Error de pronóstico

Mathew Yglesias nos recuerda que ell famoso columnista («el mundo es plano») Thomas Friedman se equivocó medio a medio en sus alabanzas del modelo Irlandés, hace solo cinco años. Para el bronce:

It is obvious to me that the Irish-British model is the way of the future, and the only question is when Germany and France will face reality: either they become Ireland or they become museums. That is their real choice over the next few years – it’s either the leprechaun way or the Louvre.

El problema de predecir el futuro es que no lo conocemos. Explicar el pasado es un poco más fácil.

Medidas contra el alcohol y tabaco

En un mmomento en que el ministro de Salud promueve agresivamente políticas anti-alcohol y anti-tabaco, es conveniente leer el artículo de hoy de John Kay en el Financial Times. Kay muestra que la evidencia para endurecer aún más las medidas anti-alcohol y anti-tabaco es débil.

Por ejemplo, no tiene sentido reducir aún más los límites al consumo de alcohol para la conduccíon de automóviles, porque los accidentes graves asociados al alcohol son responsabilidad de personas que han excedido largamente los límites actuales de consumo: personas que conducen legalmente ebrias. Es decir, se trata de personas a las que reducir los límites no los afecta, porque igual no los acatan. Los que toman acatando los límites legales no tienen más accidentes que los que no han tomado, o al menos no más accidentes con consecuencias graves. Pero intervenir aún más en las decisiones autónomas de las personas, cuando ello no tiene efectos sobre terceros, no debería ser aceptable, y recuerda más una decisioón autoritaria para intervenir conductas que una decisión bien razonada.

Lo mismo ocurre con el cigarrillo. La prohibición de fumar en lugares públicos, incluso en la calle, representa más una forma de puritanismo que una necesidad real desde el punto de vista de la salud de las personas. La evidencia muestra que estas medidas no tienen efectos reales que no sean artefactos estadísticos no reproducibles. Y el impacto sobre la autonomía de las personas es importante. El autor de este blog no puede ir a uno de sus restaurantes preferidos con sus hijos, porque se prohibe el ingreso de menores a un recinto en el cual se fuma. El autor cree ser suficientemente responsable como para poder determinar que el efecto de estar expuesto a dos horas de humo de cigarrillo diluido una vez al mes no afectará seriamente a su familia. Después de todo, vivimos en Santiago, con su aire contaminado.

Tasaciones en Zapallar II

El escándalo de las tasaciones reducidas en Zapallar no solo tiene efectos en la Municipalidad de Zapallar. Las contribuciones dela comuna participan en el Fondo Común Municipal. Por lo tanto, las reducciones ilegales en las contribuciones afectan a las demás comunas, particularmente las más pobres del país, que dependen para buena parte de sus ingresos de los aportes del Fondo.

Este blog reitera que es una vergüenza que en una comuna en la que vacacionan buena parte de la élite y la dirigencia del país, una fracción importante de los propietarios cometa ilegalidades para no contribuir con sus obligaciones.

Porque los gerentes son como pre-párvulos

Lucy Kellaway tiene una interesante comparación entre los gerentes generales (GG)de empresas y los pre-párvulos (2-3 años). Es una comparación genial que incluye:

  1. Los dos dicen mío a menudo y son malos para compartir.
  2. Los dos tienen lapsos de atención cortos, tienen poco sentido común y no escuchan.
  3. Los dos son tomadores de riesgo y se meten al 100% en sus temas.
  4. etc.

Es una buena comparación aunque en Chile tal vez deberíamos reemplazar la figura de GG por la de Presidente del Directorio.

Problemas de un banco austríaco

El Economist reporta sobre un banco austríaco quebrado, el Hypo Group Alpe-Adria, repleto de corrupción, nexos con políticos de extrema derecha, drogas, tráfico de armas y evasión de impuestos. Las pérdidas de este año son de más de US$600 millones. Observando este tipo de casos, es raro que aún una parte de nuestra intelligentsia considere que los europeos tienen una civilización superior.

Políticos en segunda clase

En el Reino Unido el populismo ha hecho que los servidores públicos y políticos tengan que viajar en segunda clase en trenes y aviones. El problema, como lo indica este artículo, es que en muchos casos los efectos son antieconómicos. Un servidor público que viaja en un vagón repleto de personas no puede usar su notebook para trabajar y no tiene la tranquilidad para hacer llamadas telefónicas importantes. Si, como ocurre con muchos políticos ingleses (los ministros son miembros del parlamento), deben volver a sus condados cada dos semanas, el costo de ese tiempo perdido es muy elevado.

Un problema libertario

Los libertarios se oponen a las regulaciones porque las personas deberían ser responsables de sus acciones, y gran parte de las regulaciones se pueden reemplazar por juicios por negligencia (tort suits). Este artículo, revelador para este autor, indica que los resultados de esta forma de mirar la sociedad son más limitaciones y prohibiciones de las que se tienen bajo un sistema con más regulaciones, pero con menos posibilidades de ir a juicio.

