Problemas con los bonos locales

En este momento de fragilidad financiera en el mundo, es díficil saber dónde va a explotar la próxima crisis. ¿Será en Europa, con sus gobiernos llenos de deudas y bancos quebrados, o debilitados por tener muchos bonos de los gobiernos de los países en problemas? ¿O serán los países emergentes, varios de los cuales están experimentando (Brasil, China, acaso Chile) burbujas de activos?

Una nueva posibilidad son los bonos municipales (y estatales) en los Estados Unidos. Allí las ciudades pueden emitir bonos de deuda para realizar inversiones de interés público, los que tienen el atractivo de no estar sujetas a los impuestos federales al ingreso. Normalmente, estas inversiones respaldan inversiones en sistemas de agua y luz, parques, escuelas y vialidad. Históricamente eran inversiones de bajo riesgo porque las ciudades y estados valoran el hecho de tener acceso al mercado financiero de largo plazo a bajo costo. Tanto así que las aseguradoras de riesgo de crédito o monolines comenzaron asegurando estos bonos, pero al poco tiempo vieron que eran tan seguros que empezaron a asegurar a emisores de bonos más riesgosos, pero cobrando precios similares, arbitrando a costa de las municipalidades, hasta que quebraron todas en la crisis del 2008.

Según el Financial Times, la situación financiera de las ciudades y estados ha empeorado tanto que sus bonos son ahora mucho menos seguros. Se trata de un mercado de US$ 6 trillones (billones castellanos) que está en riesgo, porque pronto las ciudades tendrán que decidir entre cortar servicios de policía, bomberos o las pensiones, o dejar de pagar la deuda. Según Meredith Whitney (que fue una de las Casandras de la crisis que enfrentarían los bancosen 2008-09) las ciudades preferirán dejar contentos a los votantes y entrar en default antes de enfrentar la furia de los votantes. Una crisis en ese mercado podría tener consecuencias catastróficas sobre la economía global.

Tal como se esperaba

Tanta virtud no era sostenible en Bolivia, y el Presidente Morales tuvo que abandonar su proyecto de reducir los subsidios a los combustibles. Las protestas fueron demasiado fuertes, y elpaís tendrá que seguir distorsionando su consumo y alimentando el contrabando. La pregunta, de no fácil respuesta, es cómo eliminar estos subsidios una vez que la sociedad se ha acostumbrado a ellos. Una posibilidad es luego de una gran crisis, como lo que ocurre en algunos países de Europa, donde el Reino Unido y algunos otros países están probando estrategias duras sin por ello perder todo el apoyo de los votantes.

Otra posibilidad es utilizar subsidios focalizados en las familias de menores ingresos, de una magnitud tal que compensen el mayor costo del bien al que se le retira el subsidio. La ventaja es que, dado que este subsidio compensa un consumo bajo, su costo es menor que la reducción en el subsidio promedio al bien. Además, desde el punto de vista político, permite responder al argumento de que la eliminación del subsidio afecta a los más pobres.

En el caso de Bolivia pueden existir dos dificultades para eliminar el subsidio. Primero, que tal vez gran parte de la ciudadanía tenga bajos ingresos, y requieran subsdios. Segundo, puede ser difícil entregar el subsidio sin incurrir en corrupción y desfocalización, debido a problemas organizacionales del Estado.

En todo caso, es una lección para Morales, no para dejar de adoptar medidas como la eliminación del subsidio a los combustibles, sino de lo difícil que es implementar bien medidas impopulares pero necesarias.

Problemas de las intervenciones

Las protestas que enfrenta el Presidente de Bolivia al intentar aplicar una medida técnicamente correcta muestran lo caras que resultan eventualmente las distorsiones a la economía.

Desde hace mucho se han subsidiado los combustibles en Bolivia, y cada vez que se intenta eliminar el subsidio las protestas hacen caer al gobierno o hay que dar marcha atrás. Es un subsidio de alto costo, poco focalizado, y una parte importante se traspasa a los países vecinos por contrabando de combustibles. Morales intenta eliminar esta distorsión, y promete en compensación introducir medidas que favorecen a los campesinos de menores ingresos. Pero las protestas son difíciles de controlar y habrá que ver si dan vuelta este intento de hacer las cosas bien.

