Tabaco y libertades individuales

R. Fischer

El gobierno ha enviado una ley, con suma urgencia, para hacerle la vida más difícil a fumadores y restaurantes. La propuesta de ley prohíbe fumar en casi todos los recintos privados y algunos abiertos, como estadios. También se prohíbe la venta de chicles y pastillas con nicotina. Asimismo, exige que los expendios de tabaco se ubiquen a más de 200 metros de los colegios.

No soy fumador desde hace muchos años (e incluso entonces, en forma limitada), pero me parece que la propuesta va mucho más allá de lo que es aceptable en una sociedad libre. En una sociedad libre las personas son capaces de decidir por sí mismas los riesgos que toman, y que no hay un hermano mayor –a lo Orwell– que les indique lo que deben hacer. Esta propuesta tiene todas las características del hermano mayor,y es típica de un Ministro de Salud que parece creer que el tiene el derecho de decidir como deben comportarse las personas.

Se entiende la prohibición del expendo de tabaco en la cercanía de los colegios. En nuestra sociedad, los menores de dieciocho años no son ciudadanos con todas sus atribuciones, ya que no pueden votar, por ejemplo. Es decir, la sociedad supone que no han llegado al nivel de juicio que les autorice a tomar todas las decisiones de personas libres en forma autónoma, En tal caso, la sociedad puede decidir por ellos que es apropiado.

Se entiende la prohibición de fumar en restaurantes que no separan sitios para fumadores, pues en tal caso se verían expuestos al humo quiénes no fuman. Es natural tratar de evitar esta externalidad exigiendo separación, o alternativamente, designando el restaurante como uno que es solo para fumadores, o no fumadores. Hasta aquí llega, razonablemente la ley existente.

Otra cosa es prohibir fumar en lugares cerrados, aunque todos los que asistan lo hagan voluntariamente. Esto es inaceptable en una sociedad de individuos libres, por muy bueno que eso sea para la salud. Incluso menos aceptable es que se prohíba la venta de productos con nicotina. La nicotina puede ser adictiva, pero no he oído de casos en los que comer chicles con nicotina haya causado cáncer al pulmón. Se trata, por lo tanto, de una intromisión aún más inaceptable en las libertades de las personas, ya que se prohíbe el uso por los efectos que podría «inducir».

El único punto favorable de la medida es que es tan extrema que los individuos no la van a respetar. Se trata, de un nuevo caso de nuestra antigua manía de hacer leyes cada vez más estrictas cuando no se respetan las anteriores, siendo que lo que se requiere es fiscalizar mejor su cumplimiento. También es sorprendente que los gobiernos de la Concertación, cuando impusieron las leyes antifumadores, fueron mucho más cuidadosos con las libertades individuales que el gobierno actual.

Autor: variacioncompensada

Profesor, CEA-DII, U. de Chile.

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