Los otros pueden tener razón

R. Fischer

Una de las razones que explica la polarización política que está viviendo el país tiene su origen en un problema de este gobierno y sus técnicos. Dada su amplia mayoría parlamentaria, han confundido el mandato que han recibido para cumplir objetivos generales: aumentar los impuestos, más gasto social, más equidad; con un mandato a hacerlo a rajatabla, sin dialogar con el resto de la sociedad.

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El ministro Arenas defendiendo su proyecto tributario

Esto se refleja en el concepto infantil que descarta una opinión por su origen, sin evaluarla según sus méritos. Es decir, una crítica de la oposición, o del empresariado, es considerada como inválida simplemente por su procedencia. El gobierno llegó al extremo de pagar por una campaña publicitaria que hacía explícita esta visión primaria del mundo.

La forma inteligente de evaluar  una critica de una parte interesada no es descartarla, sino que i) considerar que proviene de una parte interesada, por lo que se la debe examinar con más prudencia que si proviniera de una fuente imparcial, ii) tratar de rebatir los argumentos, demostrando sus debilidades, independientes de la procedencia de las ideas, y iii) si la crítica tiene aspectos que están bien fundamentados, se los debe tomar en cuenta y modificar la propuesta para hacerse cargo de ellos y no responder con frases hechas. Y sin embargo, esto último es lo que ha hecho el gobierno.

La reforma tributaria

El caso más claro es la reforma tributaria.1 Hay muchos argumentos técnicos a favor de mantener el FUT, cerrando sus espacios de evasión. Se sabe ahora que la idea de eliminar el FUT fue elaborada por un pequeño grupo de técnicos de una campaña electoral sin mucho futuro.2 La propuesta tributaria de ese pequeño grupo no fue sometida a un examen  crítico durante la campaña electoral porque su candidato quedó eliminado rápidamente.  Fue la propuesta adoptada finalmente por el gobierno, probablemente porque la Nueva Mayoría no tenía una propuesta detallada en el ámbito, que requiere especialistas. El problema es que no se discutió suficientemente, por lo que no se advirtieron sus deficiencias. Solo ahora, en que el gobierno la envía como proyecto de Ley, comienzan las críticas a sus debilidades y costos.

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La campaña del gobierno: las críticas no tiene validez porque provienen de las partes interesados.

El gobierno debe recordar que el electorado que votó por un alza de impuestos no lo hizo por una forma específica de implementarla (¿Cuántos saben que es el FUT?), por lo que no se falta a una promesa si se buscan alternativas que eleven los impuestos sin los inconvenientes del proyecto actual. Hacienda, sin embargo, ha optado por no aceptar las críticas y defender el proyecto, argumentado que los que lo critican son los afectados y por lo tanto sus argumentos son ipso facto inválidos. Se comprende la crispación política que eso produce en la sociedad.

Una respuesta insuficiente a las críticas

Esto es especialmente grave si además, algunos de los datos usados por el gobierno son, por decirlo elegantemente, manejados con arte. Cuando señalan, por ejemplo, que el 95% de las empresas no verá cambios, seguramente están pensando en las empresas descritas recientemente por Pablo Sanguinetti en una columna en el Financial Times. Quizás la mitad o muchas más de ese 95% son empresas que no tienen capacidad de crecer, que no son productivas, y cuyos propietarios preferirían un trabajo estable en una empresa de mayor tamaño.3 Es decir, son empresarios porque no han conseguido empleos formales. Estas empresas no se verán afectadas por las reformas, pero eso no dice nada sobre su impacto productivo real.

El impuesto lo pagará el 1
Tal vez lo pagará, pero a cambio la universidad será gratuita para sus hijos….

En el 5% restante hay muchas empresas pequeñas y medianas que si son productivas, pero que enfrentan límites al endeudamiento. Además son empresas que a menudo tienen grandes variaciones en sus ingresos y utilidades, que perderán la posibilidad de suavizar lo que pagan en impuestos. Si no me equivoco, no podrán aplanar sus impuestos: si un año ganan mucho, y el otro ganan cero, la tasa sera un 35% sobre sus ingresos (los del primer año). Otra empresa o individuo que recibe el mismo ingreso promedio, pero en forma constante, enfrentaría una tasa menor. Estos problemas indican las deficiencias de la propuesta, debido a los problemas conceptuales en su origen.4

 

 

Notas:

1. Mi humilde e ingenua propuesta tributaria sería elevar las tasas al 25% y reducir los espacios de evasión. Para ello  a) aplicaría el 35% a todas las platas FUT que salen del país, cerrando una forma de evasión. b) Revisaría cuidadosamente y castigaría los gastos personales cargados a las empresas, c) cobraría efectivamente el impuesto a la herencia y revisaría como limitar las transferencias inter vivos, d)  de la propuesta del gobierno mantendría la idea de verificar que las proporciones en que se retiran los ingresos de las sociedades corresponden a las participaciones accionarias que tienen los que retiran. Tal vez hayan otros puntos adicionales  que reducirían la evasión y que puedan complementar estas ideas.

2. Son buenos técnicos, pero justamente porque la campaña iba al fracaso, su propuesta tributaria no fue examinada con atención por los especialistas tributarios, que habrían advertido sus problemas. Es decir, fue una propuesta elaborada, para todos los efectos prácticos, entre cuatro paredes. Propuestas complejas como ésta requieren ser discutidas con mucho cuidado por especialistas. Algo que evidentemente no se hizo.

