Uno puede admirar a los argentinos, tanto por sus artistas, deportistas, escritores y académicos. Pero su gobierno es otra cosa. Es difícil encontrar palabras para un gobierno que acaba de introducir multas para las empresas consultoras que informen que la inflación es más alta de lo que indican los datos oficiales.
Según el Financial Times, a las consultoras económicas que emiten sus propios cálculos de inflación les han llegado cuestionarios que deben ser contestados en 48 horas sobre la forma en que elaboraron sus estimaciones de la inflación. La pena puede alcanzar a los US$125.000.
Se debe recordar que la inflación oficial argentina ha estado en entredicho desde hace años, cuando fue intervenida la oficina de estadísticas porque sus resultados molestaban al gobierno. Desde entonces se ha desarrollado una pequeña industria de estimadores de inflación alternativos y es contra ellos que se decretó esta medida del gobierno. Las estimaciones independientes hablan de un 30% de inflación, contra el 10.9% oficial.
Siempre que se piensa que el gobierno argentino no puede hacer más barbaridades, salen con una nueva sorpresa.