Impuestos de herencia

R. Fischer

Solo la clase media paga algo del impuesto de herencia en Chile. En general, los realmente ricos evaden el impuesto de herencia mediante diversos mecanismos, incluyendo transferencias inter vivos a los hijos

Esta es un de las dos razones que  ha llevado a concluir, especialmente en pensadores conservadores, que el impuesto de herencia es injusto. La segunda razón es que el impuesto de herencia es un doble impuesto, porque la persona ya pagó impuestos a sus ingresos, y el impuesto a la herencia sería un segundo impuesto sobre el anterior. La conclusión de este grupo es que el impuesto a la herencia debería desaparecer.

Tengo una opinión diferente. Creo que el impuesto de herencia juega un rol importante en la estabilidad de una sociedad. Veamos los argumentos.

PlutocratMonopoly
Un plutócrata

Argumentos a favor de los impuestos a la herencia

1. Uno de los argumentos más fuertes para una sociedad de libre mercado es que el ingreso de las personas es, a grandes rasgos, producto de sus méritos y de su contribución a la sociedad. La soeicdad está dispuesta a aceptar la desigualdad de la riqueza si ello contibuye al bienestar general. Ejemplos típicos spn Steve Jobs, o un Picasso. Son talentos brillantes y muy escasos.

Este argumento no funciona si una parte importante de la riqueza de la sociedad es heredada.  ¿Qué han hecho los actuales poseedores para merecerlo? ¿Qué recibe la sociedad de esas personas?

El contrargumento es que se reducen los incentivos al esfuerzo si no se puede dejar en heredar la riqueza creada. Andrew Carnegie, magnate del acero y filántropo del fines del siglo XIX, tiene la respuesta: «El hombre que muere rico muere en desgracia.» Los incentivos no se reducen si se usa la riqueza en filantropía. Entre nuestros contemporáneos, W. Buffet ha donado su inmensa fortuna (menos el 1-2% –que aún es bastante– para sus hij0s).

Andrew Carnegie
Andres Carnegie

2. Se nos dice que un problema con el impuesto a la herencia es que es fácil de eludir o evadir. Creo que eso es el resultado dol poco esfuerzo, motivado tal vez por el poco interés de la sociedad y la influencia de los magnates. Las transferencias –tal vez la vía más importante de elusión — inter vivos se puede entorpecer investigando por l fuente de los recursos de los futuros herederos que le permitieron adquirir esas riquezas. Si un Liepzig (por dar un nombre de fantasía para una familia de magnates) es nombrado socio de una empresa en las islas Caimán, controladora de una mina de cobre, se puede investigar de donde salieron los recursos para comprar una participación en sociedad avaluada en $X millones.   Se pueden prohibir o investigar en forma automática operaciones financieras que son particularmente vulnerables a elusión/evasión del impuesto de herencia.

IslaGranCayman
Isla Gran Caymán

3. Las grandes fortunas se transforman en poder político. Eso parece difícil de impedir, pero al fin y al cabo, también ser un famosos escritor/actor/etc o incluso dirigente sindical otorga poder e influencia política. Por eso no veo que la adquisición de influencia en si sea un problema, si la riqueza proviene de los propios méritos. Es es muy distinto el caso si la riqueza que otorga poder político es heredada. En ese caso, la influencia tiene un carácter significativamente distinto porque se transforma en una aristocracia hereditaria (poder heredado). Esto no es congruente con la democracia. Además, esto diferencia a la riqueza heredada de otras formas de poder político indirecto: el hijo de un artista famoso no tiene casi influencia política (salvo por el «reconocimiento de marca», similar al de los hijos de políticos).

Los Estuardo
Los Estuardo de Inglaterra: arrogancia y poder político heredado (Van Dyck)..

4. Los argumento anteriores indican que un impuesto progresivo de herencia, con un umbral mínimo para empezar a aplicarlo mayor que el actual, y que además sea efectivo (no como en la actualidad) sería bueno para la sociedad. Los hijos de familias de altos ingresos ya reciben una mejor educación, adquieren habilidades sociales y reciben otras transferencias no monetarias de sus familias que les dan una ventaja sobre sus contemporáneos menos afortunados.  Heredar la riqueza de familiar íntegra sería demasiada ventaja y no se condice con siquiera una aproximación a la idea de igualdad de oportunidades.