3. Para ser imparciales, la derecha ha hecho mucho hincapié en estos empresarios como si un aumento en su número fueran necesariamente beneficioso. La columna de Sanguinetti es buena buena crítica de esta visión optimista.

4. En eso se parece a la reforma al binominal. Aquí hay otra propuesta que no tiene una base conceptual sólida que la guíe, y por eso se ve parchada y con un Senado que se asemeja a una Cámara de Diputados.

 

 

Sobre la Reforma Tributaria

R. Fischer   Escribir sobre la reforma tributaria es una osadía, dado lo poco que conozco en materia impositiva. Sin embargo, tal vez la opinión de un observador que no es experto tributario, pero si microeconomista, tenga algún valor. Creo que en la reforma hay tres aspectos  claramente distinguibles:

  1. ¿Deben subir los impuestos pagados por los sectores de mayores ingresos?
  2. ¿Cómo deben subir los impuestos para no provocar daños económicos?
  3. ¿Qué hacer con los nuevos recursos?

BacheletImpuestos

¿Deben subir los impuestos?

Me parece razonable que suban, aunque no me queda claro si debe ser tanto como lo desean los que proponen el alza impositiva. Existe un segmento del grupos de mayores ingresos –especialmente entre los de muy altos ingresos– que paga mucho menos de lo que debería, mientras otros con ingresos menores  pagan una proporción mayor de sus ingresos. La inequidad horizontal en un sistema de impuestos reduce su aceptabilidad social. En principio sería posible aumentar lo que paga el segmento de más altos ingresos sin aumentar las tasas, permitiendo satisfacer la presión por un aumento del gasto social. En nuestro actual esquema impositivo hay mucha elusión y evasión mediante mecanismos que distorsionan la asignación de recursos. Estas características no son particulares de Chile: también en países desarrollados existe una multitud de trucos similares. Por otra parte, una parte de lo que los proponentes del aumento consideran elusión es simplemente un traspaso de ingresos de un momento del tiempo a otro, es decir, una forma de ahorro que no debería ser penalizada. Por lo tanto las cifras de elusión que se muestran exageran la importancia de  ésta.

¿Cómo subir los impuestos?

En mi inexperta opinión, un sistema impositivo conceptualmente limpio y elegante tiene ventajas sobre un sistema que incluso en su inicio requiere ajustes para no provocar excesivas distorsiones  económicas, en particular sobre la inversión. Es más fácil corregir un sistema con un fundamento lógico: solo se requiere voluntad política. Durante el gobierno anterior hubo un intento –sin demasiado entusiasmo– por cerrar algunos de los forados que tiene el FUT, pero enfrentó a un lobby de abogados tributaristas y contadores. Como tenía poco apoyo del gobierno, al poco tiempo se abandonó el intento. El actual gobierno tiene los votos y la voluntad para cerrar esos y otros resquicios en el sistema impositivo actual, con lo que se habría obtenido el mejor de los mundos: las ventajas de un sistema bien concebido, habiendo corregido sus problemas.

PineraImpuestos
De la época en que Piñera pensaba en aumentar impuestos

Desde ese punto de vista el sistema con base devengada (y sin FUT, en consecuencia) me parece peor. Esto se advierte al observar el tipo de ajustes que hay que hacerle para reducir su impacto sobre la inversión. Pese a ello, los problemas del nuevo sistema no siempre tienen respuesta. Son intrínsecos a este sistema impositivo. Veamos:

  1. Es necesaria la depreciación acelerada para no castigaren exceso la inversión. En principio no me gusta la depreciación acelerada (es una distorsión pro inversión), pero en el sistema antiguo no era una necesidad, sino un agregado que se podía eliminar sin efectos graves. Ahora en cambio, esto es absolutamente necesario. Además, tenemos el problema que las empresas con poco capital (de servicios o de innovación), no van a poder hacer esos descuentos. Y en ese grupo debe estar la mayoría de las empresas.
  2. En las sociedades con participación de minoritarios, esto tendrán que pagar impuestos aun sobre dividendos no distribuidos. Si no se corrige (y no se me ocurre como hacerlo), habrá una mayor concentración de la propiedad accionaria. Nota posterior: Debo corregir este punto, porque me han explicado que el impuesto sobre los dividendos no distribuidos lo paga la empresa, por lo que el problema que menciono no ocurre (aquí se advierte mi incompetencia en el tema)..
  3. En el caso de las AFP, el problema es que incluso los trabajadores de bajos ingresos pagarán el 35% sobre las utilidades devengadas de las inversiones en empresas chilenas. Las inversiones en fondos mutuos tendrán el mismo problema.
  4. Una parte importante de los recursos acumulados en las sociedades bajo el FUT corresponden a ahorros para la vejez de profesionales. El que no paguen impuestos ahora se corregirá cuando jubilen y retiren esos recursos para vivir mejor cuando ancianos. Bajo el nuevo esquema estas personas no podrán ahorrar sin pagar los impuestos del momento en que ganaban más en sus vidas. Esto genera inequidad horizontal en el tiempo.
  5.  Las empresas deberán acudir más frecuentemente a los bancos porque tendrán menos financiamiento a partir de utilidades acumuladas. Los bancos son caros y no  siempre otorgan crédito en buenas condiciones a las Pymes.
  6. Las empresas tendrán una estructura cargada hacia deudas en vez de patrimonio. Esto debería traducirse en una economía menos robusta y más sensible a cambios en las condiciones externas.

