En El Mercurio de hoy trae la noticia del robo de ostiones en la mayor reserva del país. Se trata de un recurso valioso, propiedad del Estado, que no dispone de medios para protegerlo. Lo que es raro es que los 308 pescadores autorizados para pescar no se hayan organizado, como en muchas caletas, para proteger el recurso. ¿Será un problema de free-riding porque son tantos los pescadores autorizados? En las caletas, en que pocas familias viven desde hace generaciones, parece ser más fácil resolver este problema de los pescadores furtivos, que existen en toda la costa chilena (a menudo los pescadores de una caleta son los que roban a sus vecinos).