En el Financial Times de hoy aparece la siguiente frase sobre el golpe en Egipto:
«The mistake on all sides in the Middle East has been to confuse democracy with the ballot box. It is not enough that leaders submit themselves for periodical elections. Democracy demands a commitment to pluralism, the submission of the powerful as well as the weak to the rule of law, protections for minorities and respect for cultural and ethnic difference.»
Pienso que esto también debe aplicarse en la Universidad. En nuestra Dacultad, el derecho de la minoría a estudiar se ve conculcada por una mayoría que quiere impedírselo, porque así son menos costosos los paros y movilizaciones. Como queda claro del texto citado, el hecho de tener una mayoría de los votos no es suficiente para ser una democracia.
Como escribí el jueves pasado, luego de nuestra reunión de academicos, acordamos reunirnos con estudiantes para una actividad similar a la que habíamos tenido en el DII el jueves pasado: una conversación en la que expusiéramos nuestros puntos de vista, juntando estudiantes y profesores. En realidad, la reunión no tuvo muchas diferencias con la de Industrias, salvo tal vez que las opiniones de los estudiantes de la Facultad son más extremas que las de los estudiantes del Departamento de Ingeniería Industrial.
Me sorprendieron las opiniones de los otros profesores en la reunión, que apoyaban, no el paro, sino que las opiniones más extremas de los estudiantes. Me sentí como en los 60 (que viví de niño, pero que aún recuerdo un poco). Un académico pedía planificar la cantidad de personas que ingresaban a las distintas carreras. Cuando le pregunté en que país hacían eso, no hubo respuesta. También quería que dejáramos de exportar concentrado y que exportáramos cobre refinado. Cuando le pregunté por las emisiones, se dio cuenta de las ificultades. En fin, mi colega desearía que fuéramos como los coreanos en nuestro modelo de desarrollo. Como se sabe, en Corea se sacrificó a una generación con altos impuestos y subsidios al sector exportador, lo que es equivalente a ahorro forzado. ¿Será eso lo que desea mi colega?
Otro tema interesante fue cuando levanté el tema de los incentivos, y otro colega comentó que creía que bastaba la ética, y que no eran necesarios los incentivos. Varios miles de años de historia, más numerosos experimentos sociales en pequeña y gran escala fallidos muestran que está equivocado. Muchos estudiantes siguen esta línea, de una especie de «hombre nuevo», que no funciona como lo ha hecho hasta ahora, sino que en forma intrínsecamente colectiva.
Confieso que varias veces perdí argumentos, lo más espectacular cuando a una estudiante le propuse el Juego del Ultimátum en forma teórica (para estudiar el egoísmo). Ella siempre ofreció la mitad de los montos a dividir. Por supuesto, no había dinero de por medio y si había reputación.
Al respecto, en un experimento en villorrios en India, se estudia bien el problema. En este artículo de 2011 en el American Economic Review se muestra que tal como señalé en la reunión, a medida que los montos a dividir aumentan, la proporción que se le ofrece al segundo jugador cae (aunque el monto aumenta). En particular, en ese experimento, considerando sumas equivalentes a más de un año de trabajo de los campesinos, la oferta mediana era de 1.500 rupias de un total a repartir de 20.000 rupias. Y solo hubo un rechazo entre 24 ofertas. Esto resultados confirman resultados de Slonim y Roth en Checoslovaquia en os 90.
Mi interpretación –que no es original– es que hay dos factores importantes en el juego del ultimatum. Uno es la preferencia por la equidad (en el oferente y en el aceptante) y la otra es el deseo de tener más. Cuando los montos a repartir son pequeños, tanto para el oferente como el aceptante, vale más la equidad, y se puede castigar al que no da una fracción importante. A medida que los montos aumentan, es más importante el monto a recibir si se acepta la oferta que el deseo de castigar al oferente que ofreció una fracción pequeña. El resultado son fracciones cada vez menores ofrecidas y aceptadas, aunque aumentan sus montos absolutos.1.
Nota:
1. La versión de Wikipedia del Juego del ultimátum parece sesgada en su recopilación de resultados experimentales, con muchos deseos de mostrar que el juego del ultimátum muestra que las personas no son tan egoístas. Pero los experimento que citan para desvirtuar la idea de que es falso que a medida que los montos aumentan el porcentaje ofrecido cae.