Los ejemplos del artículo son increíbles. En los lagos de Michigan las personas solo pueden nadar en las zonas indicadas, con profundidades hasta la rodilla. Así el Estado de Michigan evita que le hagan juicios. En otros lugares, no se ponen avisos de peligro en la ruta porque así el Estado puede alegar que no sabía que habían riesgos. Así evitan casos como el de la mujer en snowblade que tiene un juicio contra un resort porque chocó contra alguien.

The problem here, as Mr Howard says, isn’t simply over-regulation as such. It’s a culture of litigiousness and a refusal to accept personal responsibility. When some of the public behave like children, we all get a nanny state.

El autor lo compara con la situación en Holanda, donde existen muchas más regulaciones, pero hay más libertad, porque los jueces usan más criterio para aceptar casos. Aquellos casos en los que el culpable es la irresponsabilidad del litigante no se acogen. Su hija de 9 años no tenía problemas para nadar en los ríos en Holanda, tal como otros niños amigos.

In fact, I’d tried to look up the official position on this question, and found that the government advises against swimming in rivers anywhere in the Netherlands, because of boat traffic and water current issues. But the thing is, as long as you don’t do something gratuitously stupid or make a flagrant nuisance of yourself, nobody’s going to stop you.

[…]Essentially, you still have the freedom to swim in the river in Amsterdam because people assume you have the common sense to avoid stupid behaviour, like diving in when you don’t know what’s underneath, or not keeping to the sides of the river during barge traffic hours. And if you don’t, it’s nobody’s fault but your own.

El autor concluye que el sistema holandés es mejor:

To generalise: for risks I can assess myself, I don’t want regulations that prevent me from doing as I please just because I might end up suing the government. For risks I can’t assess myself, I do want regulations that give me the confidence to do as I please. One kind of regulation stops me from swimming in a pond in Massachusetts. The other kind lets me swim in a river in the Netherlands. One kind of regulation makes me less free. The other kind makes me freer.

Conflictos de interés y columnas de opinión

Hoy en La Tercera, un comentario sobre la inconveniencia de que almacenes y supermercados vendan medicamentos de venta libre. Independientemente de los méritos de la posición del Sr. Roberto Darrigrandi, economista, ésta coincide en tal grado con los intereses de las farmacias y farmaceúticos que es importante saber si se trata de una opinión independiente o si el autor tiene alguna relación con estos grupos de interés.

Asimismo, el autor hace algunos comentarios que merecen algunas dudas, por decir lo menos. Primero, indica que en Argentina la medida causó

100.000 internaciones por año por uso indiscriminado de fármacos, 22% causando la muerte, y su consumo per cápita de psicofármacos es el doble que en Chile (mayoritariamente de venta libre)

Primero, si se toman las cifras de la columna, parecería indicar que la medida causó 22.000 muertes en Argentina. Una cifra de esa magnitud merece más referencias que la de Roberto Darrigrandi, economista.

Segundo, los psicofármacos con principios activos peligrosos requieren receta médica –en muchos casos retenida–, por lo que no serían afectados por la propuesta de que almacenes y y supermercados puedan vender medicamentos de venta libre. Solo aquellos fármacos de efectos muy suaves y que funcionan más bien como placebos podrían venderse en locales distintos de farmacias. Por lo tanto la preocupación del autor parece más bien alarmista, con el objetivo de disuadir una propuesta que podría favorecer a gran parte de la población.

Nota: El autor de este blog no trabaja para ninguna de los sectores involucrados en este caso.

Estándares de servicio en empresas

No es del agrado del autor de este blog comentar sobre empresas particulares, pero en ciertos casos puede ayudar a los lectores a tomar decisiones y porque además se derivan conclusiones de interés económico. Son las historias contrastadas de un califont y el cierre de una cuenta corriente.

Este autor tuvo que comprar un califont y luego de algunas averiguaciones sobre la calidad, compró un Ursus Trotter de 18lts, la mejor o una de las mejores marcas del mercado. El equipo fue instalado por personas autorizadas por la empresa, pero en la primera ducha era notorio que, a los pocos minutos, la temperatura comenzaba a oscilar, desde una elevadísima e insoportable, al frío absoluto. Esto estaba asociado a variaciones del flujo de agua. Al calentarse en exceso el agua, aumentaba el flujo y bajaba la temperatura, a veces hasta la de un califont apagado. Luego el flujo caía y la temperatura aumentaba. Solo era posible estar bajo la ducha los breves instantes en que la temperatura estaba en transición entre los extremos.

Al primer reclamo la empresa envió un técnico que fue incapaz de observar el efecto, pues tarda algunos minutos –variables– en aparecer. Aseguró que de xistir un problema, no podía ser del califont, sino qeu debía ser causada por una llave de paso que según el, estaba en mal estado. La llave fue cambiada, sin resultados. En su segunda visita el mismo técnico siguió sin observar nada, por lo que procedió a cambiar un elemento eléctrico menor, bajo el mismo principio de los médicos que siempre recetan algún placebo para tranquilizar a los pacientes.

