R. Fischer
Me parece rara la discusión sobre la supuesta violación de la autonomía de la U. de Aysén porque el Ministerio de Educación pidió la renuncia de la Rectora. No acostumbro defender al Ministerio de Educación, pero en este caso no hay cuestión de autonomía universitaria.
A la Rectora se le encomendó establecer una Universidad en la Región, y su cargo es de confianza. La Rectora debía confeccionar los estatutos, desarrollar programas, contratar personal y otras actividades necesarias para dar inicio a la Universidad. Mientras la Universidad no esté operando con sus estatutos aprobados –supongo que por el Ministerio– la Rectora sirve el cargo como una persona de confianza de la Presidencia.
No tiene sentido hablar de autonomía porque significaría que la Rectora no debe rendir cuentas, ya que no hay nadie más en la Universidad. La Rectora redactó estatutos de acuerdo a su propia visión ideológica, los que viola las directrices del Ministerio. Si no se la pudiera remover significaría que ella tendría poderes dictatoriales sobre el desarrollo de la Universidad.
Si no se permite que las universidades privadas puedan desarrollar estatutos a su gusto (hay limitaciones en cuanto a lucro, participación de los estamentos en el gobierno universitario, requisitos mínimos para otorgar grados), sería contradictorio que en una universidad que usa fondos fiscales, la libertad para redactar estatutos sea absoluta.
La agresiva respuesta de las universidades estatales a la petición de renuncia me parece una reacción refleja que responde a un conflicto con el Ministerio y el Gobierno, más que la respuesta reflexiva de instituciones académicas.
R. Fischer
Los problemas del INE me hacen volver a escribir después de algún tiempo sin hacerlo, por la presión del tiempo y dos cursos. Como se sabe, los problemas fueron destapados por una empresa financiera que tuvo dudas sobre el INE y contrató a un consultor para ver si había un problema. Éste ncontró problemas en el cálculo del IPC en el sector vestuario, a los que luego se sumaron electrónicos, arriendos y servicio doméstico.
Peor aún, hay problemas con el Censo, ya que aparentemente la nueva metodología censalno fue bien implementada y un número excesivo de hogares no fueron encuestados. El problema es que el Director del INE no quiso reconocerlo, mintiendo al público. Es lo que se deduce de la entrevista en CIPER a una de sus (renunciadas) funcionarias de confianza, Mariana Alcérreca. El Sr. Labbé, aparentemente más casado con la imagen de sus censo que con la institución, no quiso nunca reconocer los errores. Todos sus intentos para reparar los problemas tuvieron peores efectos, como lo muestra la entrevista. Es probable que el censo tendrá por lo menos que ser reprocesado para devolver la confianza en su sresultados.
En cuanto al IPC, en una interesante entrevista aparecida hoy en El Mercurio, Eduardo Engel explica los errores de la metodología del INE. Engel declara que el error podría subestimar el INE en hasta más de un 1% anual, es decir, ¡tal vez un 80-100% de su valor anual!, y agrega que esto podria explicar algunos fenómenos macroecónomicos inexplicables , como el rápido crecimiento sin presión sobre los precios. Las consecuencias en un país con tantos contratos indexados al INE es importante. Y ahí vienen mis interrogantes: