R. Fischer
No he estudiado en detalle la Agenda pro Crecimiento anunciada ayer, así que no puedo comentarla. Sin embargo, un detalle de la propuesta me trajo un recuerdo. La propuesta, que incluye una componente de innovación, considera que más de un cuarto de los recursos estarán destinados a ENAP.

En si mismo esto no es necesariamente malo (dependiendo de como se usan los recursos), pero me recordó un punto que hacen Noland y Pack en un artículo publicado en un libro de la serie Banco Central, Análisis y Políticas Económicas del Banco Central. En el artículo examinan las políticas industriales de Japón, Taiwan y Corea del Sur, países que supuestamente representan cómo se deben realizar estas políticas. Señalan que en Japón:
«… the declining sectors of agriculture, forestry, fishing, and coal mining typically account for 90 percent or more
of direct on-budget subsidies in the period after 1955,..»
Más aún, el cuadro No. 2 del artículo muestra que el sector minero y carbón recibió subsidios equivalentes a un 10,74% (1968), el 14,76% (1976) y el 8,08% (1984) de la inversión realizada en esos sectores.
En Japón se usaron subsidios de desarrollo productivo para apoyar industrias moribundas. Me recuerda al subsidio a ENAP, que casi no tiene hidrocarburos ni futuro.
