Restricciones a los abogados

La Corte Suprema, con el apoyo del Colegio de Abogados, propone un sistema de acreditación para asegurar la calidad de los nuevos abogados. Dada la gran cantidad de estudiantes de la carrera y la aparente pobre calidad de la enseñanza de leyes que reciben muchos de ellos, a la Corte le preocupan estos futuros abogados. Propone, tal como en los EE.UU., un examan para habilitar a los abogados, los que se denomina un bar exam.

La pregunta de cualquier escéptico es si la prueba tiene el objetivo planteado o se trata de un mecanismo para evitar que aumenten en demasía los abogados que pudieran competir con los profesionales activos. Milton Friedman siempre estuvo en contra de todas las limitaciones de este tipo, por ese motivo. Sin embargo, parece que hacía una excepción para el caso de los médicos.

Es posible pensar que los abogados, en una cultura legalista, tienen la misma relación con sus clientes que la de un médico con sus pacientes, que se entregan a él en forma sumisa, sintiendo que no tiene la capacidad para evaluar sus procedimientos. Esto acaso sería un argumento para un examen de egreso. Pero este blog no concuerda en absoluto con el Presidente de la Suprema, M. Juica, cuando afirma que hay muchos abogados que «no tienen el estudio, la capacitación, la idoneidad y la ética». El motivo es que el autor de ete blog no cree que una prueba de habilitación sea un factor que asegure una conducta ética. Especialmente en abogados.

El lío de las hipotecas

Desde el momento en que al autor de este blog le explicaron sobre la securitización de hipotecas (hace décadas) le pareció que sería complejo el mecanismo por el que se podían seguir los pagos de las hipotecas en los paquetes securitizados. Las hipotecas se empaquetan y luego se venden como un todo, pero a veces ese «todo» se divide y se empaqueta en un nuevo producto, que es comprado por un banco de inversión, que se lo traspasa a inversionistas, y luego se transa muchas veces. Seguir los pasos de los pagos es, por lo tanto, complejo. Los problemas son mucho mayores si es necesario retomar la casa por no pago de la hipoteca.

En los EE.UU. esto se ha transformado en un problema gravísimo. Después de todas estas transacciones, la institución que posee la hipoteca no tiene la documentación necesaria ni sabe obtenerla. Para resolver este problema, han contratado firmas de abogados especializadas, pero éstas también encontraron los mismos problemas y para resolverlo, comenzaron a inventar documentación. Falsificaron timbres de notarios, fechas de los distintos documentos requeridos para retomar la casa, y los distintos pasos requeridos por la ley para poder actuar y proceder a la venta de la casa en remates judiciales. Lo peor es que, debido a que los papeles son inventados en algunos casos han retomado casas en que las hipotecas estaban pagadas, o incluso han rematado una casa que de improviso tiene dos dueños: el verdadero, y alguien que compró la casa en un remate por internet.

Hay quiénes afirman que en la mayoría de los casos, se trata de papeles y que por lo tanto no importan los pasos formales. Si la propiedad no se paga hay que reposeerla. El problema es que cuando uno se salta los pasos, ya no hay seguridad en la propiedad, como ha ocurrido en los casos de los múltiples ejemplos de errores. Por lo tanto es raro que Bryan Caplan, normalmente muy pro-derechos de propiedad, esté a favor de saltarse los pasos legales.

Nuevo túnnel de San Gotardo

El nuevo túnel de San Gotardo es el más largo del mundo, con sus 57 kilómetros. El túnel permitirá reducir en 50 minutos el tiempo de viaje entre Suiza y Milán, a un costo de US$ 21 mil millones. Esta cifra aparentemente no incorpora el costo financiero de los 17 años que tardó su construcción ni los siete años adicionales que tomará dejarlo listo para su uso, por lo que el costo real puede ser muy superior. Ya existía un túnel en San Gotardo, construido hace más de un siglo, y que era uno de los túneles más largos del mundo. Pero el nuevo túnel tiene una capacidad mucho mayor de carga, y cambiará el transporte en Europa: los Alpes ya no serán una barrera para la carga.

