Una de las tácticas más efectivas de los lobbys (o grupos de presión) es hacer creer que sus intereses particulares representan el interés general. Un ejemplo representativo es el caso del transporte de carga. Hasta hoy, los empresarios camioneros recibían un una devolución parcial del impuesto al IVA: a los más pequeños se les devolvía el 80%, a los medianos un porcentaje mayor, hasta llegar a un 36% para las mayores empresas. A contar de mañana –a menos que se apruebe una nueva ley que subsidie al sector– la devolución volverá al 25% (un favor a los camioneros en los ´90, cuando subieron los peajes a causa de las concesiones).1 El gremio de los camioneros pide una nueva ley, que vuelva a subir la devolución, pero quiere que estas vez sea uniforme, para no fomentar la atomización del sector. Así se conseguiría la consolidación en empresas de mayor tamaño y más eficientes lo que iría en beneficio de la sociedad.
A lo que responde Eduardo Bitrán, del Consejo de Innovación, que si lo que se quiere es consolidar la industria, bastaría con no renovar la Ley actual, y mantener la tasa uniforme de 25%. Pero mejor aún, agrega Bitrán, sería eliminar la devolución, para que así el ferrocarril de carga compita en mayor igualdad de condiciones, lo que sería eficiente para el país. Este blog concuerda con Bitrán. Incluso mejot, se podría eliminar la diferencia entre los impuestos al diesel y a la gasolina, manteniendo una devolución del impuesto para las empresas de transporte, de manera que su costo impositivo no suba. Así se eliminaría el incentivo perverso al uso de automóviles diesel.
1. Hay un proyecto de ley en discusión inmediata que mantiene la devolución del 80%, pero solo para los camioneros cuyo impuesto mensual no supere las 5.4UTM.