5. Existe un argumento no muy utilizado en Chile pero que se usa en los EE.UU. Es el argumento de la libertad, según el cual, no se pueden imponer impuestos a las personas más que para unos pocos fines –como asegurar la justicia y la defensa, en resumen, para proteger los derechos de propiedad–. Toda otra exacción del Estado sería ilegítima. Como este es un argumento de principios, es difícil discutirlo desde el punto de vista valórico.

Sin embargo, creo que la respuesta de la entonces futura Senadora Elizabeth Warren es apropiada en este caso: gran parte de la riqueza de los magnates puede existir porque hay bienes públicos pagados por todos los ciudadanos. Veamos a E. Warren:

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Otra reunión en la Facultad y el Juego del Ultimátum

R. Fischer

Como escribí el jueves pasado, luego de nuestra reunión de academicos, acordamos reunirnos con estudiantes para una actividad similar a la que habíamos tenido en el DII el jueves pasado: una conversación en la que expusiéramos nuestros puntos de vista, juntando estudiantes y profesores. En realidad, la reunión no tuvo muchas diferencias con la de Industrias, salvo tal vez que las opiniones de los estudiantes de la Facultad son más extremas que las de los estudiantes del Departamento de Ingeniería Industrial.

Me sorprendieron las opiniones de los otros profesores en la reunión, que apoyaban, no el paro, sino que las opiniones más extremas de los estudiantes. Me sentí como en los 60 (que viví de niño, pero que aún recuerdo un poco). Un académico pedía planificar la cantidad de personas que ingresaban a las distintas carreras. Cuando le pregunté en que país hacían eso, no hubo respuesta. También quería que dejáramos de exportar concentrado y que exportáramos cobre refinado. Cuando le pregunté por las emisiones, se dio cuenta de las ificultades. En fin, mi colega desearía que fuéramos como los coreanos en nuestro modelo de desarrollo. Como se sabe, en Corea se sacrificó a una generación con altos impuestos y subsidios al sector exportador, lo que es equivalente a ahorro forzado. ¿Será eso lo que desea mi colega?

Otro tema interesante fue cuando levanté el tema de los incentivos, y otro colega comentó que creía que bastaba la ética, y que no eran necesarios los incentivos. Varios miles de años de historia, más numerosos experimentos sociales en pequeña y gran escala fallidos muestran  que está equivocado.  Muchos estudiantes siguen esta línea, de una especie de «hombre nuevo», que no funciona como lo ha hecho hasta ahora, sino que en forma intrínsecamente colectiva.

Confieso que varias veces perdí argumentos, lo más espectacular cuando a una estudiante le propuse el Juego del Ultimátum en forma teórica (para estudiar el egoísmo). Ella siempre ofreció la mitad de los montos a dividir. Por supuesto, no había dinero de por medio y si había reputación.

Al respecto, en un experimento en villorrios en India, se estudia bien el problema. En este artículo de 2011 en el American Economic Review se muestra que tal como señalé en la reunión, a medida que los montos a dividir aumentan, la proporción que se le ofrece al segundo jugador cae (aunque el monto  aumenta). En particular, en ese experimento, considerando sumas equivalentes a más de un año de trabajo de los campesinos, la oferta mediana era de 1.500 rupias de un total a repartir de 20.000 rupias. Y solo hubo un rechazo entre 24 ofertas. Esto resultados confirman resultados de Slonim y Roth en Checoslovaquia en os 90.

IndiaVillage1
Un pueblo en India (foto de http://bestofmadhukar.blogspot.com/)

Mi interpretación –que no es original– es que hay dos factores importantes en el juego del ultimatum. Uno es la preferencia por la equidad (en el oferente y en el aceptante)  y la otra es el deseo de tener más. Cuando los montos a repartir son pequeños, tanto para el oferente como el aceptante, vale más la equidad, y se puede castigar al que no da una fracción importante. A medida que los montos aumentan, es más importante el monto a recibir si se acepta la oferta que el deseo de castigar al oferente que ofreció una fracción pequeña. El resultado son fracciones cada vez menores ofrecidas y aceptadas, aunque aumentan sus montos absolutos.1.

