El nuevo túnel de San Gotardo es el más largo del mundo, con sus 57 kilómetros. El túnel permitirá reducir en 50 minutos el tiempo de viaje entre Suiza y Milán, a un costo de US$ 21 mil millones. Esta cifra aparentemente no incorpora el costo financiero de los 17 años que tardó su construcción ni los siete años adicionales que tomará dejarlo listo para su uso, por lo que el costo real puede ser muy superior. Ya existía un túnel en San Gotardo, construido hace más de un siglo, y que era uno de los túneles más largos del mundo. Pero el nuevo túnel tiene una capacidad mucho mayor de carga, y cambiará el transporte en Europa: los Alpes ya no serán una barrera para la carga.
Desde hace años se discute la idea de un túnel de ferrocarril de baja altura que nos conecte con Argentina. La conveniencia para Chile de un proyecto de esa naturaleza es mucho menor que para Argentina y en general para los países del Atlántico, pues nuestra capacidad de generación de carga hacia el Atlántico es mucho menor que la de los países trasandinos. La idea del túnel, si no requiere subsidios del Estado (chileno), explícitos o implícitos, es buena, y tendría un gran efecto sobre el continente. Las cargas de soya a oriente podrían salir por ahí, así como muchas otras. El impacto en Chile sería principalmente a través de la mayor actividad en los puertos y los menores costos de exportación a los países del Atlántico.