«However, many experiments have been performed where the amount offered was substantial: studies by Cameron and Hoffman et al. have found that the higher the stakes are the closer offers approach an even split, even in a 100 USD game played in Indonesia, where average per-capita income for all of 1995 was 670 USD. Rejections are reportedly independent of the stakes at this level, with 30 USD offers being turned down in Indonesia, as in the United States, even though this equates to two week’s wages in Indonesia.[9]«
Wikipedia no menciona el experimento de Slonim y Roth (1998), mucho más importante que ambos y que tiene el resultado contrario, ni el más reciente que acabo de citar. Además, la referencia es ¡a unas transparencias! Se sabe que los artículos de Wikipedia pueden ser sesgados, pero ¿Era necesario serlo en un tema técnico?
Además de los candidatos que no obtuvieron los resultados que deseaban, los grandes derrotados son los dirigentes estudiantiles radicaizados. Ellos eran los que descartaban las elecciones como medio de expresión de la voluntad popular –prefieren el asambleísmo, que pueden controlar– y trataron de estorbarlas con tomas de lugares de votación.
Hasta ahora hay contabilizados casi 2.9 millones de votos válidos de un universo potencial de 12 millones de electores, lo que significa que votó más del 23% de los votantes potenciales. Para una primaria voluntaria es una cifra muy elevada. En vez de despreciar el mecanismo eleccionario, los chilenos han votado porque confían en el sistema.
«Para Fielbaum, las propuestas de Bachelet dicen relación a que «lo que ella quiere es hacerle un guiño al grupo que es más reacio a su candidatura, que somos los estudiantes». (Bachelet obtiene 73% de los votos en la primaria)
«Vela agregó que «el llamado es a levantar los brazos y que los cambios van a depender de la movilización y no de un candidato».
La conclusión es que al grueso del público las opiniones de los dirigentes les interesan poco.
Hoy salió una carta en El Mercurio que me hizo recordar que uno de los efectos del aumento en las becas y subsidios a los estudiantes universitarios es reducir el costo de participar en paros, pues no pagan por la universidad. Como lo señala la carta, esto debe ser uno de los ingredientes de la mayor actividad política de los estudiantes. Es un subsidio que le hace la sociedad a los paros universitarios.
Eso explica también el interés de los dirigentes estudiantiles (y de grupos organizados que los dirigen) por reducir aún más el costo. Universidad gratis es un regalo para los dirigentes. Significa contar con tropas cuyo único costo de participar en las entretenidas manifestaciones estudiantiles o en los paros es el tiempo que le dedican. Además, es posible estudiar sin costo una carrera que ofrece pocas oportunidades de trabajo, y por lo tanto, el costo alternativo del tiempo es bajo y se puede destinar más tiempo a participar en estas actividades.
Este razonamiento explica porqué la propuesta de Bachelet para financiar a los estudiantes es tan mala. En su propuesta los estudiantes pagan mediante una sobretasa de impuestos por un período fijo de años. Primero, porque el costo para el egresado no depende de cuanto le costaron sis estudios a la sociedad y un estudiante podría pagar varias veces lo que costó su universidad. Esto parece particularmente injusto para un estudiante de pocos recursos que no pudo pagar sus estudios cuando los tomaba, pero que después tuvo éxito en su trabajo.
Además, con este sistema, pasar 10 años en paros antes de egresar no tiene un costo adicional. Además, ¿qué pasa con alguien que estudia solo algunos años y no se gradúa? ¿Paga o no paga? En realidad me sorprende que los asesores de Bachelet –hay gente buena, pero parece que con poca influencia– hayan olvidado todo lo que se ha aprendido en 40 años sobre incentivos y sobre como diseñar programas.
Es mucho mejor la propuesta de Beyer o mejor aún, la que P. González, A. Mizala, P. Romaguera y yo propusimos hace 15 años. No solo entregan mejores incentivos a los estudiantes, sino que permite que todos los que lo deseen puedan estudiar sin enfrentar riesgo financiero. Además, ofrecen menos subsidios a paros que deben ser financiados por toda la sociedad.
Ayer escribí sobre el consenso académico en la Facultad sobre la necesidad de terminar el paro. Los motivos son diversos:
1. Hay que suspender el paro porque le hace daño al movimiento estudiantil. Estos académicos, que apoyan todas las demandas del movimiento estudiantil, observan como el movimiento se desprestigia y pierde apoyo. Prefieren un sistema de clases con horarios protegidos, semanas de reflexión y otras formas de actividad que no generen tantos anticuerpos. También notan el daño que le provoca el paro a la Universidad de Chile y el prestigio que pierde en la sociedad externa.