Desde hace años se discute la idea de un túnel de ferrocarril de baja altura que nos conecte con Argentina. La conveniencia para Chile de un proyecto de esa naturaleza es mucho menor que para Argentina y en general para los países del Atlántico, pues nuestra capacidad de generación de carga hacia el Atlántico es mucho menor que la de los países trasandinos. La idea del túnel, si no requiere subsidios del Estado (chileno), explícitos o implícitos, es buena, y tendría un gran efecto sobre el continente. Las cargas de soya a oriente podrían salir por ahí, así como muchas otras. El impacto en Chile sería principalmente a través de la mayor actividad en los puertos y los menores costos de exportación a los países del Atlántico.

Límite de edad para votar

Los cardenales jubilan a los 75 80 años, y ya no pueden elegir papas. Los obispos y arzobispos deben dejar sus cargos a la misma edad (con la notable excepción del Obispo de Roma). En la justicia, los miembros de la Corte Suprema deben abandonarla a los 75 años, y los demás jueces deben hacerlo cuando más jóvenes.

En universidades como la de Chile, se jubila a los 65 años (aunque algunos, aprovechando deficiencias en el estatuto, pretenden seguir en sus puestos por más tiempo). En el caso de los profesores que siguen prestando buenos servicios, se los recontrata a cargo de su Departamento original, pero sin las obligaciones contractuales de un cargo de planta en la Universidad.

Estos ejemplos nos indican que por diversos motivos, los organismos estiman que la edad puede transformarse en un factor que afecta la calidad de los servicios que proveen esas personas. En la universidad, donde la creación y la capacidad de adquirir nuevos conocimientos es esencial, el límite de edad es más bajo que en los cargos en que se toman decisiones, por lo que la experiencia es importante (en el caso de jueces y autoridades eclesiásticas).

Por el contrario, en el caso de las votaciones no existe un límite de edad para votar, sin que exista ninguna razón para pensar que el votante promedio de más de 75 años mantiene mejor sus capacidades intelectuales que obispos, jueces o profesores universitarios de esa edad. Más bien ocurre lo contrario, debido a que no ha tenido el ejercicio intelectual de personas que han estado en los cargos anteriores. Es común que un anciano mantenga ideas anquilosadas y egoístas que benefician a su grupo de edad a costa del resto de la sociedad, especialmente los más jóvenes. En muchos casos, su percepción del mundo bordea la paranoia.

Los ancianos aumentan su participación en la población debido a los avances médicos, por lo que cada vez más las decisiones políticas se toman en función de sus intereses. Dado el mayor tiempo libre y la falta de otras actividades, su tasa de participación es más alta que en otras cohortes. Esto es especialmente válido en Chile, con su sistema de inscripción voluntaria y votación obligatoria. El resultado es que nuestra tasa de pobreza es mayor entre los jóvenes que en los ancianos.

La propuesta de este blog es simple: tal como en el caso de los conductores, que a medida que envejecen deben tomar exámenes médicos más frecuentes para ser autorizados a conducir, los votantes después de los 75 años solo deberían poder votar luego de un examen psicológico bianual que demuestre que tienen una percepción balanceada del mundo, y que no sufren de ninguna de las patologías mentales comunes a esa edad. Debo hacer notar que el autor de este blog se acerca peligrosamente a las edades que límite, por lo que no es una propuesta que le convenga.

El sistema de salud norteamericano y sus problemas

Un estudio reciente compara la tasa de supervivencia después de 15 años de personas de 45 y 65 años en países con ingresos similares. La idea del artículo es estudiar la eficiencia de distintos sistemas de salud. Como se ha hecho habitual, los EE.UU. destacan porque sus resultados son más malos, en el sentido de ser outliers tanto en lo baja que es la tasa de supervivencia y lo elevado del costo de la salud. Los resultados relativos de los EE.UU. en 2005 son mucho peores que los de 1975.