Descuentos por huelga

Es interesante la estrategia del gobierno de amenazar a los empleados fiscales huelguistas con descuentos por días no trabajados. Hasta ahora, las huelgas de los trabajadors fiscales les han salido gratis, porque con sus amenazas de paralizar al aparato público si no se aceptan sus condiciones han conseguido obtener condiciones excepcionales. En efecto, sus remuneraciones sobrepasan, de acuerdo a estudios, lo que ganan los trabajadores con iguales antecedentes en el sector privado, con la ventaja de ser inamovibles. Para ser más precisos, los cuadros inferiores del aparato fiscal están en esa posición, mientras los mandos superiores están subpagados. Esto significa que cuesta conseguir buenos profesionales para dirigir el sector fiscal, con el consiguiente efecto sobre la efectividad del sector.

Por este motivo, el Estado puede conseguir profesionales jóvenes, que se entrenan en el sector público, para luego ir a trabajar al sector privado, con mayores remuneraciones, dada la experiencia que adquirieron. Esto también es costoso para el Estado, y puede ser fuente de corrupción.

Es necesario, por lo tanto, cambiar la dinámica de la relación entre el Estado y sus empleados, y elevar el costo para los empleados de una huelga tan costosa para la sociedad puede ser una manera de hacerlo. Pero es difícil conseguirlo, al menos hasta que el peso de la opinión pública no reconozca que los trabajadores fiscales explotan a la sociedad a la que deberían servir. No es claro que sea ésta la ocasión en que se pueda imponer el descuento de los días no trabajados, por lo que la amenaza sería vana. Pero en el futuro, a medida que el público se de cuenta de lo que pasa, todo podría cambiar.

Peligros en las Comisiones

Las comisiones que se han creado para diseñar reformas en distintos sectores: Salud, economía, finanzas, trabajo y otros, han sido una iniciativa valiosa. Ellas han permitido proponer reformas inteligentes a las políticas públicas, y con consenso o acuerdo mayoritario entre distintos sectores.

Sin embargo, el caso de la Comisión de Salud es preocupante en otro sentido: la influencia de los miembros que pertenecen a un grupo de presión no es sana. El Mercurio trae hoy la noticia que al menos dos miembros votaron por la propuesta mayoritaria no porque fuera la mejor (eso puede ser discutible), sino porque le convenía al gremio que representaban.

Según Marcos Vergara (de la U. de Chile), quien fue parte de la comisión, el creciente desarrollo de infraestructura de las clínicas privadas no se condice con el número de beneficiarios del sector privado, que se ha mantenido estable durante la última década.

Según el experto, esto es porque las clínicas aspiran a atender a los pacientes Fonasa. Y a esto podría desembocar el informe de la comisión de expertos, ya que la posición de mayoría restringe los ámbitos de acción de las isapres.

En efecto, el 46% de las prestaciones de nivel secundario y terciario (hospitalización) son entregadas por clínicas privadas, según datos de la Asociación de Clínicas.

Para Hernán Sandoval, ideólogo de la reforma a la salud de 2005, lo que en el fondo está detrás de esta propuesta es «una severa ‘querella’ entre aseguradores y prestadores. El crecimiento enorme de los prestadores les ha dado una fuerza gigante dentro del sector privado que los hace considerar innecesario tener un intermediario como las isapres».

Esto explicaría que se sumarán a la mayoría del informe los votos de Andrés Tagle (ligado al mundo de los seguros) y de Fabio Valdés (director de Banmédica).

Es imprescindible que las Comisiones consulten a los grupos de presión y otros interesados cuando reflexionan sobre reformas profundas a las políticas públicas en un sector. Pero es un error de diseño que entre sus miembros hayan personas que, por su pertenencia a un grupo de presión, voten según el interés de sus industrias en una Comisión creada para definir una política país.