Deben haber muchos otros problemas que aparecerán con el tiempo. El tema es que todas estas complicaciones son inherentes al nuevo sistema impositivo, y para corregirlas /si se puede) habrá que hacerle ajustes. Y con eso tendremos un esquema tributario complejo, lleno de regla raras que se aplican en algunos casos y sin un principio rector claro. Y al final, es probable que haya más formas de elusión que bajo el sistema actual. Es lo que sucede en los países con este tipo de sistemas impositivos.

¿Qué hacer con los nuevos recursos?

Si el lector revisa este blog, sabrá que la gratuidad me parece un serio error. Perjudicará a la sociedad (por una mala asignación de los recursos educativos); a las universidades del Estado, ya que lo importante será el apoyo del gobierno para conseguir recursos y no la calidad académica;, y a la equidad, pues recibirán universidad gratuita quienes podían pagar por ella.

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Un volante de la UDI contra la reforma

Es una transferencia importante desde la sociedad a los más ricos. Después de todo, casi todos los jóvenes del último quintil van a la universidad, por lo que se verán beneficiados. Es difícil de creer que un número similar perteneciente a los otros quintiles asista a la universidad. Además, en la actualidad, los jóvenes de segmentos más desventajados tienen acceso a subsidios para costear sus estudios. Por lo tanto los jóvenes del 20% más rico –o sus familias– serán los más beneficiados. Si de mi dependiera, usaría los recursos para aumentar el gasto en educación preescolar y escolar en forma inteligente.

Mentiras y medias verdades

R. Fischer

No habría vuelto a escribir sobre el caso del Ministro de Hacienda y su actitud hacia la verdad, si no fuera porque un colega muy respetable me escribió criticando mi análisis. Según el, durante  el gobierno de Piñera se hacía algo similar, y más dañino que la nimiedad de esconder un dato, como lo hizo el Ministro en esta ocasión:

ArenasDatos

Creo que en esa respuesta hay cierto errores, sin considerar el hecho que responder que un conducta reprobable es aceptable porque otros hicieron lo mismo.

Quienes han seguido la trayectoria de Piñera saben que no está dispuesto a investigar demasiado la veracidad de una noticia o dato favorable. Siempre estuvo dispuesto a repetir cifras que le convenían, pese a que su fuentes no eran sólidas y en algunos casos se demostró eran falsas. Por ejemplo,  es probable que los porcentajes de tareas cumplidas en el caso de  la reconstrucción después del terremoto del 2010 eran exagerados, independientemente de que todo indica que el proceso funcionó bien, mejor de lo que podría haberse esperado.

Lo dos casos que mi colega enrostra a Piñera son importantes, pero me parece que no están en la categoría de esconder datos de estadísticas internacionales de nuestro actual Ministro. Primero, el caso de las mediciones de pobreza de la Casen, que fueron la causa que finalmente CEPAL se retirara del proceso (entre paréntesis, la participación de CEPAL en este tema es tema para otra nota).

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La caída en la pobreza que no era efectiva.

Piñera se jactaba de la caída en la tasa de  pobreza durante su gobierno, sin mencionar que lo que tenía era una estimación puntual que no incorporaba el margen de error. Al incorporarlo, la diferencia en las tasa de pobreza no era significativa. Creo que esto cae claramente en la categoría de «trampitas» que hacía Piñera. El dato que citaba era correcto en el sentido de ser la estimación puntual, y era más baja que la del gobierno anterior. Lo que no decía era que la diferencia era lo suficientemente pequeña para que, desde el punto de vista estadístico, no había evidencia de que la cifra fuera efectivamente menor (aunque con una probabilidad de más de un 50% así lo fuera). Además, eran cifras provistas por el Ministro de Mideplan del momento, que también tenía una tendencia a ese tipo de juegos. Pero claro, Piñera, que es un doctor en economía, debería haber preguntado por la significancia del dato. Sin embargo, pienso que esta «media verdad» es distinta de simplemente hacer desaparecer un dato proveniente de fuentes internacionales porque no conviene: esa es una mentira.

El otro caso importante de Piñera tiene que ver con el Censo. Aquí me parece que Piñer tuvo meno culpa que en el caso anterior y la responsabilidad directa recae sobre el Director del INE (el Presidente es el último responsable, pero eso solo desde el punto de vista jurídico). Este director cambió a última hora el sistema del censo, por lo que no hubo espacio para prepararlo adecuadamente. Labbé debe haber convencido a Piñera de que era una buena idea el cambio, probablemente convenciéndolos de que era lo que hacían países desarrollados (algo Piñera aspiraba a imitar durante su gobierno).

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Labbé, Piñera y el censo

Cuando comenzó a aparecer evidencia de que el censo falló, creo que Piñera se encontró con un problema complejo. Por un lado, con su imprudencia habitual había anunciado las ventajas de la nueva metodología, y ahora debía explicar que tenía problemas. Además, el Director del INE aseguraba que los datos recogidos eran buenos (pese a que «inventaba» algunos de ellos). Se entiende que en ese dilema, haya tardado en reconocer los problemas. Pero luego el gobierno solicitó un informe independiente de expertos nacionales y el Director del INE debió renunciar.

