R. Fischer
Escribir sobre las propuestas estudiantiles daría para mucho, pero solo quiero referirme a unas pocas de ellas. Una de las quejas de los estudiantes es el alto costo de los estudios, el que ha subido mucho más que el arancel de las becas y otros subsidios a los estudiantes de bajos ingresos.
No estoy seguro cual es la explicación que dan los estudiantes para esta alza desmedida, pero es casi seguro que la asignan gran parte de la culpa al lucro en la educación.
Aunque puede haber un pequeño efecto del lucro en los costos de la educación, el aumento de costos tiene otra causa mucho más fundamental. Cuando un sistema universitario se expande como lo ha hecho el nuestro, y con condiciones de competencia que impiden una degradación en la calidad como la que ocurrió durante la ampliación de la cobertura escolar de la década de los 60, los factores (cuasi-) fijos se llevan gran parte de la renta producida por los mayores ingresos por matrículas.
Nuestra cobertura de educación terciaria universitaria aumentó en algo así como 100% en diez años, pero el número de personas que podrían servir como académicos crece mucho más lento. Hay carreras, como las de negocios, en las que no son necesarios muchos recursos como laboratorios e investigación, y pueden hacer buenas clases un enorme número de profesionales. Es por ello que son las carreras que inicialmente se expandieron más rápido en las nuevas universidades, sin elevar demasiado los costos.
El problema es que las nuevas universidades se expandieron a otras áreas en la oferta de académicos –incluso part-time– es más limitada y los costos de infraestructura son mayores. Además, los procesos de acreditación elevaron las exigencias en esas carreras, ya que la acreditación valora la investigación y el número de profesores de jornada completa con posgrados, especialmente doctorados.
Este último factor es casi fijo, porque el proceso de creación de nuevos doctores puede tardar cinco a seis años, y solo una fracción pequeña de la población tiene interés y la capacidad para seguirlos. Esto ha generado una competencia desmedida por los académicos existentes, elevando sus remuneraciones. Este es el factor principal en el aumento en el costo de la educación universitaria.
En mi área, por ejemplo, una universidad privada (e incluso algunas privadas sin fines de lucro) le ofrece a un académico recién doctorado un salario que lo puede poner en el 1-2% de mayores ingresos de la población. Esta posición relativa de los ingresos de los académicos es superior a la de otros países del mundo desarrollado. Incluso mi Facultad, perteneciente a una universidad estatal, y que tiene remuneraciones menores que la competencia, puede atraer a académicos europeos en casi todos los departamentos. En Europa el número de estudiantes decrece por la baja fertilidad, y eso ha afectado a los académicos jóvenes, que deben emigrar, algo que podría repetirse en el mediano plazo en Chile.
Al eliminar el costo de los estudios, haciéndolos gratuitos, se elimina una de las pocas señales que da el mercado para limitar el ingreso a la educación universitaria. Al no haber señales, hay personas sin habilidades que estudian aunque esto represente una pérdida para la sociedad y segundo, las personas pueden elegir carreras sin importarles si encontrarán trabajo en su campo al egresar. En el futuro esto causará frustración por los años desperdiciados. Además, es posible que gran parte de los mayores ingresos se traspase a los académicos, o que baje la calidad de la educación universitaria si no aumentan los recursos asignados.
Entre paréntesis, hace unos quince años, el Centro de Economía Aplicada de la U. de Chile publicó una propuesta de financiamiento universitario en El Mercurio. La propuesta era similar al actual esquema australiano: Se pagan las universidades, pero los alumnos de bajos ingresos pueden posponer el pago hasta que comiencen a trabajar. En ese momento deben pagar la deuda como un impuesto adicional, con un tope en porcentaje de los ingresos y un un mínimo de ingreso para pagarlo. Esto subsidia el estudio en carreras de bajos ingresos, como artes y pedagogía, pero permite que paguen los estudiantes de esas carreras que se transformaba en empresarios de altos ingresos. No lo encuentro en mi computador, pero debe ser posible recuperar la propuesta y ver si todavía es relevante.
