Nombres y notas

R. Fischer

El siguiente gráfico muestra parte de los resultados en el bachillerato en Francia. El Bac es la prueba tradicional (¡fue establecida por Napoleón!) al egresar del liceo, y es la que permite acceder a la universidad. En el eje vertical aparece el número de individuos con ese nombre de pila que tomaron el Bac en 2013. El eje horizontal muestra la proporción de personas con ese nombre de pila que obtuvo un «Très Bien«, es decir 16  o más puntos de veinte.

NamesandGrades

Kevi Drum, autor del artículo en Mother Jones señala que hay dos cosas notables en la figura. Primero, el escaso número de jóvenes que se llaman Kevin que obtuvo un «Très Bien«. Es un tema relevante para Mr Drum. La segunda debe encontrarla el amable lector. Un hint, sin embargo, es el comentario de thus blogged Anderson:

«Yeah, what kinda freak names his daughter «Gregoire»?»

El segundo comentarista escribió:

«Best response award.»

Gracias, Marginal Revolution.

Cosas buenas de la Facultad

R. Fischer

FacultadAntgua

Aunque soy bastante crítico de muchos aspectos de la Facultad, hay otros motivos por los que estoy orgulloso de ésta (tal vez sea el motivo que me molesta tanto cuando encuentro defectos en ella). Una lista corta de algunos de los aspectos positivos:

1. La calidad intelectual de algunos académicos (en un promedio general alto), que me hacen sentir privilegiado de que me acepten como colega.

2. La capacidad de trabajo e inteligencia excepcional de muchos de nuestros estudiantes.

3. Los resultados de algunos proyectos de investigación.

4. La buena educación en la mayor parte de los académicos y en muchos estudiantes dispuestos a escuchar opiniones que difieren de la suya.

5. La posibilidad de criticar a las autoridades sin temor a represalias.

Todas estas ventajas tienen sus contrapartidas, y en ocasiones me sorprenden las limitaciones intelectuales de algunos académicos en el tope de su carrera, la ignorancia y flojera de muchos estudiantes,  investigaciones sin interés científico, u académicos que se ofenden ante cualquier critica. Pero eso es de esperarse en una institución tan diversa como nuestra Facultad.

Como estudiante o como académico he pasado más de un cuarto de siglo en ella y he visto como ha mejorado desde mis tiempos de estudiante, Somos, creo, la mejor escuela de ciencias e ingeniería del país, y podemos llegar a ser una institución competitiva m{as allá del nivel latinoamericano. Una Facultad de la que el país podría sentirse orgulloso. Es por esto que reacciono agriamente cuando dirigentes estudiantiles con visión de corto plazo, plenos de arrogancia e ignorantes de la historia, apoyados por académicos que considero irresponsables, ponen en riesgo un futuro que podría ser brillante.

FAcultadNueva
La Facultad hoy

Groupthink

R. Fischer

Una de las cosas que me sorprende es la obediencia de los estudiantes. Hasta ahora un elevado porcentaje (57% en la última votación semanal, terminada ayer) están a favor de continuar el paro. Pero hoy cunde la voz de que el paro se termina este viernes, en la próxima votación.

Bienvenido sea el fin del paro. La pregunta es ¿cómo se puede predecir con tanta exactitud que ese 57% a favor del paro se transformará en una mayoría en su contra este viernes? ¿Son tan obedientes los estudiantes que votan como les mandan votar, y si una semana votan a favor del paro, la próxima votan en contra si se lo ordenan? Rara esta obediencia de borregos en quienes según un entusiasta colega «son espectaculares y saben muy bien lo que quieren.»Ovejas

Otra reunión con estudiantes

R. Fischer

Otra reunión con los estudiantes, otras dos horas de escuchar lugares comunes. Además, relativamente pocos estudiantes y muchos académicos. Conté catorce académicos, y tal ve cincuenta estudiantes en mi sala. Tal vez por un problema muestral, a diferencia de otras salas, no observe casi oposición al paro entre los estudiantes en mi sala. Por supuesto, había muchas propuestas en favor de un semestre movilizado, pero nadie de ese grupo de estudiantes adoptó la posición de los académicos, que me parecieron unánimes en estar contra el paro.