En este caso, aparte del error de haber elegido al Director del INE, y haber tardado en reconocer lo que había pasado, no hay una mentira activa de Piñera, en el sentido que si lo tiene la presentación del actual Mnistro de Hacienda.

En el mundo político aprovechar las medias verdades es algo acostumbrado. Admiro y apoyo a Andrés Velasco, por ejemplo, pero tengo dudas de la veracidad de las cifras del déficit estructural en el último año de Bachelet I. Mi impresión, bastante ignorante del tema, por lo demás, es que se maquillaron las cifras  hasta donde se pudo para obtener el resultado deseado.

Nuevamente, esto es una media verdad, no una mentira. Creo que la diferencia importa. Las medias verdades son malas porque socavan la confianza en lo que dicen los políticos y miembros del gobierno. Las mentiras la destruyen.

 

 

 

 

El Ministro Arenas y los datos

R. Fischer

Hoy vi una noticia en el Mercurio que me dejó una pésima impresión. El Ministro de Hacienda realizó una presentación ante la Comisión de Hacienda de la Cámara usando datos adulterados. Puedo entender que, si un Ministro debe realizar una presentación y se topa con dos estudios similares que llegan a conclusiones distintas, elija mencionar el que le conviene y omitir el otro.  Eso está dentro de las reglas del juego político, aunque sería inaceptable en un académico.

Pero acá se trata de algo mucho peor: el Ministro o alguien de su entorno (en cuyo caso el Ministro debería dar las explicaciones y despedir a la persona) borró cifras que contradecían el argumento que estaba haciendo ante parlamentarios. Es decir, se trataría de una mentira activa. ¿Cómo creerle en el futuro a un Ministro que altera datos en una presentación ante el Congreso?

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En la presentación se usó el gráfico de la izquierda, eliminando en forma burda el dato que corresponde a 2010. El dato correspondiente a 2010 mostraría claramente que la máxima carga tributaria se alcanzó en 2000. Los ingresos siguieron subiendo pese a que la carga tributaria cayó.
Me parece que este caso, así como las críticas de la Ministro de Salud a los hospitales concesionados (uno puede criticar legítimamente la idea de hospitales concesionados, pero la manipulación de las cifras o el uso de datos no validados para argumentar no cabe en esa categoría) muestra un dogmatismo preocupante. Este parece ser un gobierno formado por personas que están dispuestas a alterar la verdad para poder llevar a cabo su programa. Veo mal el futuro cuando el Ministro de Hacienda es un símbolo de esas prácticas.

Oops, el Puente de Valdivia

R. Fischer

Luego del segundo problema con Azvi en dos años, debo confesar que mi análisis sobre el caso del proyecto La Serena-Vallenar parece erróneo. En ese caso, Azvi abandonó el proyecto luego de descubrir que su evaluación de costos había sido errónea, y el banco decidió no proveer financiamiento. La empresa –o su banco– perdió los US$ 10MM de la boleta de garantía de seriedad de las obras.

Mi argumento entonces fue que el castigo por no cumplimiento era la boleta de garantía y que si esto era considerado insuficiente, se podía aumentar su monto, hasta cubrir el costo social del retraso hasta designar a una nueva empresa para la concesión. Por lo tanto, no era necesario agregar otros castigos, tales  como excluir a la empresa de nuevos proyectos del sector público. Dado que el costo de la boleta de garantía recae sobre la empresa y su banco, éste último haría el due dilligence sobre la calidad del proyecto y de la empresa para realizar el proyecto.

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Puente de Caucau. Nótese la ubicación de la ciclovía y de la acera en la figura, mostrando que las secciones alzables están invertidas (Figura proviene de Emol).

El razonamiento no funcionó en el caso del Puente Caucau en Valdivia, en que la empresa nuevamente ha fallado en su proyecto, esta vez en forma espectacular. Pero no descubro errores en el razonamiento de mi posteo anterior. Por lo tanto me quedan tres alternativas: que el proyecto fue licitado antes de conocerse  el caso La Serena-Vallenar (por lo que el banco que otorgó financiamiento no tenía razón para dudar de Azvi), que el banco que le otorgó financiamiento a la empresa esperaba una renegociación ante cualquier problema técnico, por lo que no era necesario verificar la calidad técnica de la empresa, o que la incapacidad de la empresa supera las peores estimaciones de los bancos financistas.

A propósito ¿qué estaba haciendo el Inspector Fiscal del MOP mientras se montaban las estructuras al revés?

Una conversación con Ivar Ekeland y la propuesta de un nuevo estatuto para la Universidad

Ekeland
Ivar Ekeland

R. Fischer

Ivar Ekeland dio una charla sobre mercados financieros la semana pasada en nuestro departamento. La charla fue interesante, y luego Roberto Cominetti y yo salimos a cenar con Ekeland. Ekeland es un matemático (y economista matemático) destacado, teniendo un principio con su nombre: el Principio Variacional de Ekeland.

 

Ekeland me interesaba porque cuando aún no ingresaba al programa de doctorado –y casi no sabía de economía–, compré un libro suyo sobre economía matemática y que pude entender poco. Pero quedé intrigado con Ekeland desde entonces. Ekeland me contó luego que fue su primer libro.