2. Hay quienes no comparten los objetivos del movimiento estudiantil, o comparten solo una versión limitada de éstos, por lo que el paro es puro costo para la U. . Para ellos, el costo para la Universidad de desviar su atención de lo que debe hacer en su rol académico es lo más importante. Además, incluyen el costo de perder atractivo para futuros estudiantes de alto potencial, que no querrán asistir a una universidad donde cada vez son más comunes los ataques feroces de grupos sectarios —incluyendo el CEI— contra los que no piensan como ellos. Están dispuestos, a regañadientes, a aceptar un sistema de horarios protegido, semanas de reflexión y otras peticiones.
3. Un tercer grupo de académicos, buena parte de los cuales apoyan al movimiento estudiantil, temen que el paro eche a perder sus planes para asistir a conferencias, hacer trabajo de campo en el verano, o que temen que sus evaluaciones docentes sufran porque estarán ausentes cuando se reanuden las clases. Esto revela una actitud contradictoria y egoísta de aquellos apoyan el movimiento estudiantil, pero como decía Deng XiaoPing, «no importa si el gato es blanco o negro, mientras cace ratones», por lo que acepto su oposición al paro, independientemente de sus motivos.
El Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI) emitió el siguiente comunicado:
Compañeras y compañeros:
Desde el CEI estamos tratando de realizar un catastro para saber qué clases se van a realizar durante los días en que los estudiantes estemos en paralización de actividades. Para ello, necesitamos que las personas que sepan que se va a realizar alguna clase, u otra actividad académica, nos envíe un mail con:
a) Ramo
b) Departamento
c) Sala
d) Nombre del(a) Profesor(a)/Auxiliar
al correo cei@cei. cl .
Este catastro nos será de utilidad para evaluar qué podemos hacer para evitar la pérdida de clases por parte de aquéllos que dejen de asistir a las mismas, y en el mejor de los casos, evitar que se realice la clase.»
Ante esta invitación al espionaje y al soplonaje, Raul Gouet escribió que le parecía gravísimo el comportamiento el CEI. Un dirigente del CEI (Centro de Estudiantes de Ingeniería) le respondió como sigue:
«interesante profesor que por un lado se habla de que el paro es estudiantil por lo que los estudiantes tienen que ver sus formas de respetar el paro y por otro lado el estamento con el cual nunca hemos buscando generar un conflicto este defendiendo a los encapuchados de la democracia.
los encapuchados de la democracia son aquellos que no votan, que no participan del 70% de quorum, que no siguen a las mayorías, que son grupos crepúsculos que les gusta atentar contra la democracia y que mas aun, son los que generan conflictos y perjudican a los que si creen en la democracia, ademas producen enfrentamientos injustificados para una comunidad como la nuestra entre estudiantes democráticos y ellos que no quieren seguir norma alguna y se escudan en que son la minoría no escuchada, pero que ademas no participa de ninguna instancia democrática. seguro que son los mismos que después ni siquiera tienen conciencia social o los que después se van a la U de los andes. los encapuchados de la democracia beauchefiana. como parte del centro de estudiantes:
– esta es mi opinión personal, no del ccee.
– si duda de la frase » y en el mejor de los casos, evitar que se realice la clase.» , esta se refiere a que no estén las condiciones porque no existen alumnos
si duda de nuestras intenciones, le ruego solicitar una respuesta formal, a la cual nos reuniremos como centro de estudiantes y le haremos llegar a vuestra oficina una respuesta oficial.
saludos»
Es interesante resaltar las frases que usa para describir a los que se oponen al paro:
«los encapuchados de la democracia son aquellos que no votan, que no participan del 70% de quorum, que no siguen a las mayorías, que son grupos crepúsculos que les gusta atentar contra la democracia y que mas aun, son los que generan conflictos y perjudican a los que si creen en la democracia,»
Lo que se acerca peligrosamente al fascismo de izquierda, tanto en el tono –llamar encapuchados a los que no se han tomado nada, que no tiran piedras ni destruyen el mobiliario urbano yque ciertamente no usan capucha– como en el razonamiento de que no estar con ellos es ser antidemócrata. Supongo que se refiere a las tristes democracias populares.
