquemas de precios argumentan,

«[..]often correctly, that consumers can, with sufficient diligence, obtain all the information they need.»

He usado ese argumento en el pasado, pasí que me siento tocado, pero creo que Kay tiene razón al proseguir:

«But most of us have better things to do than to engage in line-by-line scrutiny of our mobile phone bills, or undertake a discounted cash flow calculation of the lifetime cost of a £50 document printer.»

La propuesta de Kay es que se faciliten las comparaciones y que en particular en el caso de los cobros por el uso de tarjetas:

» Small regulatory and legal changes might help. A general principle that charges for making payments must be related to the transactions’ actual costs would both end some abuses and stimulate use of the cost-effective debit card system. «

Tal vez habría que extender el principio más generalmente, en el sentido de limitar la descomposición de servicios que ya están estandarizados en componentes con precios arbitrarios.

En el caso chileno, esto se podría traducir en que las tiendas de departamentos no reduzcan el precio de los productos para resarcirse luego con tasas excesivas, que los cobros por mora no sean ridículamente elevados y que en general, la letra chica de los contratos no sea el origen de las utilidades de las empresas. La contrapartida es como evitar entorpecer la creatividad de los empresarios, si se introducen demasiadas rigideces en los esquema de precios posibles.

Esta pregunta no tiene una respuesta fácil. Pero si no se encuentra una respuesta, el descontento con el sistema podría seguir aumentando, como ya se observa en nuestras protestas callejeras. Kay concluye de esta forma:

«When people see many examples of minor exploitation of consumers in their daily lives, they will conclude that extensive exploitation is characteristic of business as a whole. And they may be right. If caveat emptor is seen as a dominant business principle by both producers and consumers then the legitimacy of capitalism and market organisation will not long survive.»/blockquote>

Competencia en telecomunicaciones

R. Fischer

Nadie podría decir que el Financial Times es un periódico socialista, y sin embargo, ha criticado ácidamente, tanto en Lex como en una reciente columna de John Gapper la fusión de la empresa dominante ATT y T-Mobile, la cuarta empresa de telefonía móvil en los EE.UU.

Como lo señala el FT, las cuentas de un usuario promedio en los EE.UU. son mucho más altas que en Europa, a pesar de que nominalmente hay más comptenecia en los EE.UU:

La razón serían los errores de los reguladores de los EE.UU. Primero, no han convergido a una sola tecnología (poseen GSM y CDMA). Segundo, no se las obliga a las empresas a compartir la infraestructura (las torres), por lo que es casi imposible desplazar de su posición dominante a una empresa grande. Por ese motivo, Verizon y ATT comparten el 80% de las ganancias del mercado y las demás empresas se deben contentar con el resto. Por último, señalan que la rentabilidad neta de ATT es de un 40%, lo que es otra muestra de poca competencia. Pero no sólo en la telefonía móvil hay problemas: el acceso a internet en los EE.YUU es lento y caro. El responsable es la estrategia de no compartir infraestructura (como en los EE.UU.), prefiriendo la fracasada estrategia de competencia de redes.

¿Y en Chile?

La pregunta es: en que ¿situación nos hallamos en Chile? Me parece que nos parecemos más a los EE.UU. que a Europa. En telefonía móvil tenemos dos grandes y un tercero (Claro) con un 16% del mercado (similar a Sprint en los EE.UU.). Es posible que pronto entren dos otras empresas, Nextel y VTR, pero tendrán pequeñas fracciones de mercado. La rentabilidad de Entel es tan elevada que no parece un mercado competitivo.

Pero acá tampoco se comparte infraestructura y aún no hay portabilidad numérica, la que poseen países mucho menos desarrollados. En internet, nuestra cobertura ya no es mayor que los otros países de similares ingresos de América Latina, producto de una estrategia de competencia en redes, tal como en los EE.UU. Pese a que, respecto a nuestros vecinos, somos cada vez más ricos, esa diferencia no se percibe en telecomunicaciones, a diferencia del pasado, que siendo más pobres, teníamos una clara ventaja sobre ellos.

Es como si nuestra estrategia regulatoria hubiera abdicado su deber de promover la competencia, la cobertura y la introducción de nuevas tecnologías. Y en el intertanto, los oligopolios obtienen buenas rentabilidades.