Profe:
¿Y no cree que el problema de los aranceles altos tiene que ver con los escasos aportes basales que el Estado realiza a las universidades estatales?
Los universidades tradicionales al tener poco aporte de parte del Estado, ven en el valor del arancel la única manera de tener los recursos necesarios para realizar los quehaceres que efectua una entidad que se hace llamar universidad.
El otro día veía un video de un economista que postulaba que las universidades privadas que no realizan ni investigación o actividades de extensión tenían igual o incluso más cara la carrera que las universidades de mayor calidad a nivel nacional, digase la Universidad de Chile y Católica.
Esto sencillamente se explicaba porque jugaban con la disposición a pagar de alumnos que no pudieron entrar a una universidad por medio de puntajes, por lo que no les queda otra alternativa que entrar pagando más y por un nivel peor. Y ojo que el arancel no sólo financiará su educación, sino que más de algún porcentaje de la campaña de marketing para hacer creer que se ingresa a los campos eliseos.
Además, ciertamente el problema es que en la actualidad existen carreras que son demandadas por estudiantes (y ofertadas por planteles educacionales) que no tienen ningún sentido, y por suerte aún no estamos en presencia de una carrera como Ingeniería en Danza. Pero esto creo que es un problema tanto del alumno como del Estado, ya que debiese ser este quien asegure que existan directrices sobre lo que se propone a desarrollar en las aulas universitarias versus lo que necesitará el país en el mercado laboral de presente y futuro. Lo que parece peculiar es que dichas carreras no aparece en planteles cuyo objetivo es el lucro.
Bueno, por supuesto el Estado podría hacer como en Argentina, en que las universidades estatales son gratuitas, ya que todo depende del monto del arancel basal. Pero eso no es una respuesta ya que no es un buen sistema.
En el DII al menos, el aporte de los estudiantes de pregrado no alcanza a pagar ni siquiera los gastos directos que generan. El Departamento debe poner recursos que saca de otras actividades, como los postítulos, los proyectos externos, donaciones y los peajes de proyectos de investigación para financiarse.
Vuelvo por lo tanto a mi argumento original,que es que el alza en los costos se debe al aumento en la demanda por estudiar en la universidad. El Estado podría financiar más aporte basal a cambio de que bajen los aranceles, pero sería una transferencia injusta desde toda la sociedad hacia estudiantes que cuando egresen tendrán mayores ingresos que los que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar (la mayor parte de la población adulta) y muchos de los que asisten a universidades privadas.
Respecto al argumento de que la universidades privadas gastan poco en investigación y cobran mucho, esto puede ser, pero se debe recordar que la investigación en la Facultad no la pagan los estudiantes, sino el Estado mediante fondos concursables y el aporte basal. Las universidades privada no tienen acceso a a esos recursos.
Además, la universidades privadas operan en condiciones de competencia, por lo que no me parece correcto el argumento de que juegan con la disposición a pagar de los alumnos. En Chile hay dos tipos de universidades malas: algunas de las universidades que tienen fines de lucro, y algunas de las universidades estatales. Y las estatales malas, que tienen subsidios y no hacen investigación decente, no son tan baratas.
Profe:
Por suerte en el DII existen las redes de contactos que permitan mantener la investigación con otras formas de financiamiento distinta a los aranceles, pero lamentablemente esto no es una medida que se puede realizar en otras carreras que sin lugar a dudas podrían ayudar al país.
Respecto a la transferencia injusta, siento sería cierto si mantenemos todo tal cual está, es decir, que si tengo mayores ingresos tenga un sin número de mecanismos que me permitan evadir impuestos, pero creo que no soy el único (ojalá) que estaría dispuesto a pagar más impuestos en el futuro a cambio de que los aranceles universitarios sean más amigables.
Si hablamos por transferencias injustas, creo que US$2091 millones a la banca privada por el crédito con aval del estado estaría más cerca de dicha apreciación, la que ciertamente no hace referencia al financiamiento de las universidades, pero si de los alumnos.