Estos dirigentes estudiantiles dan vergüenza por su incapacidad para reflexionar sobre lo que escriben. Y da pena lo que piden y el daño que le hacen a la Universidad.
¡Por fin! El Rector renuncia a la pasividad y reacciona ante el rechazo de la mayor parte de la comunidad universitaria a las tomas y otros actos de violencia. Cito de su última carta a la comunidad universitaria:
«Los actos de violencia ocurridos en recintos universitarios son inaceptables y causan gran daño para el futuro de la Universidad y el cumplimiento de sus compromisos republicanos y democráticos. Son actos que han generado gran molestia entre los miembros de la comunidad debido a que la convivencia se ha visto seriamente alterada, afectando elementos esenciales de nuestro ethos.
La violencia erosiona y destruye nuestro espacio, perfora las paredes que los contienen y permite que se altere su naturaleza. Se nos hace muy difícil, y a veces claramente imposible, defender las libertades que requerimos y exigimos cuando actos violentos ocurren dentro de nuestros recintos universitarios, y nos vemos enfrentados al dilema de aceptarlos o reprimirlos. Las tomas violentan nuestra convivencia interna y debilitan la fuerza de nuestra voz cuando defendemos con firmeza y convicción nuestro derecho a la crítica, a la movilización pacífica y a la autonomía universitaria,[…]»
La elipsis corresponde a un frase que parece haber sido incorporada para evitar críticas, pero que debilita la carta:
«frente a la violencia de actos de represión que no aceptamos contra nuestros estudiantes, académicos y funcionarios.»
De todas formas, siga así , Sr. Rector. La mayor parte de la comunidad se lo agradece.
Algunos dirigentes estudiantiles reclaman el co-gobierno, o la triestamentalidad, en todas las instancias de la Universidad. Esto significa la participación de académicos, estudiantes y personal administrativo en el gobierno de la Universidad. Creo que eso es un grave error. En realidad, no me gusta que ninguno de estos grupos gobierne la universidad y elija a sus directivos.
1. Por qué no triestamentalidad
Los estudiantes actúan movidos por intereses de corto plazo que no miran a la universidad más allá de los 5-7 años de su carrera, y no valoran para nada, o casi nada, la creación y la investigación. Sus dirigentes utilizan la universidad con fines políticos, y no ven más allá. Como un ejemplo, en una reunión a la que asistí hoy, cuando se les preguntó a los dirigentes cuáles eran los objetivos que perseguía el paro, mencionaron: como problemas los ratones en el entretecho de alguna facultad, la sub-contratación de guardias y la triestamentalidad. ¿Es esto una visión coherente para un paro que le produce un daño tan grande a la Universidad?
Pero como no me gusta discriminar y ofender solo a los estudiantes, analicemos a los otros grupos. La participación de los académicos en el gobierno de la universidad, tiene al menos la ventaja de que miran (o deberían mirar) el largo plazo y la calidad académica, lo que es apropiado para este tipo de una instituciones. Pero los académicos persiguen también intereses particulares, y su gobierno tiende a funcionar con los objetivos de un sindicato, en el sentido de proteger a sus miembros a expensas de la institución. Eso se ve en las propuestas del Senado para igualar los salarios entre Facultades, la creación de la carrera docente, y otras propuestas de ese absurdo organismo. Otro ejemplo es un académico que apoya los paros hasta que comienzan a interferir con los viajes a conferencias que tenía planeado para las semanas de vacaciones.1
Respecto a los administrativos, a ellos los mueven los intereses gremiales, es decir, los apropiados a su rol laboral. Desde un punto de vista funcional no les interesan –claro que esta generalización admite muchas excepciones– los temas académicos, y la universidad es para ellos un trabajo, aunque por supuesto muchos están orgullosos de trabajar en una institución como la U. Tampoco veo motivo para que participen en su gobierno.
Frontis Casa Central sin capucha
2. Una alternativa
Habiendo criticado a todos los estamentos, ¿tengo alguna proposición? El foco en la triestamentalidad y el co-gobierno nos ha hecho olvidar a un estamento vital: los egresados. Los egresados no tienen más interés en la universidad que por su prestigio e imagen de largo plazo. Desean que la universidad donde obtuvieron sus títulos profesionales sea reconocida como la mejor universidad del país- El prestigio de la universidad los beneficia, pero no tienen intereses mezquinos –al menos en relación a la universidad–. Algunos colegas me dirán que los egresados no entienden la mecánica y el funcionamiento de la universidad. Pero es es también válido para la mayor parte de los estudiantes, académicos y administrativos. En particular, muchos académicos viven en un mundo aislado, creyendo que los problemas de su pequeña unidad académica son lo únicos que importan.