En el restaurante, Roberto y Ekeland comenzaron conversando sobre problemas combinatoriales del tipo: «una conductor sin documentos tiene que ir desde un punto a otro, sabiendo que hay un policía en revisando documentos, y que hay varias rutas posibles, en una de las cuales está el policía. ¿Cuál es la estrategia óptima?» Supongo que es un tema de conversación entretenido en cenas de matemáticos. Interesante, pero no demasiado para un lego.

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Nuevo campus de la Universidad de Paris-Dauphine

Luego conversamos sobre el gobierno universitario, tema sobre el que Ekeland es experto, haiendo sido Rector de Paris-Dauphine, una de las mejores universidades francesas (además, me parece a Ekeland le interesa y practica la política. Roberto ha sido Senador de la Universidad, así que también sabe del tema.

Debo mencionar aquí que Roberto y yo conducíamos así que no pudimos tomar m{as un vaso de vino al comienzo de la cena (esperando que luego de dos horas el nivel de alcohol hubiera bajado),  por lo que Ekelando tuvo que hacerse cargo del resto de la botella. Tal vez eso explique sus respuestas.

La pregunta era sobre el grado de democracia en las universidades. ¿Cómo deberían gobernarse las universidades? Yo proponía que las universidades eran meritocráticas, por lo que ni estudiantes ni administrativos deberían tener más que voz en el gobierno de la U. Que tampoco me gustaba el gobierno por los académicos, porque operan como un sindicato, y además se fosilizan. Y que por lo tanto, prefería un gobierno universitario del tipo norteamericano, con un predominio de los egresados de la universidad, y con un Consejo Directivo. Sin concordar totalmente, Roberto también se oponía al cogobierno en la universidad.

Para nuestra sorpresa, a Ekeland le gustaba el sistema de cogobierno universitario, como el de la propuesta de nuevo estatuto universitario. Primero, porque reduce el poder de los académicos, que de otra forma no se preocuparían de ofrecer buenas clases –los estudiantes los obligarían–. Pero le respondimos que eso no es necesario en un sistema universitario competitivo y en que los estudiantes pagan. No dar buenas clases significa perder estudiantes y eso es malo bajo un sistema competitivo de universidades. Recordé lo malo que habían sido muchos profesores cuando la universidad era casi gratuita, y lo poco que les interesaban los estudiantes.

Ekeland nos dio otro argumento. Según el, como Rector de una universidad casi no tenía poder. Pero como era elegido en parte por los estudiantes, tenía el apoyo de buena parte de ellos. Entonces cuando debía negociar aumentos de recursos para la universidad con el Ministro, podía amenazar con echar los estudiantes a la calle. Y eso es algo que temen los ministros en Francia.

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Protesta estudiantil en Francia

Roberto y yo casi no podíamos creerlo: ¿ese era el sistema de asignación de recursos universitarios en Francia? ¿La amenaza de manifestaciones estudiantiles?

No quise recordarle a Ekeland que pese a su nivel cultural y científico, Francia no tiene universidades ubicadas entre las veinte mejores del mundo bajo ninguna clasificación conocida (aunque Paris-Dauphine está entre las 20 mejores, pero solo en matemáticas). Y las mejores instituciones francesas  son en general las Grandes Écoles,  que se rigen por estatutos distintos de los de las universidades. ¿Serán malos los resultados por el cogobierno? O lo serán por la existencia de las Grandes Écoles?

Una cena interesante.

Nota:

1. 1 No he podido averiguar si las Grandes Écoles  tienen cogobierno, pero incluso si lo tienen son tan selectivas (las más importantes toman solo un 1% de todos los estudiantes franceses), que la demagogia debería tener menos espacio.

Hume, ¿el primer socialdemócrata?

R. Fischer

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David Hume, 1711-1776.

David Hume, quién vivió en el siglo XVIII, tiene el siguiente párrafo en su ensayo sobre El Comercio (Ensayos morales, políticos y literarios):

«It will not, I hope, be considered as a superfluous digression, if I here observe, that, as the multitude of mechanical arts is advantageous, so is the great number of persons to whose share the productions of these arts fall. A too great disproportion among the citizens weakens any state. Every person, if possible, ought to enjoy the fruits of his labour, in a full possession of all the necessaries, and many of the conveniencies of life. No one can doubt, but such an equality is most suitable to human nature, and diminishes much less from the happiness of the rich than it adds to that of the poor. It also augments the power of the state, and makes any extraordinary taxes or impositions be paid with more chearfulness. Where the riches are engrossed° by a few, these must contribute very largely to the supplying of the public necessities. But when the riches are dispersed among multitudes, the burthen feels light on every shoulder, and the taxes make not a very sensible difference on any one’s way of living.»

«Add to this, that, where the riches are in few hands, these must enjoy all the power, and will readily conspire to lay the whole burthen on the poor, and oppress them still farther, to the discouragement of all industry.»

Trataré de traducirlo en forma libre, intentando preservar sus ideas. Hume escribe que tal como es valioso para un país disponer de muchas artes mecánicas (es decir, actividades de manufacturas e industrias), también es ventajoso que haya un gran número de personas que reciben los productos de esta industria. Una diferencia demasiado grande entre los ciudadanos debilita los Estados.  Toda persona, en lo posible, debería gozar los frutos de su trabajo, permitiéndole adquirir sus necesidades básicas, así como también cosas que le dan confort y comodidad a la vida. Nadie puede dudar que esa igualdad es la más adecuada a la naturaleza humana y que reduce mucho menos la felicidad del rico de lo que le añade a la del pobre.