Hubo uno o dos estudiantes que hablaron contra el paro, pero me parece que estaban en contra desde el comienzo. Pero no lo hizo ninguno de los dirigentes estudiantiles, los que abundaban en mi sala y se distinguen (o tal vez no se distinguen) por repetir casi lo mismo cada vez que toman la palabra.

Nuevamente había mucho mirarse el ombligo, mucha referencia a la Misión de la U. de Chile, muchas frase del tipo «hacer universidad», mucho ciencia aplicada a Chile.1 Me pregunto que estarán pensando los astrónomos o los físicos teóricos. Me recordó un poco la época de Lysenko en la Unión Soviética: solo la ciencia antiimperialista es válida, ya que la ciencia vale solo si es concordante con la ideología.

Es obvio que hay mucho entusiasmo, pero también una increíble arrogancia acoplada a una ignorancia y desconocimiento de la historia monumentales. El mejor momento fue cuando un estudiante de segundo año nos informó que la Fech estaba diseñando una propuesta de reforma tributaria, aprovechando el conocimiento de estudiantes de derecho y de ingeniería comercial.

Sería difícil que el Centro de Economía Aplicada del DII –uno de los mejores centros de investigación económica del país– se atreviera a hacer una propuesta tributaria, debido a la complejidad del tema. Se requiere tener especialistas que no poseemos. ¡Pero estos estudiantes que apenas conocen el tema traerán una propuesta!

Esta fiebre antitecnocrática (creer que desde la ignorancia se pueden generar programas tan respetables como los de quienes han dedicado tiempo y esfuerzo a investigar temas complejos) tiene resabios –guardando las distancias– de otros movimientos anti-intelectuales, tanto en la derecha del Sur norteamericana y algunos movimientos franceses (el Poujardisme) como entre los Khmer Rouge, los Guardias Rojos en China y otros movimientos de extrema izquierda.

Entre los académicos que asistieron y que participaron, creo que todos,  salvo yo, apoyaban las demandas estudiantiles.  No haré comentarios sobre sus intervenciones. Al menos no en esta ocasión.

Notas:

1. Voté en contra de la forma que tomó la Misión de la Universidad de Chile cuando se votaron los estatutos en la Casa Central en 1997.

Sobre el fin del caso Farmacias

R. Fischer

CartelFarmacias
Las cadenas de farmacias (gracias, La Tercera web)

Un comentarista me sugiere escribir sobre el acuerdo entre los acusados y el Fiscal logrado en el caso Farmacias, que los condenó a pagar $255 MM. Muchos deben haber estado decepcionados por que no fue posible sancionar con cárcel a los acusados, en un caso que ya había resultado en la condena  de dos cadenas de farmacias a pagar casi US$ 30 MM cada una (Ahumada, que delató el cartel, solo recibió una multa de US$ 1MM) .

ColusionFarmacias
Precio diario de un medicamento, la s tres cadenas. El salto indica el momento de colusión. Fuente: FNE.

En realidad, era de esperar ese resultado, pues el Fiscal utilizó el articulo 285 del código penal del siglo XIX para intentar condenar a los acusados, artículo que nunca –o casi nunca– ha sido usado en 150 años. No es una figura legal destinada a castigar carteles. El artículo dice

«Art. 285. los que por medios fraudulentos consiguieren alterar el precio natural del trabajo, de los géneros o mercaderías, acciones, rentas públicas o privadas o de cualesquiera otras cosas que fueren objetos de contratación, sufrirán las penas de reclusión menor en sus grados mínimo a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.»

Débil artículo para castigar el delito de colusión. Es por ello que el Fiscal prefirió llegar a un acuerdo. La pregunta es ¿porqué no hay una figura penal específica asociada a los carteles? En realidad, hay pocos países que la tienen, y de ellos el único que sistemáticamente  lo usa para encarcelar personas es EE.UU. En el Reino Unido creo que han habido dos casos. Y creo que eso es todo, al menos en los países en que uno puede tener confianza en la justicia (pueden haber dictaduras o gobiernos semi-dictatoriales que usan estas leyes para encarcelar opositores).