Así las cosas, me gustaría un sistema en que el Presidente de la Nación y el Senado de la República designaran a un Consejo, formado por un par de académicos distinguidos, un par de hombres de negocios importantes que están en la etapa de pensar en la posteridad, acaso un político respetado que desea mantener esa reputación (deben existir algunos) y algún otro. Los primeros, para dar una visión académica de la Universidad, los segundos, para dar realismo a las propuestas y ayudar a conseguir recursos, y el político para dar una dosis de perspectiva política. Una condición sine qua non, además de un perfil destacado, es haber egresado de la Universidad. La idea no tienen nada de original, es lo que hacen las mejores universidades del mundo (ninguna de las cuales tiene cogobierno).
Este Consejo elegiría al Rector –no necesariamente entre académicos de la Universidad– y el Rector junto al Consejo elegirían a los Decanos y definirían las grandes políticas de la universidad. A nivel de departamentos, los directores podrían ser elegidos por académicos, pero con la supervisión del decano. Este esquema de gobernanza universitaria se ha probado en muchas universidades, y los resultados son buenos. Además, la participación de egresados los acerca a la universidad, algo que no ocurre ahora.
Denle unas vueltas.
Nota: 1. A nivel departamental y en algunos casos a nivel de Facultad, puede existir suficiente coincidencia en los objetivos de los académicos como para que el gobierno de académicos funcione bien. Sin embargo, es necesaria la regulación superior, pues la autorregulación (el gobierno por académicos, y menos el triestamamental) no funciona en gneeral.
Un colega a quién respeto, aunque tenemos muchas diferencias políticas, escribió un mensaje justificando las acciones de los estudiantes, del cual extraigo la parte que me interesa analizar:
«Para mi, los siguientes son los aspectos principales:
1) El sistema educacional debe cambiar pero la fuerza del statu quo es brutal
2) Ese cambio no va a ocurrir sin que exista presión ambiental. Y esa, a su vez no existe si no la lidera la Fech y la Universidad de Chile en general.
3) Poner presión ambiental implica movilizaciones y acciones que pueden dañar la imagen de la Universidad.
4) Ergo, el asunto se trata de lograr presión para tener alguna esperanza de que las cosas cambien, pero sin destruir a la UCH en el camino.»
Concretamente, me interesa saber como se interpreta el punto 3. Desde mi punto de vista «acciones que pueden dañar la imagen de la Universidad» solo se puede referir a paros y tomas. Cuando lo intepreté así, miy colega me rebatió, señalando que no se refería a tomas.
El Centro de Estudiantes de Ingeniería nos explica como son las reglas de votación para continuar el paro:
«estimados:
solo para aclarar la situación del estatuto:
– Una votación es valida si existe un 40% de quorum
– si no se alcanza el 40%,la votación se valida si la opción alcanza el 20% del total del universo votante.»
Es decir, basta con que un 20% de estudiantes acuda a votar a favor del paro para que este se mantenga en forma indefinida. La Facultad está casi vacía: muchos estudiantes de provincia se han ido a sus regiones y el costo de asistir a votar es demasiado alto para ellos. Para la mayoría de los estudiantes, el paro consiste en quedarse en sus casas sin mucho que hacer y dándole la razón a los que piensan que es mejor que sus hijos no estudien en la U.
Los estudiantes opuestos al paro –normalmente apolíticos, lo que no tiene nada de malo– están complicados por un problema de coordinación: les cuesta organizarse para ir a votar. Con eso cuenta nuestro ingenioso CEI, de manera de mantener el paro por mucho tiempo con un porcentaje minúsculo de los votos.
Quienes diseñan estos procedimientos son los mismos que se oponen al binominal por ser poco democrático. Si, como yo, estamos de acuerdo con eso, ¿no deberíamos también estar de acuerdo en criticar los procedimientos del CEI? Además, los procedimientos son acordados en asambleas manejadas por pequeños grupos organizados, que actíuan en forma poco democrática.
¿Quién creería, después de haber pasado por la experiencia de estas asambleas, que una Asamblea Constituyente dará origen a una constitución que represente a la ciudadanía y no los intereses de pequeños grupos organizados?