El déficit de activos seguros

El Financial Times trae una descripción de la hipótesis de Ricardo Caballero sobre un déficit de activos seguros . Según Caballero, en la década pasada los países en desarrollo comenzaron a acumular riqueza y como no disponían de activos seguros en sus países, los buscaron en países desarrollados. El exceso de liquidez hizo caer las tasas de la deuda estatal en países desarrollados, y aparecieron nuevos instrumentos privados que supuestamente combinaban la ausencia de riesgos son una mayor rentabilidad que los bonos del tesoro. Los activos subyacentes a estos instrumentos de deuda (por ejemplo, el negocio inmobiliario) sufrieron burbujas de precios, hasta que la situación fue insostenible y se produjo la crisis. Aunque la crisis eliminó una gran cantidad de liquidez (que perdió sus inversiones), ésta ha seguido acumulándose. Dado que los poseedores de liquidez han visto que muchos supuestos activos seguros no lo eran, ha aumentado la demanda por los pocos activos que siguen viéndose seguros, lo que explica que las tasas de los bonos del tesoro de los EE.UU. y otros países desarrollados no suban pese a los elevados niveles de deuda.

Este blog concuerda con esta parte del análisis de Caballero, pero estima que es una explicación parcial de los problemas globales. Como diría Keynes, existe un exceso de ahorro en el mundo. Una parte se debe a las políticas de países como China, pero también responde a los cambios demográficos, con una proporción mayor de la población mundial en edad laboral y menos jóvenes que requieren gastar en su educación y salud. Los chinos, donde la política de un niño por adulto va a llevar a un más rápido descenso en la cantidad de jóvenes, están ahorrando ferozmente para la vejez. En otros países, las personas tienen menos confianza en sus sistemas de pensiones. Todo este exceso de ahorro no tiene una contraparte de demanda de inversiones. Los países en desarrollo más pobres necesitan inversiones pero hay poco interés en prestarles, pues no poseen las estructuras legales o institucionales que aseguren un repago. Los países emergentes, por su parte, han preferido ahorrar luego de malas experiencias en el pasado con flujos de capitales que entraba y salían de sus países.

¿Es posible que la tasa que equilibre la demanda de ahorro con la inversión sea negativa? Eso puede ser lo que está ocurriendo, si consideramos que la tasa actual de bonos del tesoro es casi cero, y que es probable que haya inflación en el futuro. Tal vez sea una respuesta al hecho que la población en algunos países desarrollados es percibida como decreciendo en el futuro

Austríacos y capitales golondrina

Este blog supone que Hayek no llegó a observar los capitales golondrina, pero ¿cuál habría sido su opinión respecto a ellos? Tal vez pueda deducirse algo por analogía. Hayek, y en general los austríacos, aborrecen de los bancos centrales, pues éstos pueden intervenir las economías, entregando señales artificiales sobre el costo de las inversiones a través de cambios en la tasa de interés. Cuando las tasas son artifiicalmente bajas para estimular la economía, Hayek argumenta que esto se traduce en un exceso de inversión y consumo que lleva la economía más allá de la frontera de posibilidades de producción (FPP), y además, en forma desequilibrada, con un exceso de inversión mal ajustada a la capacidad real de demanda de la economía.

Los capitales golondrina tienen un efecto análogo sobre la economía, aumentando el consumo más allá de la FPP y desviando la inversión al sector no transable. Cuando el estímulo desaparece, la economía cae en una crisis profunda, debido a que se debe reacomodar, con menos consumo y un desplazamiento de la inversión hacia el sector transable. ¿Estaría por lo tanto Hayek a favor de los controles a los capitales golondrina? Hay que preguntar a los austríacos actuales. Después de todo es una seria intervención en la economía.

Otro artículo sobre la crisis

R. Fischer

Pero este artículo es bastante claro y deprimente. Según el autor, hay y habrá un déficit de demanda agregada mundial, pues en todos los países desarrollados la solución a los problemas pasa por hacer que los hogares paguen, de una forma u otra, las deudas acumuladas en los últimos años. No lo dice el artículo, pero esto es equivalente a declarar que los países ricos lo son menos (ya no pueden consumir tanto). La única solución es volver a prestar a los países en desarrollo, que en principio deberían darle un uso más productivo a los ahorros de los países desarrollados. Como estos países temen una repetición de las crisis de los 80 y 90, los flujos no deberían ser de capitales golondrina, sino flujos de inversión.