Cuando la Unión Europea creó sus sistema anti-monopolios, no incluyó figuras penales, acaso por la influencia de países como Alemania, que hasta la década de los 50 del siglo pasado consideraba legales los acuerdos colusivos, y una empresa podía ir a un tribunal para hacer respetar el cartel.

A su vez., el modelo europeo tuvo mucha influencia en nuestra reforma al DFL 211 en 2004, y se excluyó la cárcel para este delito (existía antes, pero solo de un modo hipotético, ya que nunca se usó). Al descubrirse el caso Farmacias, se modificó nuevamente la Ley, para permitir que la FNE ordenara allanamientos, intercepciones telefónicas y la delación compensada, lo que supuestamente permitiría descubrir nuevos carteles.

La delación compensada, que es una herramienta utilísima para detectar carteles, vio anulados sus efectos cuando el Fiscal penal decidió perseguir el  cartel de las Farmacias mediante el artículo 285 del código penal. El problema es que el fiscal persiguió a todos los ejecutivos involucrados, incluyendo los que habían participado en la delación compensada ante el TDLC. Esto significa que la delación compensada no protege de la cárcel, y por lo tanto no provee incentivos a delatar carteles.

Cuando se detectó que en el mercado de los pollos había fuerte evidencia de un cartel, el escándalo llevó a crear una Comisión de Competencia para analizar como reformar la Ley (de la cual formé parte). En su informe se hicieron varias propuestas que Eduardo Engel considera valiosas, pero no se consiguió llegar a un acuerdo en el tema de cárcel para el delito de colusión (y coordinándola con la delación compensada) . La Comisión se dividió por la mitad.

Los que se oponían a penas aflictivas  tenían argumentos válidos: las dificultades para condenar este tipo de delitos, la interferencia con el juicio civil ante el TDLC, la falta de experiencia con nuestro nuevo sistema, y otros argumentos de orden práctico. Los que estábamos a favor estimábamos que las sanciones pecuniarias, siendo efectivas, no se comparan con el efecto disuasivo que tiene el riesgo de sanciones penales, Esto es válido incluso si el riesgo de una condena sea bajo. M. Harrington en alguno de sus trabajos escribe que es por este motivo que hay carteles globales que no operan en los EE.UU. John Kay, a quién me gusta citar, escribe:

«One unequivocal lesson of the war against corporate misbehaviour is that sanctions against individuals have far greater impact than sanctions against organisations. The look of relief on the part of some American managers guilty of antitrust infringements when their British lawyers explained the consequences is engraved in my memory. The executives knew that in the US not only might the company be liable for damages and fines but they themselves could face jail. They learnt that in the UK the worst outcome likely to be experienced was that they would be told to stop. The fear of the prison cell undermines corrupt organisations by encouraging guilty people to turn on each other.»

La delación compensada acoplada cuidadosamente al riesgo de sanciones penales sería una combinación muy efectiva en la lucha anticarteles. Tal vez finamente la tendremos cuando se descubra el próximo caso de colusión que impacte a la opinión pública.

Planes de desarrollo eléctrico

R. Fischer

El Financial Times de hoy trae un artículo sobre las dificultades que enfrenta el Reino Unido para definir un plan de desarrollo eléctrico. El Departamento (Ministerio) de Energía y Cambio Climático se enfrenta a la posibilidad de escasez de energía en el futuro mediano, llegando incluso a cortes de energía. Ello pese a que el Reno Unido utiliza planes de desarrollo eléctrico, tal como solicitan algunos para Chile.

Según el artículo, problemas similares se repiten en Alemania, Australia, India Estados Unidos y en casi todo el mundo. Uno de los problemas es que diferentes sectores políticos tienen distintos objetivos en política eléctrica: objetivos ambientales, de costos y de seguridad energética. Otro problema es la velocidad del cambio en el sector. En el Reino Unido, bajo las políticas actuales, los precios de la energía serán excesivos si la producción de gas de esquisto resulta comercialmente viable, lo cual es probable. Además, hay otras tecnologías emergentes que hacen difícil planificar para el largo plazo sin incurrir en el riesgo de errores que elevarían el costo de la energía por décadas. El tercer problema en el Reino Unido (y en Alemania) es que su sector energía mezcla platas privadas y públicas. En ese caso, un política poco clara disuade las inversiones privadas, porque dependen de inversiones públicas.