Esta mayor igualdad aumenta el poder del Estado, y facilita el pago de los impuestos. Cuando la riqueza está concentrada en unos pocos, éstos pocos son los que más deben contribuir a solventar las necesidades públicas, y se opondrán a éstos. Cuando la riqueza está distribuida entre la multitud, esta carga se siente como algo muy leve, y los impuestos no alteran la calidad de vida de las personas.

Además, cuando la riqueza se concentra en pocas manos, elles ostentarán todo el poder, y conspirarán para traspasar toda la carga a los pobres, oprimiéndolos aún más y desanimando todos los esfuerzos para mejorar su situación.

Eliminación del FUT

R. Fischer

No soy un experto en materia tributaria, por lo que es probable que los comentarios que siguen muestren un deplorable número de errores. Pese a ello, hay principios generales en materia de políticas públicas que son aplicables a la teoría impositiva. Uno de ellos es que es deseable que la estructura de las políticas públicas esté basada en principios generales consistentes y no que sea un conjunto de medidas arbitrarias adoptadas porque buscan alcanzar un objetivo.

El problema de este segundo enfoque, que podemos llamar anárquico, de las políticas públicas es que al no tener una consistencia interna, es fácil que una propuesta introduzca fenómenos perversos que a primera vista parecen ser de segundo orden pero que adquieren relevancia una vez implementada la medida. Además, el enfoque anárquico no ofrece una guía sobre como corregir estos efectos de segundo orden, por lo que se adoptan correcciones adicionales que hacen cada vez más complejo entender los efectos de cada medida sucesiva. Esta larga introducción es para explicar porqué me parece errónea la idea de eliminar el FUT, sin referirme a las consecuencias –buenas o malas–, de un aumento en la recaudación impositiva.

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El FUT

El sistema tributario chileno tiene una virtud: es consistente lógicamente: son las personas las que pagan los impuestos, por lo que las utilidades retiradas de las empresas descuentan los impuestos ya pagados por ésta. Esto es lógico, porque de otra forma habría una doble tributación de esos ingresos. Esto generaría una distorsión productiva. Una consecuencia es que sería preferible para las empresas endeudarse (un costo deducible) que usar capital propio para inversiones.

El FUT aparece porque no siempre se retiran las utilidades de las empresas año a año. Esto puede ocurrir porque la inversión planeada es importante, y requiere acumular recursos durante varios años, o porque la empresa teme que en el futuro mediano sus perspectivas son malas (tal vez teme una crisis en su sector) y desea mantener reservas para sobrevivir el período difícil, o porque sus propietarios desean suavizar la variación en sus ingresos en el tiempo por motivos tributarios.1 Todos estas son razones legítimas para mantener utilidades en la empresa por períodos más o menos largos, y el FUT es un mecanismo que permite que esas utilidades no sean sujetas a doble tributación.

El FUT básicamente es un mecanismo para recordar los impuestos a las utilidades que pagó la empresa sobre esas utilidades acumuladas. Por lo tanto, es un saldo impositivo a favor de los propietarios de las empresas, que pueden utilizar cuando retiren las utilidades, o incluso es un valor que se puede transferir si la empresa se vende.2 Mirado así, no hay nada malo con el FUT y es más bien un mecanismo que se integra correctamente con nuestro sistema impositivo, manteniendo su consistencia.  Como muestro más adelante, eso no ocurre con propuestas alternativas.

Problemas del FUT

El problema del FUT no es su consistencia lógica, sino que la forma en que ha sido implementado.3 Aparentemente, es muy fácil retirar utilidades acumuladas aprovechando el FUT para no pagar más allá del 20%  (o menos). que pagan las empresas sobre sus utilidades. Aunque el actual gobierno hizo algunos esfuerzos para modificar las leyes tributarias y eliminar algunos de los resquicios del FUT, sus esfuerzos fueron anémicos y ante la oposición de tributaristas y de empresarios que se benefician de las reglas actuales, abandonaron el intento.

En esas condiciones es difícil aumentar los ingresos impositivos, porque una parte importante de la potencial  base tributaria (las utilidades no retiradas de las empresas) quedan fuera del alcance de un alza de impuestos. Es por ello que se desea modificar el sistema, eliminando el FUT. Me parece que es un error; lo que se debe modificar son las reglas que se usan en el FUT de manera de evitar la evasión y la elusión indeseada.

FUT!

Porqué no eliminar el FUT

Para entender porque eliminar el FUT es un error, consideremos otro mecanismo de evasión y elusión impositiva: los gastos de las empresas. Muchos empresarios aprovechan los gastos de la empresa para cubrir gastos personales (por ello muchos, al combinarlo con utilidades no retiradas pagan menos del 20% del impuesto a los ingresos). Pero nadie concebiría que lo que debe hacerse es eliminar el descuento del gasto de las empresas y tributar sobre los ingresos. Un buen sistema impositivo trata de fiscalizar y castigar cuando se cargan gastos personales a las empresas, así como intenta eliminar los resquicios usados por empresarios que  eluden la obligación de separar los gastos personales de los gastos de la empresa.

Lo mismo debe hacerse con el FUT, cambiando las reglas que permiten la elusión y facilitan la evasión, pese a la oposición de los tributaristas y otros que se benefician del sistema de resquicios actual. Es una tarea más difícil que eliminar el FUT, pero solo así puede mantenerse la consistencia del sistema impositivo.

