Algo raro está pasando con una parte importante de la derecha más conservadora en los EE.UU.: una guerra contra las ideas que alcanza límites risibles. Todos sabemos de la oposición a la idea del calentamiento global, que al menos tiene una pequeña –muy pequeña– posibilidad de tener razón, aunque la evidencia y la física juegan a favor del calentamiento. También estamos acostumbrados a la oposición a la teoría de la evolución: porque es una teoría y porque la biblia supuestamente dice que el mundo se creó hace unos 5760 años y que los animales ahora existentes navegaron en el Arca de Noé (los fósiles corresponden a especies que no alcanzaron a subirse).
Pero una vez que se aceptan las anti-ideas, es difícil parar. Por ejemplo, ahora se empieza a rechazar la Teoría de la Relatividad, porque hace que se piense que todo es relativo y que no existen verdades absolutas. Además, las personas que trabajan en esta teoría no leen la biblia…
Pero hay cosas más raras, como la idea de que la separación de la Iglesia y del Estado es anticonstitucional, pese a que aparece claramente en la tercera enmienda (Congress shall make no law respecting an establishment of religion, or prohibiting the free exercise thereof), aprobada al mismo tiempo que la Constitución de los EE.UU. Rachel Maddow discute el tema en su programa.
China es ahora oficialmente la segunda potencia económica (y Brasil la sexta, al sobrepasar a Italia). El problema, de acuerdo a esta columna de John Plender en el FT, es que los países en proceso de rápido ascenso causan problemas globales.
Según Plender, cuando los EE.UU. llegaron a esa posición luego de sobrepasar al Reino Unido, sus políticas fueron bastante irresponsables: rechazaron el tratado de Versalles, no participaron en la Liga de Naciones, y las políticas de la Reserva Federal crearon la burbuja que llevó a la crisis del 29. Luego, exportó la crisis al resto del mundo con su políticas proteccionistas.
China también está creando grandes desequilibrios globales. Su política de devaluar el Renmimbi ayuda a fomentar las exportaciones que son el origen de su crecimiento, pero tienden a crear burbujas de activos e inflación. Por su parte, los países desarrollados, que han aceptado sus exportaciones a cambio de deuda, están llegando a los límites de la deuda que pueden emitir. El posible que los países desarrollados tiendan al proteccionismo en respuesta al comportamiento chino. Eso no sería bueno para nadie. Este blog está de acuerdo con el análisis de Plender sobre el nuevo libro de Charles Dumas sobre este tema.
Myers lo critica, y con lo que a este blog le parece con razón, porque Kurtzweil supone que en pocas décadas se podrá reproducir el pensamiento humano en un computador a partir de la información contenida en el DNA. Myers no tiene problemas con la idea de un computador pensante, pero estima que saber el código genético del cerebro es insuficiente para ello. Lo que se requiere para reproducir un cerebro humano en software es modelar las múltiples interacciones entre enzimas y proteínas en el cerebro, así como entender como todo ese catálogo de interacciones reacciona al ambiente de células especializadas del cerebro.