La propuesta del autor es proponer transparencia y la creación de un CADE (Comisión Asesora de Desarrollo Eléctrico) permanente, lo cual me parece una respuesta algo limitada a un problema tan serio. Entre los comentarios al artículo me gustaría rescatar –entre varios– el siguiente:

«As an energy regulator in the US I was curious about one of your stated objectives for the electricity sector «long-range planning» and its difficulty «impossible» if shale gas is set upon the power sector. My question is: if you have a market based approach, why is there «long-term planning» being done by anyone other than the companies themselves? If you don’t put it on shareholders then you will have to guarantee some rate stability for the companies. Experience suggests this is inefficient in the long run and counter to environmental policy. I know this underpins one of your points (conflicting policy goals) but I suggest the time in the UK (and the US) is well upon us when we need to mean what we say about competitive energy markets (by that I mean electricity). It must stop being «half regulated and half competitive».

El autor –que es un regulador sectorial de los EE.UU.l– señala que si se tiene un sistema basado en el mercado, debe permitirse que las empresas se equivoquen y tengan pérdidas. Eso es mejor que tener un gobierno que garantiza los precios para las empresas porque si el gobierno se equivoca, los costos recaen sobre toda la población y no solo sobre los accionistas en las empresas eléctricas.

Otro brillante comentario

R. Fischer

Recibo pocos comentarios en el blog, y hasta ahora habían sido civilizados. Desde que escribo sobre la universidad y las movilizaciones, la calidad de los comentarios ha empeorado, Veamos por ejemplo el de un personaje que firma Icaro. Parece que como a su homónimo, se acercó demasiado al sol y se le derritió el cerebro:

«movilizarse por movilizarse….
usted o no tiene interés en saber de que se trata el paro o tiene intenciones ocultas o es simplemente imbécil»

Un análisis simple indica que el comentarista 1. No ha leido los posteos anteriores en que explico por qué la movilización no tiene fin, 2. mantiene teorías conspirativas, típicas del tipo de personas que escribe anónimos y 3. al quedar sin alternativs, opta por el ataque ad hominem.

Una reunión de académicos

R. Fischer

En vista de la situación en la Facultad, el decano convocó a una reunión de académicos. Asistieron sesenta, lo que es un número importante para una reunión de esa naturaleza y muestra la preocupación de la Facultad por el paro.

Como siempre, las opiniones son a favor de terminar el paro, pero las opiniones difieren en cómo lograrlo. Mientras unos quieren que los académicos publiquen una declaración en ese sentido y desean confrontar a los dirigentes estudiantiles, quienes apoyan a los estudiantes están por aceptar cualquier cosa que pidan a cambio de dejar caer el paro. Esa posición algo abyecta me molesta en forma personal, pero hasta el Decano la apoya bajo el argumento de que enfrentar a los estudiantes puede ser peor,

Mientras oía esto se me ocurrió proponer un paro contra los estudiantes, pero tal vez mis colegas pensarían que es una frivolidad….

Una académica joven tuvo un idea que nos pareció buena: ella ha ofrecido a un examen a los estudiantes que lo deseen , y luego hará uno para los que siguen en paro. Así no se perjudica a la minoría que esta a favor de terminar el semestre, pero no se hace obligatorio interrumpir el paro. Decidí adoptar la propuesta en mi curso.

Un último punto: es casi imposible negociar con los dirigentes estudiantiles debido a la estructura de asambleas en que toman decisiones. Por lo tanto, aunque muchos dirigentes desean abandonar un paro si fin (en ambos sentidos), no encuentran como hacerlo. Esto muestra la irresponsabilidad de los dirigentes, que están dispuesto a sacrificar una institución con el fin de movilizarse por movilizarse.

Alguien mencionó el triste rol del Rector (y del Senado) en todo esto. Han enfatizado tanto el rol público de la Universidad de Chile, en desmedro de otros temas, que los estudiantes le toman la palabra pensando que su paro tendrá algún efecto. En esto los estudiantes muestran poca perspectiva –después de todo, casi nadie sabe del paro–.