Reformas radicales en el Reino Unido

El Financial Times tiene un interesante análisis de por qué el gobierno de Cameron-Clegg, que podría haber sido un gobierno débil e indeciso, considerando el pobre resultado electoral de los conservadores, ha introducido reformas profundas y radicales.

Se reducirá el tamaño del gobierno, despidiendo a cientos de miles de empleados en pocos años, se modificarán los servicios sociales como la salud y los seguros de desempleo, y subirá el costo de la universidad. Se vaciarán las cárceles de criminales menores y se espera reducir el déficit a cero en cuatro años. Segun el FT, el gobierno espera que para las próximas elecciones en 2015, la economía por fin esté andando bien y la coalición no será castigada por el electorado, que comenzará a ver los beneficios de las medidas.

Según parece, el casi fracaso electoral de los conservadores, y el hecho que los liberales por primera vez en los últimos 80 años están en el poder los ha hecho actuar rápido de manera de dejar una marca en el país. Juntos, los dos partidos suman un 60% del electorado, y tienen una ventaja de 80 diputados en el parlamento, lo que asegura gobernabilidad. Va a ser interesante observar la evolución del Reino Unido en los próximos años.

Cada cierto tiempo, los países necesitan reformas profundas que remezcan el status quo.

Eficiencia económica de las democracias

El cambio de gobierno desde la Concertación a la Alianza parece haber sido refrescante para el pa’is. Una coalición desgastada fue reemplazada por un gobierno m’as dinámico, que recuerda la Concertación de principios de los 90. Lo ocurrido da para reflexionar sobre las ventajas de la democracia. Una de ellas es que países con gobiernos democráticos tienen menos varianza en sus tasas de crecimiento (y más generalmente, en otras medidas de bienestar), en el sentido de que, si bien hay gobiernos autocráticos que crecen más rápido que las democracias, hay otros que hunden a sus países, como el caso de Zimbabwe o Myanmar (ex-Birmania). Como lo muestra un estudio reciente (aparecido en el blog de Dani Rodrik o tal vez el de Bill Easterly) la mayor parte de las transiciones de países pobres a países emergentes en las ‘ultimas décadas han ocurrido bajo dictaduras. Estas transiciones ocurren con altas tasas de crecimiento. En mi interpretación, como las dictaduras responden menos (aunque no siempre es as’i) a la presión del público y a los grupos de presión, pueden introducir reformas que son muy difíciles de realizar en democracia y que son muy favorables al crecimiento rápido. Pero, por lo mismo, las dictaduras se pueden equivocar por mucho m’as tiempo que las democracias, lo que puede ser muy costoso para el pa’is. De ah’i la mayor variabilidad en el crecimiento de los países bajo gobiernos no democráticos.

Hay otro aspecto interesante de la democracia, que lo hace mejor que una dictadura, al menos en el largo plazo. Los gobiernos de la Concertación fueron bien intencionados: sus gobiernos fueron tal vez los más más exitosos en nuestra historia. Sin embargo, a medida que se reelegían sucesivos gobiernos concertacionistas, cada vez ofrecían menos iniciativas novedosas, o deseos de entrar en conflicto con grupos de inter’es. La eficiencia de la economía comenzó a decaer, la corrupción aumentó y muchas medidas con beneficios evidentes no se llevaban a cabo.

El análisis que sigue seguramente será obvio para quienes hayan leído a Mancur Olson u otros pensadores modernos en ciencias políticas (en las que no llego a ser siquiera un autodidacta). El análisis tiene dos partes. La primera tiene que ver con la capacidad de un nuevo gobierno para innovar y hacer reformas profundas. La segunda las personas que componen los centros de decisión de una coalición gobernante a través del tiempo.