La tercera visita del mismo técnico tampoco sirvió, por lo que se solicitó otro técnico, con la instrucción específica de esperar varios minutos antes de terminar la inspección. Este técnico observó un problema e hizo un reporte, pero sin efectos concretos; según el, era la primera vez que veía un problema de esta naturaleza. Es importante notar al respecto que no es posible devolver un califont, incluso bajo garantía. Solo se puede esperar que la empresa lo repare o acepte cambiarlo por otro. En todo este proceso había transcurrido casi un mes y medio con dos baños básicamente inutilizados.

Luego de esta cuarta visita con un resultado positivo, el autor llamó a la empresa solicitando el recambio del califont. El servicio técnico prometió que lo cambiarían o dejarían funcionando el existente. Sin embargo, hubo otra visita de un tercer técnico que tampoco creía que existía un problema. Hizo una pruebas directas y no detectó nada, pero al probar una de las duchas el problema reapareció. En su informe, trató de traspasar la responsabilidad a las instalaciones internas de la casa, pero se le solicitó una nueva prueba directa y luego de varios minutos, pudo al fin observar las variaciones en el flujo de agua que salía del califont. No le quedó más que admitir la existencia del problema, un mes y medio después de la compra y luego de varias visitas. Desde entonces ha pasado un día sin acciones salvo una llamada comunicando que la empresa cambiaría –eventualmente– el califont.

El caso del cierre de una cuenta corriente fue mucho más satisfactorio. Las historias de terror que se cuentan sobre el cierre de cuentas hicieron temer a este autor que tendría grandes dificultades en cerrar su vieja cuenta en el Banco de Chile, del que había sido un buen cliente por muchos años. Para su sorpresa, el proceso ocurre mediante un centro de llamados y no requiere presencia física del cuentacorrentista, salvo para recoger los saldos positivos, de existir. Es decir, una llamada con una duración de 15 minutos, que fue grabada, más una visita a la sucursal que demoró media hora para realizar la entrage de los dineros mediante vales vista, y fue todo. Una experiencia muy satisfactoria y bastante distinta de la experiencia con Ursus Trotter.

Sería interesante determinar que explica la diferencia entre el comportamiento de la empresa en ambos casos. En Ursus Trotter, la empresa y sus técnicos rehusaron aceptar una queja insistente de un cliente, como si el cliente fuera incapaz de detectar algo tan simple como cambios de temperatura. La actitud de la empresa es que el equipo no puede estar malo, y que algún elemento en la casa debe ser responsable del problema, si efectivamente existe un problema, lo que no ha sido verificado. Una vez que se detecta, no se cambia el equipo, sino que se procede a una segunda verificación, para luego finalmente aceptar que se debe cambiar, lo cual tarda algún tiempo. Una vergüenza de empresa.

El contraste con el Banco de Chile es notable. Salvo por algunos intentos por disuadir a este autor de cerrar la cuenta, el proceso fue rápido, eficiente y amable.

Cuotas individuales de pesca

El experto islandés invitado por la Cámara de Diputados alabó las cuotas individuales de pesca y recomendó hacerlas perpetuas. Este blog concuerda con la idea de cuotas individuales de pesca, e incluso con la posibilidad de hacerlas permamentes –aunque mantiene algunas dudas sobre este punto–. Al preguntársele si las cuotas individuales de pesca deberían licitarse el experto señaló:

-En casi las mil distintas pesquerías que hay en el mundo todas las cuotas pesqueras se han entregado por capturas históricas, es muy raro que existan licitaciones. Hay casos que podrían ser relevantes para la situación chilena, como Rusia y Estonia. En ambos casos se introdujo licitaciones en el año 2001, lo que no funcionó, y se detuvieron en 2003, ya que las pesquerías gastaron mucho dinero en comprar las cuotas y quedaron con muy poco capital de trabajo. Además, los precios después fueron muy volátiles.

Lo cual es raro como explicación. Si las empresas Estonias terminaron con poco capital de trabajo, por otro lado ahora disponían de un activo hipotecable que no poseían antes –la cuota– por lo que no se entiende porque no podrían conseguir más capital de trabajo.

En realidad las licitaciones no tienen nada malo, salvo para las empresas que se oponen porque siempre es mejor recibir algo de regalo que tener que pagar por el. Es comprensible su interés en la gratuitidad, y que hagan presión política para conseguirlo, pero ello no es motivo para pensar que el Estado tiene la obligación de regalar estos derechos. En este caso estamos hablando de un activo que el Estado puede otorgar, que es análogo a la situación de una mina en territorio fiscal cuya ley y costos son conocidos. ¿Por qué sería mejor regalarselo a quienes han recibido el beneficio de su explotación por los últimos 9 años, y no licitarlo? El usufructo de las cuotas por 9 años debería haber compensado todas las inversiones que tenían al introducirse las cuotas individuales de pesca.