Líderes estudiantiles

R. Fischer

El viernes pasado hubo una marcha que terminaba entre Beaucheff, donde está la FCFM (Fac. de Ciencias Físicas y Matemáticas), y el Departamento de Ingeniería Industrial, donde trabajo, ubicado a unas tres cuadras por Blanco.

Había cierto temor en la Facultad ante la posibilidad que se repitieran los hechos de la última marcha, que terminó con cientos de encapuchados y otros participantes (miles en otras versiones) dentro de la Facultad, tirando piedras a los polícias y éstos tirando lacrimógenas y agua al interior del recinto. Par evitar daños, se llamó a los académicos a que esta vez «defendieran la Facultad», frenando la violencia encapuchada en la Facultad.

Decidí participar en la «defensa», lo que significó que tuve que cruzar la marcha de lado a lado. No fue mucho problema porque la convocatoria fue baja. Calculé unas 3.500-5.000 personas, pero según carabineros habían 10.000. Mi cálculo se basó en que solo habían tres cuadras de Blanco ocupadas, con grandes espacios –incluso medias cuadras– vacíos. La gente estaba tranquila, los vendedores de jugos frescos y dulces se movían sin problema entre la gente, y nadie prestaba mucha atención a lo que estaba pasando en el escenario. El ambiente era relajado y juvenil.

Una calle lateral (la L que forma Gay que vira a Blanco) estaba llenos de encapuchados, se vendían limones, muchos tenían máscaras antigás. Vi a un adolescente tirando piedras (pequeñas) hacia un departamento del quinto o sexto piso. Cuando se lo reproché me explicó que estaban tomando fotos. Le señalé que estaba lleno de gente tomando fotos a su alrededor. No creo haber tenido mucho efecto.

Caminando por Blanco, entre las barreras y gente, llegué a Club Hípico. Al mirar hacia Gay, vi a encapuchados corriendo a toda velocidad. Poco más atrás apareció el Guanaco. Al rato la escena de repetía, pero en la dirección contraria. Solo podía ver la intersección de Gay y Club Hípico, y se veía como un ritual, o tal vez los Keystone Cops de la películas de principios del siglo XX.

Entré a la Facultad por una puerta lateral alejada de las manifestaciones. Todo tranquilo, y las puertas más expuestas estaban cerradas con gruesas cadenas. Encontré al Decano junto al Presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI) y uno de los directivos del CEI. Estaban tratando de convencer al decano de que quitara las cadenas. El decano, impertérrito, solo sonreía mientras se negaba.

Los dirigentes se excitaban, así que decidí meterme, y les pregunté cual era el motivo para quitar las cadenas. Es que tal vez sea necesario, me dijeron. Pregunté por qué. Respondieron que si la policía arrinconaba a los encapuchados, éstos debían tener la posibilidad de ingresar. Les dije que con lo amplio de las calles en la zona, era imposible arrinconar a los encapuchados. Los dirigentes seguían insistiendo, lo que confirmó mi sospecha de que lo que querían era facilitar la entrada a la Facultad, para que desde ahí pudieran hostilizar a la policía sin temor. En resumen, en mi opinión a los dirigentes no les interesaba la Facultad, sino su objetivos políticos y estaban dispuestos a usar cualquier argumento para conseguirlos.

Les pregunté si creían estar jugando «al pillarse con capilla», y el Presidente me miró con desprecio, mientra el otro dirigente se ofendió. No le hice caso e insistí en que ellos estaban cooperando con los encapuchados y las tomas. El dirigente me dije que ellos habían intentado bajar las tomas, como el de la Torre Central cuando se votó por primera vez volver a clases. Les dije que había estado ahí y no los había visto. Además, no oí condenas a los que se tomaron la Torre Central contra una votación democrática. Se fueron.

Estaba un poco enojado así que me puse a discutir con otro académico que estaba a favor de permitir la entrada (había sido dirigente hace una década o algo más, lo que explica su posición). Al poco rato nos pusimos a conversar de su especialidad, estructuras, de la que aprendí bastante y quedamos amigos. Mientras conversábamos, la lucha encapuchados — policía cedía y se abrieron las puertas–. No había pasado nada.

Aprendí que los actuales dirigentes estudiantiles son tan poco sinceros y sin principios como los peores políticos profesionales. Además, comprobé que en nuestra Facultad el movimiento ha creado divisiones interdepartamentales. Civil y Geología están cuadrados con los estudiantes desde el principio. Computación y Electricidad también tienen esa tendencia aunque más moderada. Industrias y sobre todo Matemáticas están en la posición contraria, con mucha vehemencia en el caso de algunos matemáticos.

Autor: variacioncompensada

Profesor, CEA-DII, U. de Chile.

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