Nota:

1. La versión de Wikipedia del Juego del ultimátum parece sesgada en su recopilación de resultados experimentales, con muchos deseos de mostrar que el juego del ultimátum muestra que las personas no son tan egoístas. Pero los experimento que citan para desvirtuar la idea de que es falso que a medida que los montos aumentan el porcentaje ofrecido cae.

«However, many experiments have been performed where the amount offered was substantial: studies by Cameron and Hoffman et al. have found that the higher the stakes are the closer offers approach an even split, even in a 100 USD game played in Indonesia, where average per-capita income for all of 1995 was 670 USD. Rejections are reportedly independent of the stakes at this level, with 30 USD offers being turned down in Indonesia, as in the United States, even though this equates to two week’s wages in Indonesia.[9]«

Wikipedia no menciona el experimento de Slonim y Roth (1998), mucho más importante que ambos y que tiene el resultado contrario, ni el más reciente que acabo de citar. Además, la referencia es ¡a unas transparencias! Se sabe que los artículos de Wikipedia pueden ser sesgados, pero ¿Era necesario serlo en un tema técnico?

Un subsidio a los paros universitarios

R. Fischer

Hoy salió una carta en El Mercurio que me hizo recordar que uno de los efectos del aumento en las becas y subsidios a los estudiantes universitarios es reducir el costo de participar en paros, pues no pagan por la universidad. Como lo señala la carta, esto debe ser uno de los ingredientes de la mayor actividad política de los estudiantes. Es un subsidio que le hace la sociedad  a los paros universitarios.

Eso explica también el interés de los dirigentes estudiantiles (y de grupos organizados que los dirigen) por reducir aún más el costo. Universidad gratis es un regalo para los dirigentes. Significa contar con tropas cuyo único costo de participar en las entretenidas manifestaciones estudiantiles o en los paros es el tiempo que le dedican. Además, es posible estudiar sin costo una carrera que ofrece pocas oportunidades de trabajo, y por lo tanto, el costo alternativo del tiempo es bajo y se puede destinar más tiempo a participar en estas actividades.

Este razonamiento explica porqué la propuesta de Bachelet para financiar a los estudiantes es tan mala. En su propuesta los estudiantes pagan mediante una sobretasa de  impuestos por un período fijo de años.  Primero, porque el costo para el egresado no depende de cuanto le costaron sis estudios a la sociedad y un estudiante podría pagar varias veces lo que costó su universidad. Esto parece particularmente injusto para un estudiante de pocos recursos que no pudo pagar sus estudios cuando los tomaba, pero que después tuvo éxito en su trabajo.

Además, con este sistema, pasar 10 años en paros antes de egresar no tiene un costo adicional. Además, ¿qué pasa con alguien que estudia solo algunos años y no se gradúa? ¿Paga o no paga? En realidad me sorprende que los asesores de Bachelet –hay gente buena, pero parece que con poca influencia– hayan olvidado todo lo que se ha aprendido en 40 años sobre incentivos y sobre como diseñar programas.

Es mucho mejor la propuesta de Beyer o mejor aún, la que P. González, A. Mizala, P. Romaguera y yo propusimos hace 15 años. No solo entregan mejores incentivos a los estudiantes, sino que permite que todos los que lo deseen puedan estudiar sin enfrentar riesgo financiero. Además, ofrecen menos subsidios a paros que deben ser financiados por toda la sociedad.

John Kay: la industria bancaria en los países desarrollados

R. Fischer

En una columna reciente, Kay tiene esta frase:

«The primary function of any bank is to secure the savings of small depositors and the continued operation of the payments system. But these objectives have been secondary, not even to the demands of shareholders – bank shareholders have incurred heavy losses – but to the provision of extraordinary levels of pay for the most senior employees.»

Recién fueron publicadas las grabaciones de llamadas telefónicas entre altos ejecutivos del Anglo Irish Bank, durante la crisis de 2008. Estos ejecutivos le mienten al supervisor bancario sobre la extensión de la insolvencia del banco, y se ríen de la credulidad del público. Es decir, Kay tiene toda la razón.