En el transcurso de un gobierno ocurren eventos que afectan a grupos de poder, o estos grupos de poder consiguen presionar al gobierno en un momento vulnerable. Ante esto, el gobierno puede realizar reformas con un alto costo político que eliminan la vulnerabilidad o realizar pequeños ajustes de política que benefician a los miembros del grupo de presión. Estos beneficios pueden ser mayores salarios o beneficios a los miembros del grupo, o la exclusión de ciertas reglas de aplicación general, entre otros. Inicialmente, estas pequeñas desviaciones de las reglas de gobierno no tienen un costo importante para la economía y el gobierno. El problema es que a medida que pasa el tiempo, se acumulan estas costras de ineficiencia (tal como en los barcos, las algas y moluscos adheridos al casco reducen su velocidad). Los grupos beneficiados, que ahora son muchos, se oponen a cambios que reducen estos beneficios. Además el gobierno siente un compromiso con sus promesas y concesiones anteriores, por lo que es costoso eliminarlas: significa reconocer errores en el pasado.

Es natural que la oposición haga campaña contra estas granjerías, por el costo que tienen para la sociedad y porque son difíciles de defender para el gobierno. Por lo tanto, en la campaña política que eventualmente lo lleva a ganar el poder, uno de sus principales motivos son reformas que eliminan estos favores y beneficios a grupos específicos (aunque tal vez en la campaña tuvo que prometer favores a otros grupos). En el nuevo gobierno, las reformas están comprometidas y no se tiene responsabilidad por beneficios concedidos a grupos específicos por el gobierno anterior. Por lo tanto, le es fácil realizar reformas profundas y eliminar granjerías que eran difíciles para el gobierno anterior.

Para que este mecanismo de limpieza de los establos de Augeas funcione, es necesario que el la oposición haya estado fuera del poder por bastante tiempo, de modo que no se sienta obligado con grupos que recibían granjerías bajo sus propios gobiernos anteriores. Los sistemas como el antiguo colombiano, en que el poder cambiaba de partido en cada elección, no tiene el efecto que se busca.

Un ejemplo de lo que sucede con gobiernos autocráticos de larga data es el colapso de la monarquía absoluta francesa, cuyo regimen estaba lleno de excepciones y favores a grupos específicos. Entre muchos ejemplos de reglas injustas, los nobles –pese a ser la clase más rica– estaban excluidos de muchos impuestos que pagaban los burgueses y el pueblo. Cuando el gobierno, en una crisis económica total, intentó elevar los impuestos a los nobles, estos se opusieron y no le quedó otra cosa al Rey que convocar a los Estados Generales. Y ya sabemos lo que pasó.

El segundo factor importante que le da ventajas a las democracias con períodos más o menos largos entre cambios de coalición son las personas que componen el gobierno. Luego de mucho tiempo fuera del poder, aquellos interesados en política solo por los beneficios que pueden obtener son escasos en la oposición. En la oposición aparecen muchas personas que son menos políticas y más idealistas, y que desean llevar a cabo ideas y proyectos para cambiar el país. Por lo tanto, al principio, los gobiernos disponen de personal de alta calidad, desinteresados, convencidos y con deseos de sacrificarse para hacer las cosas bien, incluso si prefieren el sector privado o la academia al trabajo en el ejecutivo. Esto explica en buena media las calidad de las políticas públicas bajo los primeros gobiernos de la Concertación, especialmente el de Alwyin.

Con el tiempo, se van aquellas personas que están en el gobierno por idealismo y que tienen opciones privadamente más atractiva. Un poco por estar cansados del sacrificio de ingresos o tranquilidad, pero sobre todo porque deben competir con otros miembros del gobierno cuyo objetivos tienen una mayor componente de interés propio. En el largo plazo, el que está en el gobierno por idealismo no puede competir con estos personajes más políticos, y la calidad de los equipos de gobierno decae. Para entonces, ojalá hayan pasado los años suficientes como para que la nueva oposición se haya renovado en personas e ideas.

Este proceso es algo que solo las democracia pueden realizar en forma ordenada. En autocracias, dictaduras, o monarquías absolutas, es necesaria una revolución o golpe de estado para producir los cambios. En muy pocas ocasiones (aquellas que se acercan al desarrollo, como Corea del Sur) se produce mediante una transición tranquila.