El estudio toma algunos resguardos contra las críticas más fáciles, porque la respuesta conservadora a este tipo de estadísticas es que esto refleja distintas características de los EE.UU. Primero, el estudio separa por raza y sexo y muestra que las deficiencias del sistema de salud de los Estados Unidos siguen apareciendo cuando se consideran solo hombres y mujeres blancas (por separado o juntos). Segundo, también tienen estadísticas de obesidad y tabaquismo y tratan de ver (con una metodología estadística primitiva) si las diferencias entre países podrían explicar los malos resultados norteamericanos. No es así. Luego estudian si la tasa de accidentes o de crimen podrían tener un efecto y llegan a la conclusión que no. Su conclusión es que el sistema de salud norteamericano es responsable de las deficiencias: su costo y su poca eficiencia. Recordemos que los EE.UU. es el único país avanzado sin un sistema de salud que cubra a todo el mundo, y con un énfasis en los especialistas en detrimento de los generalistas.

Burbuja en Australia

Si quieren entender la magnitud de la burbuja inmobiliaria en Australia, Bronte Capital tiene una entrada que asusta. Casas comunes y corrientes (a una tres cuadras de la playa), con un valor de US$ 2 millones. Pero lo mejor es un video de las subastas de casas. En Australia las casas se venden por subasta, y en el video un tipo con polera paga casi US1.4 millones por una casa, sin arrugarse. Temo que las entradas de capital tendrán un efecto similar en nuestro país, como ya ha ocurrido en Brasil.

Porqué los chinos exportan tanto.

El NYT tiene una cita del economista del Asian Development Bank Willem Thorbecke, que describe porqué los chinos pueden exportar tanto. Según el, los subsidios encubiertos a las exportaciones son enormes y explican por qué los consumidores chinos solo reciben el 35% del producto, menos que lo que se invierte anualmente. Se trata de una enorme transferencia de recursos hacia las empresas:

In recent years, M.N.C.s in Asia have relocated more and more production to industrial clusters in China. This is because production costs in China are artificially low. For instance, restrictions on labor migration suppress wage rates; controls on interest rates lower the cost of borrowing; and inadequate enforcement of environmental laws enables firms to ignore social costs of production. Artificially low costs mean that Chinese export prices are lower and that China can sell more abroad.

The Chinese exchange rate has also been kept low relative to the dollar. This has further reduced the dollar costs of processed goods produced in China for export to the United States. It has also caused other Asian countries that compete with China in third markets to intervene and keep their exchange rates low relative to the dollar. This reduces the dollar cost of parts and components that are produced in other Asian countries and shipped to China for assembly and re-export to the United States. These low exchange rates thus reduce the dollar prices of processed exports and allow China to sell more to the United States.

As many Chinese economists have noted, artificially low wage rates and interest rates and inadequate enforcement of environmental regulations imply a huge transfer of wealth from Chinese households to businesses. Artificially low exchange rates also represent a transfer from consumers to producers because weaker exchange rates limit the amount of imports that Asian consumers can purchase from the rest of the world.

China runs enormous surpluses with the United States largely because consumers in China provide subsidies to producers. These subsidies cause consumption in China to equal only 35 percent of gross domestic product., a very low level for a country at China’s level of development. The Chinese government is committed to adopting more consumer-friendly policies in the medium run. As it does, China’s surplus with the United States should decrease also.

Gracias, Marginal Revolution.

Gasto en Salud

El Incidental Economist tiene una figura con el gasto en salud como porcentaje del producto en 31 países de la OECD (Chile aún no aparece). Claramente el gasto en salud aumenta en todas partes, pero en los EE.UU. el gasto en salud aumenta a una tasa mucho más rápida que en el resto del mundo. Claramente algo está funcionando mal en el sector salud de Estados Unidos, especialmente si consideramos que mucha gente ni siquiera tiene cobertura de seguros de salud. Esto lo diferencia de la mayor parte de los países de la muestra. Como dice el blog de Incidental Economist: Es hora de asustarse.

