Julia Gillard, la nueva Primer Ministro de Australia, llegó a un acuerdo con las empresas mineras para resolver el conflicto que le costó el puesto al anterior Primer Ministro, Kevin Rudd cuando trató de establecer su superimpuesto. Se mantienen los impuestos (las empresas sabían que tendrían que pagar algo por el windfall de utilidades de los últimos años), pero en una escala bastante menor: una tasa de 30 y no 40%, se aplica cuando la rentabilidad es mayor y tiene algunos descuentos incorporados.
La solución tiene algunas de las características del contrato óptimo bajo imposibilidad de comprometerse a que las reglas del contrato se cumplirán sin expropiación del inversionista, de Engel y Fischer. Es un contrato que tiene un umbral de rentabilidad para aplicarse y es creciente en los margenes operacionales de la empresa.