FMI de vuelta en Argentina

La muerte de Néstor Kirchner ya ha provocado cambios en la política Argentina. Kirchener había prometido que el FMI no volvería a Argentina. Pocas semanas luego de su muerte, el FMI ha sido invitado por Argentina para recerear los indicadores de inflación. Como se recuerda, hace varios años Argentina intervino la oficina de estadísticas INDEC y desde entonces nadie ha confiado en la inflación declarada por el gobierno Argentino. Estudios independientes señalan que la inflación debería ser entre dos y tres veces más alta que el 10% declarado. La evidencia de alzas salariales de 20-30% apoya esa hipótesis.

Argentina –o más bien el Peronismo– se enorgullecía del desafío argentino al FMI. Pero la falta de confianza en las estadísticas ha tenido un costo importante: los inversionistas internacionales le han hecho el quite a Argentina, que ha recibido muy pocas inversiones extranjeras en un período en que los países emergentes han recibido enormes flujos.

El cambio de posición Argentino podría beneficiar a ese país en un momento en que los inversionistas comienzan a preocuparse por la situación en Brasil. No solo por la burbuja de activos, sino también por que la primera medida de Roussef en el gobierno ha sido una reducción de tasas (para depreciar la moneda y favorecer a los exportadores) en una economía recalentada, lo que podría acentuar la subida en el precio de los activos y la inflación.

El Financial Times se pregunta que ocurriría si el FMI demuestra que la nflación ha estado subestimada. ¿Osaría el gobierno elevar las tasas, con el correspondiente efecto en el crecimiento en un año elecccionario, o se atrevería a reducir el gasto fiscal para reducir la presión sobre los precios?

Inspecciones en los aeropuertos

Luego del intento de un aspirante a terrorista de introducir una bomba en su ropa interior, los Estados Unidos han cambiado su tecnología de inspección, que es ahora mucho más invasiva. Los viajeros tienen dos opciones: o se someten a un scanner que revela sus partes íntimas (por decirlo de alguna forma) al examinador o se somete a un examen físico en que se manipulan esas mismas partes.

La idea de viejitas e infantes sometidos a esos exámenes, que normalmente serían considerados coom un asalto sexual ha creado mucha oposición. El Financial Times analiza el tema, con una editorial que ironiza con las dificultades del TSA, el organismo que organiza la seguridad interna. La editorial se ríe, como la mayoría de los norteamericanos, de la inteligencia de los inspectores, y de la falta de criterio del sistema y sus operadores. La critíca del FT también se dirige al público, que es el responsable de que el Estado adopte estas medidas, al no desear la posibilidad del más mínimo riesgo. Abajo la parte más sabrosa de la editorial, notable por la ironía. Es especialmente buena la frase en itálicas (puestas por el autor de este blog):

Compounding the problem is the conscientious dull-wittedness of TSA screeners. These hapless officers are taught to follow procedure rigidly, and they do. Discretion and common sense are not in their script. So grannies surrender their crutches for special screening, and toddlers queue to be patted down.

But again, give the TSA a break. Fidelity to procedure regardless of absurdity is a distinctively American syndrome, not confined to law enforcement or indeed to the public sector. Fear of being found at fault (or sued) and concern to avoid the charge of discrimination have made the United States a nation of stolidly brainless box-tickers. It is a self-inflicted plague of unskilling; the TSA is different only in that it exhibits the disease in an unusually virulent form.

A smarter bureaucracy would value common sense. And a smarter approach to anti-terrorism would shift resources from what is aptly called the airport security theatre, with its attendant affronts and absurdities, to better intelligence-gathering and pre-clearing of passengers. But these innovations require a public that does not insist on new theatrics whenever a terrorist atrocity occurs, and that can accept the tiny yet non-zero risk of attack. Something to think about while standing in line.

Deficit en los EE.UU.

El déficit no parece ser la preocupación principal de los americanos (las encuestas lo consideran en tercer lugar entre los temas importantes, luego del 1. empleo y economía; y 2. la salud). Pese a ello es importante en el mundo económico y el de negocios.