Gracias a Marginal Revolution.

El costo del comunismo

Brad de Long tiene un cuadro que muestra la diferencia de ingreso entre países vecinos al caer el comunismo. Dado que las fronteras en las que se instaló el comunismo fueron accidentes históricos (hasta dónde llegaron los ejercitos rusos en la «a Guerra Mundial), es un experimento virual. Además, en muchos casos los ingresos a ambos lados de la muralla, antes de la guerra eran similares. El resultado es que pertenecer a una economía planificada significa tener poco más del 10% de los ingresos de un país capitalista. Esto sin considerar los otros costos de vivir en una dictadura.

Bienestar material en 1991 a ambos lados de la Cortina de Hierro

¿Discreción o reglas?

La intervención del Presidente en el caso de la central generadora Barrancones ha despertado una polémica sobre la conveniencia del uso discrecional de su autoridad. La mayor parte de los columnistas que se han referido al tema rechazan la intervención, argumentando que se debieron haber seguido las reglas de nuestra institucionalidad.

El tema de los límites de las reglas y el alcance de la discreción es complejo. Las reglas existen por una serie de motivos: previenen la arbitrariedad de las decisiones del ejecutivo, protegen al magistrado –en el sentido medieval de la palabra: la máxima autoridad, con poderes ejecutivos y judiciales– de las presiones de grupos de interés, y dan seguridad a los miembros de la sociedad. Pero las reglas tienen un problema: dado que son difíciles de escribir, y a menudo son el resultado de acuerdos de grupos con distintos intereses –especialmente en casos tan sensibles como los medioambientales—no siempre cubren correctamente todas las situaciones. En el ejemplo de las centrales termoeléctricas, la norma ambiental no establece diferencias entre distintas localidades en función de su cercanía a un parque nacional o sitio ambientalmente delicado. Este es un error de la norma. En tales casos, lo apropiado es modificar la norma, pero si el magistrado se encuentra con una ley ya establecida e inapropiada para el caso, es razonable dejar espacio a la discrecionalidad, especialmente si es transparente.

No debemos olvidar que se puede ser discrecional siguiendo ostensiblemente la institucionalidad. Esto ocurre cuando en los proyectos de inversión pública se elevan las tasas esperadas de crecimiento de la demanda, de manera que se alcance el umbral de rentabilidad social. En otras ocasiones a los proyectos se los despoja de elementos esenciales, que se reintegrarán más tarde, para poder cumplir estos umbrales. ¿No es eso peor que un caso transparente de discrecionalidad, ya que cumple la regla pero no su contenido. No hemos avanzado mucho desde la Colonia si sigue siendo válido que las reglas se acatan pero no se cumplen.

El problema que tienen las decisiones discrecionales abiertas es que se debe mantener la reputación de seguir las reglas en la generalidad de los casos y de salirse de ellas sólo en casos excepcionales. Las excepciones son fusibles sociales, tales como los indultos, que también se escapan a las normas. Sería ideal un mundo en que el magistrado tuviera un número limitado de decisiones discrecionales en su periodo. Así, estas decisiones solo se usarían en situaciones sin otra salida, y cuando las alternativas son peores. Pero en el mundo real es difícil verificar el número de actuaciones discrecionales.

La idea de un magistrado no puede decidir, sino que solo puede seguir normas, es una limitación extrema de sus atribuciones que se explica por una deformación arraigada en nuestro sistema legal. Nunca aprendimos que el rígido código napoleónico debía ser suavizado con reglas consuetudinarias, como se hace en Francia. Nuestra idea de jueces y magistrados similares a robots, que aplican pero no interpretan la Ley, tiene la misma proveniencia.

No creo en la discrecionalidad a ultranza, y prefiero que en condiciones normales se sigan los procedimientos instituidos. Pero no darle al magistrado la opción de actuaciones discrecionales solo sirve para que esas actuaciones sea hagan en forma encubierta, manipulando reglas que deberían preservarse en la inmensa mayoría de los casos.