Una opinión de George Soros

George Soros en el Financial Times prediciendo lo que sucedería si Alemania decide abandonar el Euro:

Germans should consider the following thought experiment: withdrawal from the euro. The restored Deutschemark would soar, the euro would plummet. The rest of Europe would become competitive and could grow its way out of its difficulties but Germany would find out how painful it can be to have an overvalued currency. Its trade balance would turn negative, and there would be widespread unemployment. Banks would suffer severe losses on exchange rates and require large injections of public funds. But the government would find it politically more acceptable to rescue German banks than Greece or Spain. And there would be other compensations; German pensioners could retire to Spain and live like kings, helping Spanish real estate to recover.

Según Soros, el efecto sería el mismo que lo que ocurriría si Alemania le hace caso a los críticos de su política de impulsar las exportaciones y limitar el consumo. Es decir, Alemania no tiene la amenaza de abandonar el Euro si los otros países no se adaptan a sus políticas.

Problemas del won y del peso

En el Economist aparece el siguiente artículo sobre los problemas del Won y los flujos de capitales especulativos o golondrina. Corea del Sur ha tenido serios problemas con estos capitales, que han aumentado enormemente la inestabilidad del won. Esto afecta a los exportadores y en particular hace que la economía ande a saltos. Cuando entran los capitales, se aprecia el won y se activa el consumo y los sectores no transables, castigándose las exportaciones. Cuando los capitales salen, el won se deprecia violentamente y los efectos anteriores se invierte. La salida puede ser por cualquier motivo, por temor, o incluso debido a que otros mercados son más atractivos. La economía tiene que readaptarse a las nuevas condiciones, lo cual es costoso, normalmente está asociado a una crisis y tiene efectos políticos, a menudo resultando en la caída del gobierno.

En forma automática, la economía debe redirigir sus factores productivos hacia los transables, en particular las exportaciones, y reducir el consumo. El efecto sobre el bienestar puede ser dramático, como lo muestran las crisis Asiática y posteriores. Además, la existencia de capitales golondrina significa que los países tienen poca ocasión de realizar políticas monetarias, como lo señala el artículo citado más arriba. Si Corea del Sur desea enfriar una economía sobrecalentada aumentando la tasa de interés, esto atrae capitales golondrina, lo que eleva el won, castiga las exportaciones y aumenta el consumo. El efecto final es reducir los precios de los transables y elevar el de los no-transables, sin que haya un efecto claro sobre la tendencia de la inflación.

Por este motivo, un economista tan neoclásico y poco intervencionista como Jagdish Bhagwati estima que se deben limitar los capitales golondrina. En un artículo aparecido en Foreign Affairs en 1998, señaló que el comercio en bienes y servicios es distinto del comercio de dólares y que existían razones para tratar ambos tipos de comercio en forma distinta. El problema es la sensibilidad de los flujos de capitales, que los hace ser propensos a «Manías y Pánicos», en palabras de Ch. Kindleberger, uno de los grandes estudiosos de este tipo de crisis.

Bhagwati estima que no hay motivos para pensar que los capitales golondrina traen beneficios, por lo que tal vez sea necesario eliminarlos o al menos introducir trabas que dificulten tanto su entrada como su salida. Este blog no comparte todo el análisis de Bhagwati en esta materia, ya que no considera totalmente inútiles los capitales golondrinas. Estos sirven como una alerta de errores graves de política económica. Pero comparte la idea que estos capitales causan muchos problemas y que habría que limitar sus movimientos, que es lo que intenta hacer Corea del Sur, así como otros países del Sudeste Asíatico.

Los problemas del won son los mismos que Chile comenzará a experimentar cuando eleve las tasas de interés para limitar la actividad económica. Tal vez es el momento de desempolvar los impuestos a los flujos de capitales golondrina que Chile utilizó con bastante ésito durante los 90, y que son la inspiración de la propuestas de Corea del Sur y otros países que tienen el mismo problema.