Problemas para Visa

La Reserva Federal está encargada, de acuerdo a la Ley Dodd-Frank, de establecer los precios máximos que se pueden cobrar por las transacciones de débito. La propuesta de precios máximos de la Reserva Feneral está basada en un estudio de costos. Según la Reserva Federal, el costo de estas transacciones (que no involucran ningún riesgo para la emisora de la tarjeta) es de 7 centavos de dólar, por lo que propone un precio máximo de 12 centavos por las transacciones de débito. Hasta ahora, el valor promedio de estas transacciones era de 63 centavos, lo que corresponde a una reducción en el precio de más de un 75%.

Las acciones de Visa y Mastercard cayeron más de un 10% al conocerse la noticia. Los consumidores se ahorrarán casi 10 mil millones de dólares rescpeto a sus pagos actuales. Por supuesto, no todo se traducía en utilidades, ya que había disipación de parte de las rentas con los programas de premios por puntos. Pero es que es más eficiente socialmente que las empresas ofrezcan tranacciones más baratas a que otorguen puntos por lealtad.

La pregunta que debemos hacernos es cómo se llegó a una situación en que el cobro era tan elevado. Lo más probable es que no hay competencia efectiva en el sector, o los precios habrían bajado.

En Europa también se ha impuesto una norma similar, restringiendo las tasas cobradas por transacciones entre países a un 0,2% del valor de la transacción. Ambos valores son parecidos, pues asumiendo una compra promedio con tarjeta de débito de US$ 45, el cobro equivale a unos 27 puntos base (contra los 120 actuales), y es comparable con el 0,2% en Europa.

El TOI

El Taller de Organización Industrial es la principal conferencia en organización industrial de Chile, por lejos, y es una de las más importantes de América Latina. En su tercera versión de este año, vienen, entre otros, Joe Harrington, de Johns Hopkins, y Thomas Ross, de U. of British Columbia.

Esta versión trae una novedad. Antes de la conferencia propiamente tal, que tendrá lugar en el Gran Hotel Zapallar de Isla Seca, se realizó una sesión especial en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas para interesados en políticas de competencia. Además de los investigadores anteriores, participaron Felipe Irarrázaval, Fiscal Nacional, y Julio Peña, del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Harrington describió la economía y efectos de las políticas de delación compensada, lso chilenos discutieron sobre las dificultades que enfrenta la política de competencia en Chile y Ross describió los cambios a la Ley canadiense. Hoy, las sesiones son más teóricas y presentan los avances en la teoría.

La próxima entrada describe una reflexión sobre nuestros problemas de competencia a la luz de la sesión especial.

Multas de verdad

La oficina antimonopolios de la Unión Europea acaba de imponer una multa de 650 millones de euros a cinco productores de pantallas LCD. Las empresas, cuatro de ellas taiwanesas, fueron acusadas de formar un cartel. Este cartel estaba muy bien organizado, y tenía reuniones mensuales. En las sesenta reuniones, las empresas concordaban precios e intercambiaban información sobre la planificación de producción, factores de utilización de planta y condiciones de mercado. Samsung, el principal productor mundial y que también participó en las reuniones, no fue castigado, porque fue primero en acusar la existencia del cartel y en entregar información. LG, otra empresa coreana, fue multada en 215 millones de euros.

Ha sido un buen año para las multas antimonopolio en Europa. Ya han recolectado 3.1 mil millones de euros, los que sirven para cubrir el presupuesto de la Unión. Entre otras empresas, Lan Cargo tuvo que pagar por formar parte de un cartel en la carga aérea.

Considerando la experiencia europea y norteamericana de los últimos años, en que se han descubierto un gran número de acuerdos colusivos internacionales (que son más difíciles de formar que los nacionales), ¿qué posibilidad existe de que estos acuerdos no sean comunes en Chile?

Discriminación de precios sofisticada

Marginal Revolution estudia las tasas de interés cobradas por préstamos para comprar automóviles en los Estadoos Unidos y llega al sorprendente resultado de que la tasa ofrecida depende del navegador de internet utilizado en la consulta.

La tasa si se busca con Internet Explorer:

La tasa si se busca con Chrome (utilizado `por el autor de este blog):

¿Cuál podría ser la explicación? MR ofrece la posibilidad de que los usuarios de Chrome son más sofisticados y tienen más tiempo para buscar. Según uno de los comentaristas, la explicación es que los gupos que analizan las estadísticas de web (en base a las cuales se ponen los precios), utilizan toda la información que recolectan a partir de las búsquedas, incluyendo el tipo de navegador. Según el comentarista, es probable que las estadísticas muestren que los usuarios de IE tienen tasas de default más altas, por lo que se les debe cobrar más.