Es por eso que una Comisión Parlamentaria en el Reino Unido propuso penas corporales par banqueros que anteponen sus intereses personales a los del banco que dirigen.

Tal vez en materia bancaria la competencia excesiva sea demasiado peligrosa, como N. Inostroza, F. Ramirez y yo mostramos en un trabajo reciente.

Sobre la Ley de Pesca

R. Fischer

Ahora que se discute en el Senado la Ley de Pesca, me gustaría escribir algunos comentarios, aunque seguramente repiten cosas que he eescrito en el pasado. No estoy al día en el estado de la Ley, que cambia, parece, minuto a minuto, pero hay algunos temas que conviene repetir.

Virtudes de la Ley

Primero, que una ley de pesca que asigna cuotas individuales transables es una buena idea para evitar la carrera olímpica entre empresas pesqueras. Si las cuotas son de plazo definido, se debee evitar el problema de la sobrepesca cuando se acerca el fin de la concesión, como parece haber ocurrido en esta ocasión en el caso de los pesqueros  industriales (y para que decir de los semi-industriales o «artesanales»). En esta ocasión, confluyeron varios factores para que se ibtuviera este deprimente resultado:

  1. La sobrepesca es una respuesta a la incertidumbre ante lo que sucedería el 2012. Esto eleva el riesgo y hace más valiosos los ingresos presentes.
  2. El hecho que la primera división en la cuota global es entre industriales y semi-industriales hace que los industriales no estén dispuestos a reducir sus esfuerzos pesqueros cuando los semi-nidustriales consiguen, con su lobby, aumentar la cuota global por sobre lo sostenible. Dado que los derechos históricos se considerarían en el la Ley de 2012, ellos prefirieron no reducir su participación en la sobrepesca.
  3. Sobrepescar reduce el precio de la cuotas individuales si la Ley de 2012 ncluyera una  licitación.

Segundo, la ley separa a los verdaderos artesanales, los pescadores de caleta, de los semi-industriales. A los primeros les otorga la exclusividad de la primera milla, y ambas clases comparten la exclusivida de las millas segunda a quinta. Esto responde a la presión pública por apoyar a los pescadores de caleta, que podrán administrar los recursos pesqueros alrededor de sus caletas sin sufrir a la invasión de los semi-industriales.

Tercero, la Ley intenta fiscalizar a los semi-industriales, que parecen aún vivir bajo la Ley de la selva, imponiendo el uso de GPS para permitir el segumiento de sus nves. Así se puede fiscalizar su usfuerzo pesquero y determinar si exceden sus cuotas.  El grupo se opone ruidosamente a esta medida.

Cuarto, se crean sistemas más objetivos para determinar ls cuotas globales, con especialisats en biología pesquera (y supongo en temas económicos asociados), que serán menos suscetpibles a los grupos de presión sectoriales. De todas formas, uno esperaría que al poseer cuotas de pesca valiosas, al menos los industriales tratarían de no depredar.

Problemas en la Ley

La Ley tiene aspectos que no me gustan. En particular, el hecho de no tener licitaciones por una fracción sustancial, si no toda la cuota industrial (y ta vez también la cuota semi-industrial, o al menos una parte de ella). Como lo he escrito antes, usar cuotas históricas es un regalo a los mismos que depredaron el sector en el pasado. No veo por qué esa destrucción biológica les da derechos históricos. Los pesqueros afirman que han invertido en el sector y que las licitaciones los expropiarían. Frente a ello, hay que recordar que ya usaron ese argumento hace diez años, y las cuotas que les regalaron en aquel momento deben haber compensado todas las inversiones que poseían. en aquél entonces.

Las licitaciones que se plantean son al revés de lo  apropiado. En la propuesta, se licita una parte de las pesquerías solo si están cerca de su rendimiento económico máximo (o de su rendimiento biológico máximo, pero el punto es el mismo). Esto garantiza que la pesquería jamás se va a acercar a ese punto pues no está en el interés de los dueños de las cuotas el que se realicen licitaciones. Habŕia sido mejor hacerlo al revés: dar un plazo para que se alcanzara esl nivel de stock deseado, y de no alcanzarse, licitar. Esto habría al menos puesto los incentivos en no sobrepescar.1

Ahora bien, si la pesquería se licita, ¿cómo debe hacerse? Una posibilidad es que las licitaciones sean por cuotas permanentes, que tienen la ventaja de evitar el problema del horizonte que se tiene con laas cuotas de plazo definido. Con un horizonte finito, el poseedor de la cuota se ve tentado a adoptar prácticas perniciosas al acercarse el fin del plazo, dado que se acaba su negocio.

