El peligro de las centrales nucleares …

R. Fischer

Es casi inexistente.  Toda la evidencia científica muestran que accidentes como Fukushima casi no tienen consecuencias para la salud humana. En tal caso la histeria que causan en el público (y por ende, los políticos)  es comparable al temor irracional a las brujas que en el siglo XVII llevó a la hoguera a decenas de miles de personas en Europa y especialmente en Alemania

He citado en el pasado evidencia de las Naciones Unidas que muestra que en el caso de Chernobyl, los efectos de la radiación han sido poco importantes. Se debe recordar que Chernobyl emitió una vasta cantidad de radiación por incompetencia de los operadores y mal diseño de la planta. Los miles de casos de cáncer de tiroides en niños (mortalidad: 1%) se debieron a un mal manejo del gobierno soviético, que para no revelar el desastre, no entregó las pastillas de yodo que habrían evitado que el yodo radiactivo en la leche que de los niños se concentrara en su tiroides.

Hiroshima
Hiroshima después e la bomba

La evidencia de los bajos efectos de la radiación (a diferencia de los efectos de una sobredosis de corto plazo) se ha visto confirmada con estudios de los sobrevivientes de Hiroshima. Hace un par de semanas, el New York Times publicó un artículo que describe los resultados de estudios científicos a los sobrevivientes de la explosión nuclear.  El  estudio siguió a 112,600 japoneses, de los cuales 86.611 estaban a menos de 10 km del centro de la explosión. y los restantes 26.000 no habían estado expuestos a radiación–eran los controles–. Los análisis muestran que de 10,929 personas que han muerto por cáncer, solo 527 pueden atribuirse a la radiación de la explosión. Es decir, para la población expuesta a radiación, después de un tiempo suficiente para que todos los efectos de la radiación pudieran ser percibidos, el exceso de mortalidad debido al cáncer es de solo 0.7%.

Más aún, a dos generaciones de la explosión, no hay efectos genéticos relevantes en los descendientes, aunque  la exposición fetal a la radiación tuvo serias y terribles consecuencias para los niños que nacieron luego de la explosión nuclear. Sin embargo sus descendientes no tienen defectos genéticos.

Chernobyl
Central de Chernobyl 25 años después.

Además, estos estudios sobre Hiroshima han permitido determinar, contra lo que se pensaba, que una exposición de baja intensidad (menos de 100 milisieverts, mucho más de lo que recibieron los vecinos de Chernobyl o Fukushima) no tiene efectos sobre la salud. Esto ratifica lo observado en los estudios de Chernobyl.

Esto no quiere decir que no se deben tomar precauciones para hacer que las plantas nucleares sean seguras. Pero por otro lado, significa que las políticas públicas deben tratar de informar a ala opinión pública de que su temor a la radiación y las centrales nucleares no tiene apoyo científico. Este temor ha significado que varios países desarrollados planeen dejar de usar centrales nucleares. Esto es un error grave, pues esos países deben reemplazan la energía que producían esas centrales. En parte esto se hace con energía producida por centrales convencionales que emiten gases de efecto invernadero –ahí si que hay un peligro de largo plazo– o por objetivos exagerados de penetración de energías renovables. Esto tiene un altísimo costo, como lo están descubriendo los alemanes.

Autor: variacioncompensada

Profesor, CEA-DII, U. de Chile.

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