El New York times ha creado un simulador de medidas que podrían reducir el déficit, para que los lectores puedan jugar a ver qué medidas se necesitan para terminar con el déficit. Así se puede ver si los cortes que anuncia un congresista o candidato populista tienen algún efecto o simplemente son gastos menores, asociados a beneficios estratégicos importantes que se perderían. Un ejemplo clásico son los esfuerzos por eliminar la ayuda a países pobres (independientemente de que pueda estar mal asignada, es un ítem demasiado pequeño para tener un efecto).

Aparentemente, muchas personas encuentran difícil usar el simulador para reducir el déficit, por los comentarios que han aparecido en la blogosfera. Al autor de este blog no le fue difícil hacerlo. Para ello tomó medidas que a menudo tendrían el efecto adicional de reducir distorsiones o de aumentar la cohesividad social. Otra cosa, por supuesto, es la economía política para poder pasar las medidas.

Medidas (y sus ahorros al 2020)

1. Impuesto ajustado por riesgo a los bancos. Como los rescates bancarios los paga la sociedad in toto pero los beneficios van a los ejecutivos y dueños, es razonable un impuesto que castigue la toma de riesgos: US$ 103 B.

2. Un impuesto al carbono. Tiene todas las ventajas de reducir externalidades y generar ingresos: US$ 71 B.

3. Impuesto a las ventas de 5%. Esto es tal vez más discutible, y se podría reemplazar por alguna otra medida incluida en el simulador. Por ejemplo, limitar crecimiento de gastos de Medicare, o subir la edad a la que se aplica Medicare. Si se hicieran ambas (la primera es más difícil), el ahorro sería el doble de lo que genera un impuesto a las ventas. En todo caso, este impuesto generaría US$281 B.

4. Eliminar el descuento de intereses sobre créditos hipotecarios para personas de ingresos altos. Tiene solo ventajas: US$54 B

5. Eliminar loopholess reducir impuestos para empresas y personas. Ahora bien, como las medidas propuestas generan un superávit al 2020, reduciría la tasa general de impuestos lo justo para equilibrar el presupuesto sin excedentes. US$ 315 B.

6. Un impuesto adicional de 5.4% a los ingresos muy altos (más de US$1 millón anual). La única consideración es que este impuesto debería estar ajustado al índice de precios. De otra manera podría generar ingresos excesivos y sería menos equitativo. A quiénes creen que esto afectaría los incentivos, siguiendo la lógica de Mirlees, existe mucha discusíón sobre la importancia del efecto real de un impuesto moderado sobre los incentivos. Basta recordar que las épocas de oro de los EE.UU. han tenido impuestos mucho mayores. US$ 95 B.

7. Eliminar las reducciones temporales de impuestos de Bush. Que sean temporales efectivamente. Es un 2% adicional para ingresos sobre US$ 250.000 anuales. Es una tasa marginal, no total. Entiendo que sería acumulativo con el impuesto anterior. US $ 115B.

8. Retornar el impuesto a la herencia a los niveles de la era Clinton. No queremos crear dinastías. US$ 104B.

9. Hacer más estrictas las reglas para recibir seguridad social por inhabilidad física. Suma poco, pero parece que hay bastante fraude en este tema, tal como en Chile. US$ 17B.

10. Elevar la edad para recibir seguridad social a los 68 años. Es verdad que la esperanza de vida de las personas de menores ingresos es menor que la de personas de mayores ingresos, pero a éstos ya les hemos subido los impuestos. US$ 71 B

11. Reducir el descuento al empleador por planes de seguro para sus empleados. Tiene todos los incentivos correctos. Induciría una reducción en el alza en los costos de la salud. Además, no se aplica a bajos ingresos, cubiertos por Medicaid. US$ 157 B

Y eso sería todo: el déficit desaparece. No es tan difícil si las restricciones políticas no exisieran. Y claramente los incentivos y la cohesividad social mejorarían. Debemos recordar que la mayor parte del crecimiento en los ingresos en los EE.UU. se concentró en el 1% de mayores ingresos. Por lo tanto, pueden pagar más que los muy bajos impuestos actuales.