Problemas de las alternativas

Al eliminar el FUT, se hace más difícil que la empresa invierta con sus propios recursos, por lo que, en compensación, se ha propuesto la depreciación instantánea de los activos, lo anularía el efecto negativo de la eliminación del FUT sobre las inversiones, El problema es que la propuesta es inconsistente, en el sentido de ser una medida que persigue un objetivo único (no perjudicar las las inversiones)  sin considerar el contexto impositivo más general.

Al asimilar el gasto corriente de una empresa con sus inversiones (al ser la depreciación instantánea) se introducen distorsiones en el sistema económico cuyos efectos no comprendemos (ni siquiera me gusta la depreciación acelerada por el mismo motivo). Cuando éstas aparezcan, habrá que corregirlas con otras medidas inconsistentes, que darán origen a nuevos problemas, mientras los tributaristas se hacen más ricos.

Otro ejemplo de los problemas de eliminar el FUT es el de las sociedades anónimas en que no se reparten dividendos: un accionista minoritario se verá perjudicado pues debe pagar impuestos sobre ganancias que no ha retirado, algo que no ocurre con el FUT. Corregir esa distorsión introducirá nuevos problemas, y así sucesivamente. No corregirla tendrá un impacto negativo sobre los mercados bursátiles y sobre la capacidad de las firmas de financiarse mediante aumentos de capital.

Conclusión

Tal vez por mi formación, prefiero los sistemas de reglas consistentes, porque sirven como guías que disciplinan las políticas públicas. Una vez que eso se pierde, todas las propuestas son aceptables, y campea el lobby. Es por ello que creo que es un error eliminar el FUT,  a diferencia de modificar las reglas de aplicación que permiten que muchos empresarios paguen muchos menos impuestos de los que corresponderían.

Nota:

1. Existen también razones menos legítimas para acumular utilidades no retiradas, que examinaremos más adelante.

2. No se cual es la regla del SII aplicable a estas ventas, pero parece de toda lógica que,si una parte de la ganancia de capital en la venta no tributa eso no puede extenderse a la parte de la ganancia se capital asociada al FUT. Es decir, si las ganancias de capital puras estuvieran exentas, y si estas ganancias de capital incluyeran un X% de FUT, ese X% de la ganancia de capital no debería estar exenta. De otra forma habría una doble exención, lo que sería icnonsistente con el modelo impositivo.

3.  Aquí entro en la parte tributaria que no entiendo bien.

4. Los tributaristas saben que cualquier alternativa  (que necesariamente será inconsistente con un sistema integrado) será un terreno fértil en resquicios, por lo que su oposición a eliminar el FUT será menor que a mejorarlo.

Marx: El capitalismo revolucionario y los sesentones


R. Fischer

Las sociedades pre-capitalistas eran sociedades en las que las costumbres, la estratificación social, eran casi permanentes, y a menos que ocurrieran circunstancias excepcionales, como guerras, la vida de las personas no cambiaba por generaciones.

El capitalismo destruye todo eso: el dinero destruye la división de casta entre los nobles y las demás clases sociales.  En principio, no importa el origen de las personas sino cuánta riqueza tienen,  y en principio, cualquiera puede llegar a ser rico –pero para ser noble había que haber nacido noble–.1  Las relaciones entre personas no se definen por las costumbres, sino que por el dinero.

Es por eso que a los conservadores, aún hoy, no les gusta el capitalismo y prefieren formas económicas comunitarias. Recordemos que la Democracia Cristiana nace de la Falange una rama semi-fascista desgajada del Partido Conservador, Son un grupo conservador, y siempre han estado a favor de sistemas cooperativos y en contra del capitalismo. Asimismo, la UDI a menudo tiene posiciones inconsistentes, porque  en su interior trata de ser capitalista y conservador, dos posiciones antitéticas.

MarxEngels

Esto explica que en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels escriban:

“La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario.”

Y que el capitalismo

“Desgarró implacablemente los abigarrados lazos feudales que unían al hombre con sus superiores naturales y no dejó en pie más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que no tiene entrañas”

El capitalismo, para Marx, es un solvente natural de las relaciones sociales rígidas del pasado:

“Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias viejas y venerables, se derrumban,”

A Marx no le gusta el capitalismo, pero tampoco la sociedad que existía antes y que éste destruyó.

A dónde voy con esto: los sesentones

Una de las cosas que me preocupan de un triunfo del ala izquierda de la Nueva Mayoría (los sesentones o izquierda reaccionaria) es que desean un país  tapizado de corporaciones. En eso se parecen a los conservadores. No les gusta la desigualdad –salvo que existe una clase dominante (formada por quienes tienen el poder político en un caso, por políticos-aristócratas en el otro)  en un caso por motivos morales, en el otro, porque se pueden confundir las clases. Los sesentones están dispuestos a sacrificar movilidad social,  si  a cambio se consigue menos desigualdad.