Suponiendo que hay motivos para desear una cuota temporal, la pregunta es ¿cómo evitar el problema de la fecha terminal? Pensar que el control del Estado será suficiente para manejar un grupo de interé poderoso es olvidar que eso fue lo que se dijo sobre el Transantiago: que la administración centralizda funcionaría.

Una solución: cuotas traslapadas

Una buena alternativa es que las licitaciones sean traslapadas, de manera que una vez cada cinco años, por ejemplo, se licite un grupo de cuotas, y que a los 20 años se recomienza el ciclo. De esta manera se produce un conflicto entre quiénes tienen una cuota con muchos años por delante y los que   poseen cuotas que expiran pronto.

Los primeros desean mantener el valor de sus cuota individual , por lo que desean que la cuota global no pierda valor por la sobrepesca. Los que no piensan en el futuro (porque la cuota está próxima a su fin) desean sobrepescar y aumentar la cuota, pero al menos hay iuntereses opuestos, y esto se necesita para limitar la influencia de los grupos de presión favorables a la sobrepesca.

Mejor aún, se podrían licitar las cuotas varios años antes del término de la cuota existente (cinco años antes, por ejemplo), de manera que haya un poseedor futuro de la cuota que también hará esfuerzos para controlar el apetito del poseedor actua, porque su cuota en el futuro valdrá más si no hay sobrepesca.

Nota: 1. Entiendo que hay una enmienda impulsada por senadores DC que propone que hayan licitaciones incluso de pesquerías clapsadas, luego de pocos años. Es una propuesta en la direcciḉon correcta, ya que las licitaciones no dpeenderían del buen estado de la pesquería, y  así no introduce incentivos perversos.

Sobre los fondos de activos (equity funds)

R. Fischer

 

Private equity (cartoon from http://www.boston.com)

The Epicurean Dealmaker, con su estilo habitual, tiene un elegante artículo sobre incentivos en la industria del private equity. Su autor, banquero de inversión, describe un mercado  sobrevalorado, en el que la industria de private equity tiene problemas para encontrar buenas inversiones.

El problema es que si el fondo de private equity no invierte los recursos que los fondos institucionales le han comprometido en un plazo predeterminado, pierde las comisiones que recibe. Por lo tanto, los incentivos están dados para invertir en empresas menos atractivas desde el punto de vista de los clientes de los institucionales. Esto le conviene a los banqueros de inversión, como el mismo, pues tiene un par de malos proyectos de los que desea deshacerse:

«Good. I’ve got a couple of real lemons to unload.»

¡Pobres jubilados –o cercanos a jubilar–que tienen sus recursos invertidos en fondos institucionales!

Un problema de los experimentos económicos

R. Fischer

La idea de experimentos ecónomicos es atractiva. En vez de realizar inferencias usando datos estadísticos provenientes del mundo real, con todas sus complicaciones y variables no observadas, usemos un laboratorio en el que se pueden aislar las variables que nos interesan para  entender mejor el comportamiento de los agentes económicos.

Los experimentos de este tipo han sido valiosos y han dado muchas pistas sobre el comportamiento individual en temas de interés para los economistas. Estos experimentos, justamente por ser de laboratorio, tienen un campo limitado a lo que se puede estudiar en ellos. Algunos investigadores han extendido estas metodologías al ámbito de políticas públicas, algo más difícil –o menos creíble– de reproducir en un laboatorio.

Para ello se utilizan dos técnica. La primera, y muy exitosa,  es la de los experimentos naturales, en que el investigador dscubre una variable, independiente de las variables cuyos resultados interesa determinar, que permite determinar si una cierta política es efectiva o no. Por ejemplo, supongamos que por un error computacional, las personas cuyo RUT termina en un número impar reciben una devlución de impuestos que es el doble del que reciben las demas personas.  Si pudieramos examinar el comportamiento de cnnsumo de una muestra estadísticamente significativa de ambos grupos, podríamos tener una buena idea sobre como se gasta o usa ese ingreso adicional y podríamos pensar en políticas públicas conociendo ese comportamiento en una forma pura, sin contaminación con otras variables.