Estoy totalmente de acuerdo con que efectivamente existen universidades estatales que son de menor calidad que alguna privada, sin embargo creo que es pertinente hacer una observación ya que en teoría en Chile debiesen existir dos tips de universidades: la privada y la pública, sin apellidos. La universidad privada con fines de lucro no debiese existir pues en caso de existir se estaría violando la ley. Además creo que es importante analizar que no sólo en Chile, sino que mundialmente, no hay ninguna universidad con fines de lucro que tenga mejor calidad que entidades sin fines de lucro.
Finalmente la disposición a pagar, creo que se condice super bien con su ejemplo en clase, ya que es cierto que «están en competencia», pero entre 5 amigazos es fácil ponerse de acuerdo. Si al final las matriculas las llenamos igual.
Saludos profe
Gracias por los comentarios y por estar interesado en el tema. Sin embargo,
1. Creo que casi todas los departamentos buenos tienen redes de contactos, tanto en la U. de Chile, como en la PUC, la Santa María, otras del CRUCH y algunas buenas universidades privadas.
2. Respecto al tema de los impuestos, no es un tema de que al tener más ingresos se pueden evadir más impuestos, sino que se podría instalar un sistema de impuestos adicionales a los que ya se pagan a los que estudiaron en la Universidad, y así pagar por los estudios. Ese impuesto adicional tendría un tope y un ingreso mínimo para recaudarlo. Me parece más justo que las alternativas.
3. Respecto al crédito con aval del Estado con el que los bancos ganaron tanto, ahí hay un problema de competencia (falta de) bancaria, y de mal diseño del instrumento de financiamiento por el Estado.
Esto debería hacernos reflexionar que si el Estado es tan incompetente, ¿porqué deberíamos darle más atribuciones?
En el tema de las universidades privadas hay bastante competencia, porque uno de los problemas es que no pueden llenar los cupos. Si no, ¿para que gastar recursos en publicidad? Ese es un gasto inútil desde el punto de vista educativo, pero si las universidades privadas tuvieran los cupos llenos no haçían publicidad.
En la época sin competencia y exceso de demanda (la época de la universidad gratuita)a, no había publicidad. Ahora hay competencia y todas las universidades, incluyendo las estatales, hacen publicidad.
Yo le agradezco por las respuestas. Siempre se aprende más cuando se puede intercambiar ideas. Creame que leo harto su blog ya que lo encuentro re-entretenido. Mención honrosa tiene el post acerca de la pelicula «Que pena tu vida», el que sacó una buena sonrisa al momento de leerlo.
2. Ciertamente. Atribuyo mi falta de claridad ya que no acostumbro mucho a postear, pero con el tema de los impuestos me refería a tener un sistema progresivo para que no se de el fenómeno «injusto» que en la actualidad llevaría a que personas de mayores ingresos serían (en caso hipotético) subsidiados por los de menores ingresos al momento de estudiar.
3. Absolutamente.
Respecto a la publicidad, lamentablemente esta ofrece un producto que por lo general dista mucho de lo que será en la realidad. Podría incluso llamarse publicidad engañosa. Las asimetrías de información son tremendas entre la institución educativa y el estudiante/familia, por lo que creo irresponsable que sea tan sencillo publicar en un diario o en la televisión que se «es la mejor universidad del país», «que los mejores profesores están en tal plantel», «que se posee la mayor biblioteca del país» y un sin número de etceteras.
Es por esto que independiente de los costos de las campañas de publicidad es más importante preguntarse si es ético primero tenerlas y en segunda instancia verificar si estas realmente mejorarán el plantel educativo.
Finalmente hablando del tema de los cupos, creo que es importante que verificaramos de dónde nace el problema que no llenan los cupos (en caso de no llenarlos): ¿Es efectivamente porque la competencia me está quitando un alumno o es posible atribuirlo al tremendo crecimiento de las universidades donde ya no sólo acepto 100 estudiantes en Ingeniería Comercial, sino que a 300?. Y creo que en particular en universidades «con fines de lucro» siempre tienen incentivos a aceptar otro alumno más, puesto que al final me reporta rentabilidades en algún momento.