Democracia, el voto y las minorías

R. Fischer

En el Financial Times de hoy aparece la siguiente frase sobre el golpe en Egipto:

«The mistake on all sides in the Middle East has been to confuse democracy with the ballot box. It is not enough that leaders submit themselves for periodical elections. Democracy demands a commitment to pluralism, the submission of the powerful as well as the weak to the rule of law, protections for minorities and respect for cultural and ethnic difference.»

Pienso que esto también debe aplicarse en la Universidad. En nuestra Dacultad, el derecho de la minoría a estudiar se ve conculcada por una mayoría que quiere impedírselo, porque así son menos costosos los paros y movilizaciones. Como queda claro del texto citado, el hecho de tener una mayoría de los votos no es suficiente para ser una democracia.

Sobre una columna de M. Waissbluth

R. Fischer

Mario Waissbluth escribió la columna «El ninguneo«, que ha sido extensamente comentada en la Facultad. Según Waissbluth, los encapuchados se deben al ninguneo que reciben los sectores de menores ingresos, el 50% de la población, según el, de parte de quienes pertenecen al 1% superior.1. Aunque parece atractiva como explicación del fenómeno de los encapuchados, enfrenta varios problemas.

1. Recordé que en Suecia (Gini =32.7) , Francia (Gini=32.7) , el Reino Unido (Gini=34.0) y otros países desarrolllados también han pasado cosas parecidas: hay una protesta legítima (o no), la mayor parte de las personas  que participan  se manifiestan pacíficamente y grupos pequeños se tornan violentos y destruyen lo que encuentran. Si creemos en el ninguneo tendríamos que creer que es común a todos los países –en cuyo caso, parece dificil pensar que se puede hacer algo al respecto, ya que se trata de los países más ricos del mundo–. En esos países, estos problemas se han estudiado, se han buscado soluciones, pero los grupitos violentos siguen apareciendo.

Encapuchados2
Encapuchados (http://diario.latercera.com/2011/10/23/01/)

Si la hipótesis de Waissbluth es correcta, esos grupos deberían ser mucho menores en países con menor desigualdad de ingresos. No parece ser el caso. En esos países a los que cometen ese tipo de acciones se los castiga, por lo que los grupos violentos desaparecen o se transforman en células escondidas. Nosotros los dejamos jhacer, porque no es culpa de ellos y han sido «ninguneados».Entre paréntesis, sería interesante ver que porcentaje de encapuchados pertenecen realmente a los grupos «ninguneados». Por ejemplo, no creo que la rubia de la Molotov haya sido ninguneada, más que en su imaginación:

2. Al contrario de Waissbluth, creo que en todas las sociedades hay pequeños grupos de personas con predisposición a la violencia, y que si se les deja el espacio, lo aprovechan para destruir, apedrear, y  crear caos. Otras personas en exactamente las mismas condiciones socioeconómicas  — y son la inmensa mayoría–  no participan en esas acciones y protestan pacíficamente, por lo que no es el «ninguneo» el que crea esta violencia. Tiene que haber una predisposición.

En el pasado, estas personas encontraban trabaj9o como soldados de los señores feudales, o integraban los grupos de choque de los fascistas (o de los comunistas) en la Alemania del Weimar. Hoy son los «soldados» de la mafia en los EEUU o de los traficantes en países con mucho tráfico de drogas, o tal vez los terroristas en otros países.. Ese es su espacio en el mundo moderno, y de alguna forma encuentran un espacio en la sociedad. Pero (casi) siempre en el lado malo de la sociedad.1

Es por eso que no estoy de acuerdo con sentir culpa y dejarlos hacer, bajo el argumento de que los encapuchados no son culpables de sus acciones.

Nota:

1. En su columna, Waissbluth tiene esta frase: «[…]en Chile cada hombre, mujer y niño del 1% más rico de la población, computando  ganancias de capital, tenga un ingreso per cápita de $2 millones de pesos diarios (sí, dije diarios, no mensuales)[…]». Eso es más o menos US$1.5MM al año por persona. Como hay aproximadamente 170 mil personas en el 1% de mayores ingresos, el 1% de la población tendría un ingreso anual de US$ 255 mil millones, es decir el PIB de Chile. Tengo dudas. Tal vez sea el 0.1%.

2. En una democracia.