R. Fischer

The Epicurean Dealmaker, con su estilo habitual, tiene un elegante artículo sobre incentivos en la industria del private equity. Su autor, banquero de inversión, describe un mercado sobrevalorado, en el que la industria de private equity tiene problemas para encontrar buenas inversiones.
El problema es que si el fondo de private equity no invierte los recursos que los fondos institucionales le han comprometido en un plazo predeterminado, pierde las comisiones que recibe. Por lo tanto, los incentivos están dados para invertir en empresas menos atractivas desde el punto de vista de los clientes de los institucionales. Esto le conviene a los banqueros de inversión, como el mismo, pues tiene un par de malos proyectos de los que desea deshacerse:
«Good. I’ve got a couple of real lemons to unload.»
¡Pobres jubilados –o cercanos a jubilar–que tienen sus recursos invertidos en fondos institucionales!