Sobre el ahorro de recursos

R. Fischer

Hace pocos día tuve una entretenida discusión de café con José Miguel Benavente, El tema  sobre el que discutimos fue si es razonable ahorrar agua en Santiago de Chile.  Según JM, quién vive en la Comunidad Ecológica de La Reina, se debe hacer lo posible por  ahorrar  agua. Con esto quiero decir que JM desea ahorrar agua má allá de lo que interesa para reducir su cuenta de agua.

Comunidad ecológica de Peñalolén

Desde mi punto de vista, si se corrigen todas las externalidades del consumo de agua, no es necesario hacerlo, al menos en el uso doméstico. Es decir, mi argumento es que el precio da las señales correctas en cuanto a ahorro de agua.

Río Mapocho a la altura del aeródromo.

Mi argumento se basa en que  el agua que se consume en Santiago proviene de la cordillera, donde se renueva con las lluvias invernales. El agua es captada al pie de la montaña, se filtra y distribuye a los hogares. Esa agua se usa en los hogares y para regar jardines. El agua usada en los hogares pasa luego al sistema de alcantarillado, y de ahí a las plantas de tratamiento primario y secundario de aguas servidas. Finalmente, es devuelta al río en condiciones similares al agua captada originalmente.

El agua de riego de jardines en parte se evapora y el resto pasa al acuífero  bajo Santiago, con lo que también retorna al sistema. Además, el precio del agua es elevado en Chile y refleja los costos del sistema y sus externalidades (probablemente incluso las asociadas a las emisiones de las plantas que generan la energía), por lo que el consumo de los hogares debería ser eficiente. Asimismo, el agua usada en Santiago vuelve a su curso normal al salir de la planta de tratamiento, por lo que el único efecto de tipo ecológico es reducir el agua en el río Mapocho en su transcurso por Santiago. Si se consumiera menos agua, la única diferencia  sería que habría más agua en esa sección del río. Como JM no estuvo de acuerdo con mi argumento, tratamos de extremarlo para ver si aparecían fallas.

Casa con celdas fotovoltaicas (no de JM).

Propuse el caso siguiente. JM ilumina su casa con placas fotovoltaicas, y la electricidad que no usa (cuando sus baterías de reserva están al 100% de su capacidad) se pierde en una descarga a tierra. Le pregunté si en tal caso se sentiría obligado a apagar una ampolleta que no se necesita. Me dijo que sí. Le pregunté si era para no perder una costumbre útil en otras condiciones, pero me dijo que su motivación para no malgastar energía iba más allá. Es decir, sus motivos tenían una raíz moral, pese a que en este caso apagar la ampolleta no tendría sentido económico, porque la electricidad generada por las placas se habría perdido igual. Ahí se acabó la conversación, pues se hacía tarde y  debíamos ir a nuestros respectivos trabajos.

Autor: variacioncompensada

Profesor, CEA-DII, U. de Chile.

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