Otro tipo de experimentos se han hecho populares m’;as recientemente. Se trata de aplicar los métodos experimentales clásicos a la economía, especialmente en temas de desarrollo. Por ejemplo, si se quiere estudiar el efecto de una política de estímulo preescolar en niños del mundo rural, se toman dos grupos de villorrios, elegidas al azar, para que sean homogéneas. En cada pueblito se eligen niños al azar en  ellas se les da un «tratamiento», por ejemplo, se les dan estímulos cognitivos. A otro grupo similar no se les dan estímulos y luego se comparan su rendimientos cognitivos. Así se podría estudiar el costo (a través del costo del experimento) y la efectividad de una política específica de estímulo preescolar. El objetivo es no hacer políticas públicas  a tontas y a locas, por intuición, sino hacerlo de una forma científica, conociendo la efectividad y sus costos reales en el campo, y no en el laboratorio.

En una Growth Week del International Growth Centre del LSE,  que se dedica a temas de desarrollo de países muy pobres, asistí la semana pasada a una presentación que muestra que pese a todos estos cuidados, los resultados igual pueden conducir a conclusiones erróneas. Para dar el contexto, hace dos años fui a una presentación en el mismo evento que mostraba como cambiaban los resultados de los estudiantes en colegios primarios en Kenia dependiento de los contratos de trabajo de los profesores. En Kenia los profesores tienen un sindicato poderoso y son inamovibles. Por lo tanto hacen mínimos esfuerzos. tienen una pésima asistencia y la educación de los niños sufre.

Los investigadores observaron que en algunas villas rurales, los padres se unían para contratar un profesor adicional, pagándoles mucho menos que a los profesores estatales (un 25% de lo que se paga a los profesores enviado por el Ministerio de Educación), y obtenían resultados de aprendizaje mucho mejores, pese a lo mal pagados. Los investigadores atribuían los buenos resultados a que estos profesores adicionales estaban incentivados porque, a diferencia de los profesores enviados por el Ministerio, podían no ser recontratados si sus resultados eran malos.  Las escuelas de pedagogía de Kenia producen más profesores de los que puede emplear el Ministerio de Educación (especialmente considerando sus salarios), por lo que hay profesores graduados esperando conseguir un puesto en el sistema estatal, y que están disponibles para el experimento.

Los investigadores hicieron un experimento para verificar la hipótesis de que era el tipo de contrato el que daba los buenos incentivos y quedaron muy contentos con los resultados. A muy bajo costo podían mejorar el rendimiento de los niños, usando contratos en el que los profesores podían ser despedidos. Así, hace dos años recomendaron la adopción general de este tipo de contratos.

El gobierno keniano los escuchó y decidió hacer  un nuevo experimento en colaboración con los investigadores. En el nuevo experimento, el Ministerio contrataría algunos profesores bajo el esquema de contratos renovables y se contrastaría su rendimiento con los que obtenían otros profesores contratados por los colegios manejados por ONGs en los que se había hecho el experimento anterior. A diferencia del caso anterior, los resultados fueron desastrosos: los profesores contratados por el Estado bajo la modalidad renovable hicieron una huelga y consiguieron que el Estado prometiera que los contrataría en forma normal al cabo de dos años.

El rendimiento de los alumnos en los colegios estatales, pese  los contratos, fue tan malo con los profesores bajo el contrato estatal tradicional. En la muestra de colegios de control, manejados por las ONG, nuevamente se observó un dramático aumento en el rendimiento con la contratación de profesores adicionales. La conclusión: no es el tipo de contrato, sino que sea una NGO la que maneja el programa lo que hace la diferencia, Esto significa que por interesantes que sean los resultados, la experiencia del experimento no se pueden escalar a nivel nacional. En este caso, el experimento recomendó una política que no podía aplicarse. Este es un riesgo de los experimentos de campo, como se los llama: su realismo puede no ser tal.