Por ejemplo, los sindicatos (con afiliación automática y sin reemplazo en huelgas) agrupados en ramas industriales son corporaciones. Ellos negociarían con gremios de empresas agrupadas en ramas, otra corporación. Las decisiones en el mundo que los sesentones desean se toman según ñas fuerzas enfrentadas, o por razones políticas, lealtades a grupos y otras razones no económicas.  La transparencia no tiene espacio, pues las decisiones no se toman basadas en razones que se pueden explicar. Ya no son los méritos de las personas los que deciden lo que reciben de la sociedad, sino sus afiliaciones a estos grupos.2

Santiago60
Santiago de los 60 (3)

Es el Chile de los 50 y 60 o la Italia desde la posguerra, pero especialmente desde el gobierno Berlusconi. Bajo los estándares actuales, el Chile de los 60 era irremediablemente corrupto (aunque no nos dábamos cuenta entonces). Había espacio para serlo, en un país lleno de reglas arbitrarias producto de luchas de poder o transacciones de apoyo entre corporaciones. No lo sabíamos entonces, porque la idea de transparencia no existía. Los senadores manejaban estudios y negocios relacionados con la legislación que aprobaban, las empresas acudían a los políticos para que cambiaran las reglas en su favor, y había muchas reglas.

Era un mundo pre-capitalista de favores, en que el que no estaba conectado –política, social o de otra manera– no solo estaba en desventaja (como ocurre hoy), sino que no tenía ninguna posibilidad. Aunque apenas lo conocí, no es un mundo al que querría volver.

Es por eso que cito a Marx.

Nota:

  1. Claramente esos son los ideales. En el mundo real  es más difícil llegar a ser rico si se parte pobre, y por otro lado, la nobleza era más permeable de lo que se supone.
  2. Nuevamente aquí estoy hablando de ideales en esta sociedad deseada por el ala izquierda, y es relativa a una sociedad capitalista.
  3. Foto de Patricio Guzman Campos. Aparece en su libro Chile en la retina: fotografías 1957-1973.

Más sobre el crecimiento en China, y lo que significa para Chile

R. Fischer

Hace poco escribí un comentario sobre un artículo de Krugman que analizaba los problemas que enfrenta china debido a su exceso de inversión. Según Krugman, en China han comenzado a subir los precios del factor trabajo, por lo que no se puede continuar con la política de promover la inversión y es necesario rebalancear la economía hacia más consumo. Según Krugman,  esto podría ser difícil, y en tal caso el mundo está en problemas.

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Shanghai Tower

En un articulo hoy en el Financial Times, Yukon Huang afirma que Krugman está equivocado, Según el autor, China está siguiendo la estrategia de Japón, Taiwan y Corea para evitar la «Trampa de los Ingresos Medios» que ha afectado a los países latinoamericanos y les ha impedido alcanzar el desarrollo. También esos países asiáticos comprimieron el consumo hasta que alcanzaron altos niveles de ingreso y solo entonces rebalancearon sus economías hacia más consumo.

Dado un rápido crecimiento generado por altas tasas de inversión y ahorro en el trío de países asiáticos, las personas percibían un aumento en su bienestar pese a que solo percibían una fracción pequeña de los frutos del crecimiento, y no estaban descontentas. Solo más tarde se relajaron las restricciones y se permitió que los ciudadanos pudieran recibir una fracción mayor del producto nacional. Es una explicación del desarrollo de esos países que me parece razonable. Sin embargo, me pregunto si el mundo tiene la capacidad de absorber la producción de una China que sigue ahorrando a tasas tan elevadas, ya que China es mucho mayor que Japón.

¿Porqué no podemos usar esta estrategia de crecimiento en América Latina? Creo que la dificultad es que debido a nuestra abundancia de recursos naturales, la distribución de riqueza es mucho más desigual. Por lo mismo, las presiones redistributivas son mayores, y esto significa consumir más y por lo tanto rebalancear nuestras economías demasiado temprano, con lo que la fase de crecimiento rápido se detiene. Es lo que está pasando ahora en Chile.1

MineraEscondida
Minera Escondida

¿Y porqué no nacionalizar los recursos naturales para así reducir la desigualdad? Ahí los problemas de incentivos asoman su cabeza: una economía con muchas empresas de recursos naturales estatales –especialmente en democracia– va a ser ineficiente,  por lo tanto también crecerá menos. Nuevamente, no salimos de la trampa de ingresos medios.

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Desigualdad de ingresos

Creo que hay solo dos posibilidades para un país como Chile. La primera es que los líderes políticos del próximo gobierno le mientan a la población y retrasen el proceso redistributivo que han prometido por una media década. Es el tiempo necesario para que Chile alcance el umbral de ingresos de un países desarrollado, a tasas de crecimiento similares a las actuales.

Alternativamente, el gobierno podría usar la misma política, pero siendo sincero: y convenciendo al país que el desarrollo implica una alta tasa de ahorros y que la redistribución solo podrá tener lugar en los mismos cinco años. Prefiero esta alternativa, pero ¿osaría algún gobierno hacerlo? De otra forma, es posible que sigamos en la trampa de ingresos medios por mucho tiempo  con el costo que eso significa para el futuro.

Nota:

1. El FUT, por ejemplo, es un fuerte incentivo al ahorro y la inversión. Eliminarlo significa crecer menos en el largo plazo y por lo tanto contribuye a la Trampa de los Ingresos Medios. Una alternativa es la de A. Velasco: eliminar la distorsión que significa ser un préstamo sin interés del Fisco que tiene el FUT actual, cobrando por el préstamo implícito que contiene. Pero lo que China tiene (y Japón, Corea y Taiwan tenían) son subsidios aún más importantes a la inversión. Es decir si se quiere seguir la estratega de esos países debería mantenerse algo como el FUT –eliminando los trucos por los que el FUT permite consumir sin pagar impuestos–.